Trump apuesta a un acuerdo nuclear con Irán para evitar otro frente de batalla en Medio Oriente

Steve Witkoff, enviado de Estados Unidos para Medio Oriente, y el canciller iraní Abbas Araghchi se encontrarán este sábado en Omán

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Donald Trump revela en la Casa Blanca que Estados Unidos e Irán inician conversaciones diplomáticas en Oman

A pocas semanas de asumir, Donald Trump inició un audaz movimiento diplomático en secreto que será puesto a prueba durante un encuentro reservado que Steve Witkoff -enviado de Estados Unidos para Medio Oriente- y el canciller iraní Abbas Araghchi mantendrán este sábado en Oman para negociar un acuerdo bilateral que permita desmantelar el proyecto nuclear que sostienen los ayatollahs y evitar así una guerra sin antecedentes históricos en Medio Oriente.

“Si las negociaciones no tienen éxito, creo que Irán estará en gran peligro”, sostuvo Trump en la Casa Blanca.

“No tenemos absolutamente ningún temor a la guerra. No iniciaremos la guerra, pero estamos preparados para cualquiera confrontación”, afirmó el general de división Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria Islámica.

A mediados de noviembre de 2024, Elon Musk movió en nombre de Trump durante un encuentro que protagonizó en New York con Amir Saeid Iravani, embajador de Irán ante la ONU. A continuación hubo contactos informales entre Washington y Teherán, y al final de esta primera etapa, el presidente de Estados Unidos envió una carta a Alí Khamenei, líder supremo de Irán.

El ayatollah Khamenei rechazó en público los términos de la misiva de Trump -lo conminaba a iniciar negociaciones en un plazo máximo de dos meses-, pero en secreto habilitó un backchannel que permitiera iniciar una mesa de diálogo bajo los auspicios del Sultanato de Oman.

La negociación será compleja y tiene final abierto.

Estados Unidos pretende que Irán desmantele su proyecto nuclear, cuando está a pocos meses de completar su ciclo: ya tiene capacidad para construir seis bombas nucleares, en un escenario geopolítico que exhibe la intención de Teherán -junto a Hamas, Hezbollah y los Hutíes- de eliminar la existencia de Israel en Medio Oriente.

Irán sostiene que la iniciativa nuclear es sólo para fines civiles, y decidió abrir la negociación frente a su compleja situación económica provocada por las sanciones impuestas por Estados Unidos y las Naciones Unidas.

Para el regimen de los Ayatollahs sería un triunfo diplomático y de política doméstica acordar con la administración republicana.

En este contexto, Trump deberá extremar al máximo su capacidad de negociación para convencer a Irán que destruya su único proyecto oficial que todavía preserva cierto marketing nacionalista de los ayatollahs. Hace meses que Israel quebró su moral ideológica, cuando destruyó a Hezbollah en el Líbano.

Steve Witkoff explica a Tucker Carlson, la estrategia diplomática que diseñó Donald Trump para iniciar negociaciones formales con Irán

Durante el almuerzo que compartieron este lunes en la Casa Blanca, Trump confirmó a Benjamín Netanyahu que habría un contacto diplomático entre Estados Unidos e Irán. El premier israel desconfía de Teherán y cree que la única manera de terminar con el programa nuclear es bombardear por sorpresa.

Trump coincide con la perspectiva de Netanyahu, pero en este momento decidió optar por la vía diplomática. El presidente de Estados Unidos tiene todos los recursos para destruir la iniciativa nuclear de Irán, y el primer ministro de Israel ya le ha dicho que puede actuar como su proxy en territorio de los ayatollahs.

Ali Khamenei durante un encuentro
Ali Khamenei durante un encuentro sobre defensa militar en Teherán, (Irán)

Detrás del juego diplomático entre Estados Unidos e Irán, se mueven otros jugadores clave en el tablero internacional. Rusia y China respaldan a Teherán, mientras que Alemania, Francia y el Reino Unido se mueven con extrema cautela.

En el marco de la ONU, estos tres países europeos deben decidir si imponen sanciones económicas y financieras a Irán por 10 años, y su plazo máximo para decidir es en cuatro meses.

A continuación, Rusia asume la presidencia del Consejo de Seguridad y hará lo indispensable para trabar la imposición de sanciones que se levantaron en 2015 con el acuerdo avalado por Barack Obama, entonces presidente de los Estados Unidos.

La posición de Irán es fácil de predecir. No aceptará desmantelar su proyecto nuclear, se refugia en Rusia y China, y tiene asumido que una guerra contra Israel puede desembocar en su propia aniquilación como estado fundamentalista. Antes de los ayatollahs, Estados Unidos controlaba Irán a través de un ignoto oficial que convirtió en Sha.

“La pelota está ahora en la cancha de Estados Unidos. Si busca una solución diplomática genuina, ya le hemos mostrado el camino. Si, en cambio, busca imponer su voluntad mediante la presión, debe saber esto: el pueblo iraní responde con decisión y unidad al lenguaje de la fuerza y la amenaza. Existe la posibilidad de que Estados Unidos finalmente tenga un presidente de paz. Aprovechar o no esa oportunidad es una decisión”, escribió el canciller iraní Abbas Araghchi en el Washington Post.

El mensaje político de Araghchi no tiene eufemismos: acuerdo diplomático o posible conflicto en Medio Oriente.

El enviado especial Witkoff y el canciller iraní se reúnen este sábado en Oman. Un pequeño estado en la Península Arábiga, que controla el sultán Qabus ibn Said desde julio de 1970.