
El robo de un cañón de la Guerra Hispanoamericana, una pieza histórica con más de un siglo de antigüedad, provocó una rápida movilización policial en Wichita, Kansas, en abril de 2025. La reliquia, que había sido un regalo a la ciudad en 1900, fue sustraída de su pedestal en Central Riverside Park y posteriormente cortada en varias piezas. El principal sospechoso, identificado como Gordon Pierce III, de 37 años, fue arrestado y enfrenta múltiples cargos. “Este cañón es una pieza invaluable de nuestra comunidad”, declaró el Departamento de Policía de Wichita (WPD) en un comunicado difundido el día del arresto.
La investigación comenzó cuando el WPD fue notificado sobre la desaparición de un cañón decorativo perteneciente al Monumento de la Guerra Hispanoamericana. Oficiales de patrullaje, junto con la fuerza de tarea contra delitos contra la propiedad y detectives, fueron desplegados. El cañón fue localizado en una residencia en la cuadra 2000 de N Woodland. El WPD confirmó que el cañón presentaba “daños significativos”.
Poco después, la investigación llevó a la identificación de Pierce, quien fue detenido sin incidentes en la cuadra 2300 de N Amidon. Al momento de su arresto, las autoridades encontraron en su posesión una bolsa con una sustancia que él mismo identificó como metanfetamina.
Un robo impulsado por una deuda de drogas

Según la declaración jurada citada por medios como KSN y People, Pierce confesó que llevaba 20 años consumiendo metanfetamina. Explicó que recientemente un traficante le había proporcionado una libra de metanfetamina con la expectativa de que la revendiera. Sin embargo, Pierce relató que fue asaltado y que la droga fue robada. Su traficante, escéptico ante esta explicación, exigió 20,000 dólares o amenazó con “dispararle a él y a su familia”.
Desesperado, Pierce comenzó a buscar objetos de metal que pudieran ser vendidos rápidamente. Inicialmente, pensó en estatuas de cobre pero finalmente notó el cañón del parque. En la madrugada del día del robo, alrededor de las 4:00 a.m., reclutó a un hombre sin hogar para que lo ayudara. Usaron una cadena para sujetar el cañón y lo arrancaron de su pedestal empleando un Chevrolet Tahoe. Durante el intento, la cadena se rompió varias veces.
Incapaces de levantar el cañón al vehículo debido a su peso estimado de 362 kilogramos, decidieron arrastrarlo hasta la vivienda de un conocido de Pierce. Este amigo, según las declaraciones recogidas en la declaración jurada, “se asustó creyendo que podría meterse en problemas”.
Desmantelamiento de una reliquia histórica

Pierce declaró que en la casa de su conocido utilizó herramientas prestadas para cortar el cañón en cuatro o cinco piezas. Luego, llevó algunas de esas piezas al traficante como muestra de que estaba intentando pagar su deuda. Sin embargo, el traficante le dijo que era un acto “estúpido” y que podría atraer la atención de la policía. También amenazó con dispararle si lo volvía a ver.
Después del encuentro con el traficante, Pierce se refugió en la casa de su madre, donde se quedó dormido. Fue despertado por la llegada de la policía, que había rastreado las grietas y marcas dejadas por el cañón arrastrado hasta la residencia de su amigo. Este último indicó a los oficiales el paradero de Pierce.
Impacto y proceso judicial
El cañón, además de su valor histórico y simbólico, tenía un valor estimado de más de 100,000 dólares. Los daños al pedestal fueron calculados en 10,000 dólares. El WPD subrayó la importancia del artefacto para la memoria histórica de Wichita y destacó que su destrucción fue un golpe para la comunidad.
Pierce fue acusado de robo de propiedad, daños criminales agravados y posesión de parafernalia para drogas. La fianza fue establecida en 200,000 dólares. Tras renunciar a su audiencia preliminar, su acusación formal está programada para el 22 de mayo de 2025 en el tribunal del condado de Sedgwick. El Departamento de Policía de Wichita afirmó: “Esta investigación rápida demuestra nuestra dedicación a responsabilizar a quienes victimizan a nuestra comunidad”.