Una anciana de 92 años se niega a vender su casa al Augusta National pese a décadas de ofertas millonarias

El club ha ofrecido mucho más que el valor de mercado por la casa de Elizabeth Thacker, pero la familia insiste en conservar la propiedad levantada en 1956

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Elizabeth Thacker, de 92 años,
Elizabeth Thacker, de 92 años, vive a pasos del Augusta National Golf Club y se niega a vender su casa pese a las ofertas millonarias. (REUTERS/Mike Segar)

Elizabeth Thacker, una mujer de 92 años residente en Augusta, ha rechazado repetidamente las ofertas de compra por parte del Augusta National Golf Club, sede del prestigioso torneo Masters, a pesar de los esfuerzos del club por expandir su propiedad en la zona. La vivienda de Thacker, ubicada a menos de 1,6 kilómetros de la entrada norte del club, se ha convertido en uno de los últimos hogares residenciales que resiste a la ola de adquisiciones promovida por la organización deportiva.

Según Fortune, la casa de Thacker se sitúa en el número 1112 de Stanley Road y fue construida en 1956. Es una vivienda unifamiliar de un solo piso con tres habitaciones, levantada sobre un terreno de 0,27 hectáreas. La mujer ha vivido allí más de seis décadas, junto a su esposo Herman Thacker, fallecido en 2019 a los 86 años, y con quien formó su familia. En ese hogar también creció su nieto, Scott Brown, hoy golfista profesional.

Las autoridades del Augusta National han tratado de comprar la propiedad en múltiples ocasiones, ofreciendo precios muy por encima del valor estimado del inmueble, que alcanzó los 338.026 dólares en 2024, según los registros de propiedad consultados por Redfin. Esta cifra está muy por encima del precio medio de venta de viviendas en Augusta, que se sitúa en 215.000 dólares. A pesar de ello, Thacker y su familia han mantenido su negativa a vender.

La vivienda de los Thacker,
La vivienda de los Thacker, construida en 1956, es uno de los últimos hogares que resisten a la expansión del club sede del Masters. (REUTERS/Mike Segar)

Sí, todavía somos los propietarios, y sí, mamá aún vive allí”, declaró Robin Thacker Rinder, hija de Elizabeth, al medio Fox Business. “Ella es muy decidida”.

La negativa de Thacker ha sido constante durante años, pese a la presión económica y simbólica que representa el Augusta National. En 2017, Herman Thacker declaró a NJ.com: “El dinero no lo es todo”. Esta frase, repetida desde entonces en diversas coberturas periodísticas, resume la posición de la familia frente a las ofertas.

La estrategia de adquisición del club no es nueva. Según un reportaje de The Wall Street Journal (WSJ), desde hace más de dos décadas el Augusta National ha estado comprando propiedades colindantes por medio de empresas pantalla, como BC Acquisition Co. y WSQ, gastando más de 20 millones de dólares hasta 2019 para incrementar su superficie en cerca de un 75 %. El proceso ha transformado completamente la zona residencial que rodea el club: muchas de las casas adquiridas han sido demolidas y reemplazadas por estacionamientos y áreas de servicio para el torneo.

En 2018, una vecina de los Thacker vendió su casa de tres habitaciones, ubicada a unos 11 minutos a pie, por 1,1 millones de dólares, según informó el WSJ. La propia familia Thacker vendió anteriormente otra propiedad al club por 1,2 millones de dólares, informó Fox Business. No obstante, la residencia familiar principal ha permanecido fuera del alcance del club hasta ahora.

“El dinero no lo es
“El dinero no lo es todo”, decía Herman Thacker, esposo fallecido de Elizabeth, frente a las ofertas del club de golf. (REUTERS/Mike Blake)

Hoy, el entorno inmediato de la vivienda de Thacker ha cambiado radicalmente. A pocos metros, un terreno sin pavimentar sirve como estacionamiento improvisado para los asistentes del torneo. Durante esta semana, coincidiendo con la celebración de una nueva edición del Masters, miles de visitantes recorrerán los alrededores del club y pasarán caminando junto a la casa, que permanece ocupada.

El Augusta National Golf Club es uno de los escenarios deportivos más emblemáticos del mundo, con una historia marcada por figuras legendarias como Tiger Woods, Arnold Palmer y Jack Nicklaus. La presión por expandir sus instalaciones responde tanto a necesidades logísticas como al deseo de controlar completamente el entorno inmediato del torneo, que cada abril atrae a miles de aficionados, medios de comunicación y personalidades del golf internacional.

Pese a su edad avanzada y al creciente aislamiento de su propiedad en medio de terrenos adquiridos por el club, Elizabeth Thacker no ha dado señales de cambiar de opinión. De momento, la vivienda sigue en pie y habitada. Una portavoz del Augusta National no respondió a la solicitud de comentarios hecha por Fortune.