
Un ciudadano australiano fue detenido durante ocho horas en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy (JFK) de Nueva York y posteriormente deportado, a pesar de contar con documentación de viaje válida.
Según informó Travel and Tour World, el viajero había llegado desde Hong Kong a bordo de un vuelo de Cathay Pacific y planeaba embarcarse en un crucero valorado en 15.000 dólares estadounidenses. Sin embargo, su elección de ruta, considerada inusual por las autoridades migratorias, fue suficiente para que se le negara la entrada al país.
De acuerdo con el medio, el incidente no es un hecho aislado, sino parte de un patrón más amplio de endurecimiento en los controles migratorios. Las políticas de “vigilancia reforzada”, derivadas de una orden ejecutiva vigente, han intensificado los procedimientos de inspección en los principales puntos de entrada al país, lo que incluye interrogatorios prolongados y revisiones exhaustivas de dispositivos electrónicos personales.
En este caso, los agentes fronterizos examinaron el teléfono móvil y la computadora portátil del viajero antes de determinar que su itinerario, que incluía una escala en Hong Kong, era sospechoso.

El aumento de las restricciones en los aeropuertos de EEUU
El caso del viajero australiano refleja un aumento significativo en las medidas de control migratorio en aeropuertos como el JFK, donde, según Travel and Tour World, el número de extranjeros considerados “inadmisibles” creció un 30% entre febrero y marzo de este año.
Estas cifras evidencian un cambio en las políticas de admisión, que ahora parecen enfocarse en itinerarios de viaje no convencionales, incluso cuando los pasajeros cumplen con todos los requisitos legales para ingresar al país.
El medio también destacó que estas medidas incluyen inspecciones invasivas de dispositivos electrónicos, lo que ha generado críticas por posibles violaciones a la privacidad. Además, los tiempos de espera y los interrogatorios prolongados están afectando la experiencia de los viajeros internacionales, quienes enfrentan mayores niveles de estrés e incertidumbre al ingresar a Estados Unidos.
Impacto en la industria turística
El endurecimiento de las políticas fronterizas no solo afecta a los viajeros, sino también a la economía estadounidense. Según datos citados por Travel and Tour World, las visitas internacionales al país disminuyeron un 20% en marzo, mientras que las reservas anticipadas de turistas europeos para la temporada de verano cayeron un 25%.
Este descenso en la afluencia de visitantes internacionales está teniendo un impacto directo en la industria turística, que genera más de 155.000 millones de dólares anuales.

El medio señaló que cadenas hoteleras como Accor Hotels han registrado una caída significativa en las reservas, lo que refleja la creciente reticencia de los turistas extranjeros a viajar a Estados Unidos. Este fenómeno es especialmente preocupante en mercados clave como Australia y el Reino Unido, cuyos ciudadanos tradicionalmente han representado una parte importante del turismo internacional en el país.
Advertencias internacionales
La percepción de Estados Unidos como un destino menos acogedor también se ha visto reforzada por las actualizaciones en las advertencias de viaje emitidas por países como Reino Unido, Alemania y Canadá, reportadas Newsweek.
Estas recomendaciones alertan a los ciudadanos sobre los riesgos de interrogatorios prolongados y revisiones invasivas en los puntos de entrada estadounidenses, lo que ha llevado a muchos a reconsiderar sus planes de viaje.
Según Travel and Tour World, esta tendencia se refleja en un cambio en los patrones de viaje internacionales. Los turistas de países tradicionalmente aliados de Estados Unidos, como Australia y Europa, están optando por destinos con procedimientos de entrada más predecibles y menos intrusivos.

Un caso destacado es el de un ciudadano británico que pasó 19 días detenido en un centro de inmigración, lo que ha generado temores de que factores como la nacionalidad o las creencias políticas puedan influir en las decisiones de los agentes migratorios, a pesar de las negaciones oficiales.
Consecuencias económicas
El impacto económico de estas políticas es evidente. Según el medio, el turismo australiano, que había mostrado un crecimiento constante en los últimos años, ha experimentado una desaceleración significativa.
En 2024, las llegadas de australianos a Estados Unidos alcanzaron más de 710.000, un aumento del 17% respecto al año anterior. Sin embargo, este crecimiento se ha estancado debido a las nuevas restricciones migratorias, lo que podría tener consecuencias a largo plazo para el sector turístico.
Además, las aerolíneas y las cadenas hoteleras están ajustando sus expectativas para los viajes hacia Estados Unidos, mientras que los costos asociados con las políticas de seguridad fronteriza están desalentando a los potenciales visitantes.
Travel and Tour World advirtió que, si estas tendencias persisten, el país podría enfrentar una crisis turística comparable a la que siguió a los atentados del 11 de septiembre de 2001, cuando la industria dependió en gran medida de la buena voluntad internacional para recuperarse.