
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibirá el próximo martes en la Casa Blanca al primer ministro de Canadá, Mark Carney, en una reunión clave para redefinir la relación bilateral tras un periodo de crecientes tensiones por los aranceles y las aspiraciones soberanistas de la administración estadounidense.
Carney, quien resultó vencedor en las elecciones legislativas celebradas el lunes, confirmó el encuentro durante su primera rueda de prensa como primer ministro electo. “Esperamos una reunión difícil pero constructiva”, declaró, anticipando que el diálogo con Trump abordará los aranceles impuestos a Canadá y la posibilidad de establecer una nueva arquitectura económica y de seguridad entre ambos países.
El líder liberal advirtió que las negociaciones “serán complejas” y que no espera que la reunión produzca acuerdos inmediatos. “Nuestro enfoque será tanto en las presiones comerciales inmediatas como en la futura relación económica y de seguridad entre nuestras dos naciones soberanas”, explicó.
Carney también destacó la importancia simbólica del momento, al confirmar que el próximo 27 de mayo el rey Carlos III, jefe de Estado de Canadá, leerá el Discurso del Trono en el Parlamento canadiense para inaugurar oficialmente la nueva legislatura. La visita real, que se celebrará por primera vez desde 1977, ha sido interpretada como una afirmación de la soberanía nacional. “Este histórico honor demuestra la importancia del momento”, subrayó Carney.

Desde la victoria electoral de Trump en noviembre, el presidente estadounidense ha manifestado su deseo de anexionar Canadá como un hipotético estado número 51, lo que ha sido rechazado de forma contundente por Ottawa. Aunque Carney aseguró que Trump no repitió esa idea durante su conversación telefónica posterior a los comicios, reconoció que la relación tradicional de integración ha llegado a su fin.
“Para nosotros la cuestión es alcanzar un acuerdo que sea una victoria para EEUU y Canadá en un mundo que es cada vez más dividido y peligroso”, declaró Carney, quien advirtió que una división del mercado norteamericano en sectores estratégicos como los minerales críticos, el automóvil o la energía no sería una buena elección. “Pero si (Trump) decide que es lo que quiere hacer, Canadá tiene otras opciones”, concluyó.
En cuanto a sus políticas internas, Carney prometió acometer “la mayor transformación” económica del país desde la Segunda Guerra Mundial. Entre sus propuestas figura la creación de un fondo de 25.000 millones de dólares canadienses (18.126 millones de dólares estadounidenses) para impulsar la construcción de viviendas, la eliminación de barreras al comercio interno y la reducción de impuestos.

Además, anunció que su Gobierno limitará para finales de 2027 la proporción de trabajadores extranjeros temporales y estudiantes internacionales a menos del 5% de la población total, frente al 7,3% actual, con el objetivo de aliviar la presión sobre la vivienda, la infraestructura y los servicios sociales.
Pese a los pronósticos adversos, el Partido Liberal de Carney obtuvo una victoria significativa, con 8,5 millones de votos y el triunfo en siete de las diez provincias, lo que le concede un mandato nacional, aunque sin mayoría parlamentaria. Carney descartó formar coaliciones y se comprometió a gobernar mediante acuerdos legislativos. “Trabajaremos en el Parlamento”, dijo.
(Con información de Bloomberg, EFE y EP)