
Un caso que ha sacudido a la comunidad legal del sur de California llegó a su desenlace este martes, cuando un jurado declaró culpable al juez del Tribunal Superior del Condado de Orange, Jeffrey Ferguson, de 74 años, por el asesinato en segundo grado de su esposa, Sheryl Ferguson, de 65 años.
Según informó The Associated Press, el incidente ocurrió en agosto de 2023 en la residencia de la pareja en Anaheim Hills, durante una discusión que escaló trágicamente. Ferguson, quien admitió haber disparado el arma que causó la muerte de su esposa, argumentó que el disparo fue accidental.
El veredicto fue emitido tras un día de deliberaciones y marcó el fin de un juicio que había captado la atención pública y generado controversia en el ámbito judicial. Ferguson, además, fue declarado culpable de un delito grave por posesión de un arma de fuego.
Ahora enfrenta una sentencia que podría oscilar entre 40 años de prisión y cadena perpetua, la cual será dictada el próximo 13 de junio. Antes de ser llevado bajo custodia, el juez tuvo un momento para abrazar a su hijo, quien también fue testigo de los hechos.
Una discusión que terminó en tragedia

De acuerdo con la fiscalía, los hechos se desencadenaron el 3 de agosto de 2023, cuando la pareja discutió sobre asuntos financieros durante una cena en un restaurante mexicano.
Ferguson, quien había estado consumiendo alcohol, realizó un gesto con la mano simulando apuntar con una pistola a su esposa. La discusión continuó en su hogar mientras ambos veían la serie “Breaking Bad” junto a su hijo adulto. Según los fiscales, Sheryl Ferguson desafió a su esposo a que utilizara un arma real, lo que llevó a Ferguson a sacar una pistola y disparar.
Por su parte, Ferguson testificó que el disparo fue accidental. Según su relato, intentaba sacar el arma de una funda en su tobillo para colocarla sobre una mesa cuando esta se accionó. Sin embargo, las pruebas presentadas por la fiscalía, incluyendo mensajes de texto enviados por Ferguson inmediatamente después del incidente, complicaron su defensa.
En uno de esos mensajes, dirigido a su secretario judicial y al alguacil, Ferguson escribió: “Me acabo de desmayar. Le disparé a mi esposa. No estaré mañana. Estaré bajo custodia. Lo siento mucho”.
Reacciones y testimonios clave

El fiscal de distrito del condado, Todd Spitzer, expresó su pesar tras el veredicto. “Aquí no hay ganadores”, declaró en una conferencia de prensa. “Se hizo justicia, pero estoy muy triste por la familia Ferguson”.
El hijo de la pareja, Phillip Ferguson, también desempeñó un papel crucial en el juicio. Según su testimonio, tras el disparo, derribó a su padre para quitarle el arma y trató de reanimar a su madre mediante maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).
Además, las autoridades encontraron en la casa del juez un arsenal compuesto por 47 armas de fuego y más de 26.000 rondas de municiones, lo que reforzó la postura de la fiscalía de que Ferguson tenía un amplio conocimiento y entrenamiento en el manejo de armas.
Un juicio con ciertas complicaciones

El proceso judicial no estuvo exento de complicaciones. En marzo, un jurado anterior no logró llegar a un acuerdo, lo que llevó a la jueza del Tribunal Superior de Los Ángeles, Eleanor J. Hunter, a declarar el juicio nulo.
Hunter asumió el caso para evitar posibles conflictos de interés, dado que Ferguson había presidido casos penales en el Tribunal Superior del Condado de Orange antes del incidente.
El abogado defensor de Ferguson, Cameron Talley, anunció que planea apelar el veredicto. “Respeto el veredicto del jurado”, afirmó Talley. “Al mismo tiempo, todos sabemos que los jurados no siempre aciertan... Sigo creyendo en Jeff”.
Antes de este trágico episodio, Ferguson era conocido por su destacada trayectoria en el ámbito legal. Comenzó su carrera en 1983 como fiscal en la oficina del fiscal de distrito, donde trabajó en casos de narcóticos y recibió varios reconocimientos por su labor.
Sin embargo, tras ser acusado formalmente, quedó inhabilitado para ejercer como juez, ya que la constitución del estado de California prohíbe que un magistrado enfrente cargos por delitos graves mientras ocupa el cargo.