
Más de 60 años después de su desaparición, Audrey Backeberg, una mujer que dejó su hogar en Reedsburg, Wisconsin, en julio de 1962, fue encontrada con vida y en buen estado. Tenía apenas 20 años cuando fue vista por última vez y su caso se mantuvo abierto durante más de medio siglo, hasta que un reciente esfuerzo por revisar casos sin resolver llevó a descubrir su paradero actual. Hoy, con 82 años, Backeberg reside fuera del estado, según confirmó la Oficina del Sheriff del Condado de Sauk en un comunicado oficial.
El caso tomó un nuevo rumbo este año, cuando el detective Isaac Hanson decidió reexaminar el expediente original como parte de una revisión más amplia de casos antiguos en el condado. En ese proceso, revisó las pruebas recopiladas en los años sesenta y localizó a personas que pudieron haber tenido contacto con Backeberg antes de su desaparición. Fue esa labor minuciosa la que condujo a un sorprendente desenlace: una llamada de teléfono que confirmó que Audrey estaba viva y había elegido mantenerse alejada por razones personales.
Según relató Hanson en una entrevista con la cadena local WISN, el descubrimiento se produjo cuando una cuenta en el sitio de genealogía Ancestry.com, perteneciente a una hermana de Backeberg, reveló un vínculo con una dirección fuera del estado. El detective contactó al departamento del sheriff correspondiente a esa jurisdicción, solicitando que un agente visitara la vivienda. “Diez minutos después, me llamó Audrey y hablamos durante 45 minutos”, afirmó Hanson. En esa conversación, Backeberg confirmó que había abandonado su vida anterior voluntariamente y que no había sido víctima de ningún crimen.
El rastro perdido desde un viaje en autobús en 1962
La última información conocida sobre el paradero de Backeberg antes de su desaparición figuraba en un cartel de búsqueda archivado en el sitio web del Departamento de Justicia de Wisconsin (DOJ). De acuerdo con esa fuente, una niñera que trabajaba para la familia Backeberg declaró que ambas mujeres habían hecho autoestop hasta la ciudad de Madison, desde donde tomaron un autobús con destino a Indianápolis. La niñera aseguró que vio a Audrey alejarse caminando sola desde la estación de autobuses el 7 de julio de 1962, sin que existiera desde entonces ninguna comunicación con la familia.
A partir de esa fecha, el caso permaneció sin avances concretos durante décadas. La policía consideró diversas hipótesis, incluida la posibilidad de que Audrey hubiera sido víctima de un delito. Sin embargo, la reciente investigación permitió esclarecer que no existió delito alguno y que Backeberg dejó su hogar por voluntad propia. En palabras del comunicado oficial de la Oficina del Sheriff, “los detectives pudieron determinar que Audrey dejó su casa de manera voluntaria y no fue objeto de actos delictivos”.
Aunque el motivo específico de su partida se mantiene en reserva, Hanson señaló en WISN que Backeberg pudo haber escapado de una situación de violencia doméstica, aunque admitió que los detalles precisos no serían divulgados. “Le prometí a Audrey que mantendría lo que hablamos en privado. Ella tenía sus motivos para irse”, aseguró el detective.

Un hallazgo poco común tras más de medio siglo
Casos como el de Audrey Backeberg son escasos en el ámbito de los casos sin resolver. Según explicó el sheriff Chip Meister, muchas investigaciones que se retoman después de tantos años no suelen culminar con resultados positivos, y mucho menos con la persona desaparecida con vida. No obstante, la expansión de herramientas tecnológicas como Ancestry.com ha cambiado el panorama para muchas investigaciones de este tipo, permitiendo que los investigadores accedan a pistas antes imposibles de rastrear.
“El caso de Audrey subraya la importancia de seguir trabajando en casos antiguos, por muy difícil que parezca obtener respuestas”, afirmó Meister en el comunicado oficial. Agradeció el esfuerzo acumulado de los investigadores actuales y pasados, destacando la importancia de la perseverancia en estos procesos. “Este resultado demuestra la dedicación de la Oficina del Sheriff para proporcionar respuestas tanto a las familias como a la comunidad”, concluyó.
¿Qué sigue para Audrey Backeberg?
Pese al contacto con las autoridades, se desconoce si Audrey tiene intención de reencontrarse con su familia o regresar a Wisconsin. Actualmente, se encuentra residiendo en un estado no revelado, en condiciones que no han sido detalladas por respeto a su privacidad. En la entrevista con WISN, Hanson describió a Backeberg como una persona tranquila y segura de sus decisiones: “Sonaba feliz. Estaba confiada en su decisión. No tenía arrepentimientos”.
Este hallazgo plantea interrogantes sobre los límites entre el derecho al olvido y la necesidad de respuestas en los casos de desapariciones prolongadas. Aunque no hay indicios de delito, el vacío que dejó su desaparición durante más de seis décadas marcó a su entorno familiar y a los investigadores encargados del caso. Su aparición cierra uno de los expedientes abiertos más antiguos del estado de Wisconsin y se convierte en un ejemplo singular de cómo la tecnología puede influir decisivamente incluso en los misterios más antiguos.