
La NASA lanzó a finales de 2024 un ambicioso desafío para abordar un problema que persiste durante los viajes espaciales de larga duración: los desechos humanos dejados en la superficie lunar.
Es por eso que la agencia espacial de Estados Unidos puso en marcha el concurso denominado LunaRecycle Challenge, con el objetivo de encontrar tecnologías innovadoras que permitan procesar y reutilizar los residuos generados por los astronautas durante las misiones espaciales. Para incentivar la participación, la NASA ofrece una recompensa de 3 millones de dólares a quienes presenten las mejores soluciones, según indicaron en un comunicado de prensa emitido en septiembre del año pasado.
Durante las misiones Apollo, los astronautas dejaron un total de 96 bolsas con desechos humanos (como heces, orina y vómito) en la Luna, además de dos pelotas de golf, 12 cámaras, 12 pares de botas y un telescopio chapado en oro, según informó Science Focus de la BBC en el pasado. Esta solución no es la mejor, por lo que la implementación del proyecto trata de hacer que esto no se repita.
La NASA y cómo planea deshacerse de los residuos en el espacio

En su comunicado oficial, la NASA explicó que el desafío actual busca ir más allá de los esfuerzos previos, que se centraban principalmente en reducir la masa y el volumen de los residuos. Ahora, la prioridad es desarrollar tecnologías que permitan reciclar los desechos y convertirlos en productos útiles para actividades científicas y de exploración en el espacio.
El programa Artemis, que tiene como objetivo establecer una base lunar permanente, requiere soluciones innovadoras para gestionar los flujos de residuos inorgánicos (ropa desechada, materiales para experimentos científicos y envases de alimentos) generados por los astronautas.
La NASA destacó que estas tecnologías no solo deben ser funcionales, sino también capaces de integrarse en las operaciones científicas y de exploración extraplanetarias.
Las misiones Apollo, llevadas a cabo entre 1969 y 1972, marcaron un hito en la historia de la exploración espacial. Sin embargo, también dejaron un legado de residuos en la superficie lunar, incluidos equipos desechados y las mencionadas bolsas con desechos humanos. Aunque estas decisiones fueron necesarias en su momento para garantizar el éxito de las misiones, ahora representan un desafío para los planes de exploración a largo plazo.
El LunaRecycle Challenge busca abordar este problema desde una perspectiva moderna, alineada con los objetivos de sostenibilidad y reutilización de recursos.

La recompensa de 3 millones de dólares ofrecida por la NASA refleja la importancia que la agencia otorga a este desafío.
“Operar de forma sostenible es una consideración importante para la NASA a medida que realizamos descubrimientos e investigaciones tanto fuera de casa como en la tierra”, dijo Amy Kaminski, ejecutiva del programa de Premios, Desafíos y Colaboración Colectiva de la agencia espacial estadounidense.
Con el desafío, los expertos de la NASA buscan “enfoques innovadores” del público para la gestión de residuos en la Luna, al mismo tiempo que trasladarán las “lecciones aprendidas” a la Tierra para que todos puedan beneficiarse.
“Me complace que el LunaRecycle Challenge de la NASA contribuya a soluciones relacionadas con las con las necesidades tecnológicas en la fabricación avanzada y los hábitats”, según declaraciones de Kim Krome, gerente interina del programa Desafíos del Centenario de la agencia y gerente de desafíos de LunaRecycle.
Para llevar a cabo este proyecto, la agencia espacial contrató a la Universidad de Alabama como socio aliado. Esta institución educativa, cuya sede se encuentra en Tuscaloosa, se coordinará con AI Spacefactory, exganador del Desafío del Centenario, con el objetivo de facilitar el desafío y gestionar a sus competidores.
Las tres necesidades tecnológicas que abordará la iniciativa incluyen seguimiento logístico, vestimenta y gestión de basura para vivienda, así como la fabricación de piezas y productos en el espacio y en la superficie, además de la fabricación en el espacio y superficie a partir de materiales reciclados y reutilizados.