El rover Perseverance de la NASA registró un fenómeno atmosférico singular sobre la superficie de Marte: un diablo de polvo (un tipo de remolino) de gran tamaño engullendo a otro menor. El suceso fue captado mientras el vehículo exploraba la región conocida como Witch Hazel Hill, situada en el borde occidental del cráter Jezero, según informó la agencia espacial estadounidense en un comunicado difundido por el Jet Propulsion Laboratory (JPL).
Las imágenes fueron tomadas con una cámara de navegación ubicada en el mástil del rover, a una distancia aproximada de un kilómetro. De acuerdo con los datos difundidos por la NASA, el remolino principal tenía unos 65 metros de ancho, mientras que el más pequeño apenas alcanzaba los 5 metros. En la misma secuencia pueden observarse además otros dos torbellinos más lejanos, visibles hacia el centro y la izquierda del encuadre.
El fenómeno fue registrado durante un experimento visual realizado por el equipo científico de la misión, con el fin de estudiar los procesos atmosféricos que influyen en la dinámica del polvo en Marte. Según declaraciones del científico Mark Lemmon, del Space Science Institute en Boulder, Colorado, estos remolinos, también conocidos como vórtices convectivos, pueden fusionarse o aniquilarse mutuamente al coincidir en su trayectoria.
¿Qué son los diablos de polvo?

Los diablos de polvo en Marte son columnas de aire caliente que ascienden y giran al entrar en contacto con el suelo, formando torbellinos visibles debido a la suspensión de partículas. Según explica la NASA, el aire cercano a la superficie se calienta y sube, mientras que masas más frías lo reemplazan desde los costados, generando el giro. Este fenómeno puede compararse al movimiento de un patinador que acelera al acercar los brazos al cuerpo.
A pesar de su frecuencia, estos torbellinos son difíciles de captar. No se pueden predecir con exactitud y tienen una vida útil muy limitada, de apenas diez minutos, según indicó Lemmon en el comunicado oficial. Aun así, su impacto es significativo: se estima que son responsables de aproximadamente la mitad del polvo presente en la atmósfera marciana.
El análisis de estos remolinos permite inferir datos clave sobre el clima del planeta, como la dirección y velocidad del viento, elementos que resultan cruciales para planificar futuras misiones humanas. Katie Stack Morgan, científica del proyecto en el JPL, dijo para CBS News que el estudio de estos fenómenos es esencial para entender las condiciones atmosféricas del planeta rojo.
Registro histórico de los remolinos marcianos

La NASA ha observado diablos de polvo desde la década de 1970, cuando las sondas Viking los fotografiaron por primera vez desde la órbita. Años más tarde, en los 90, la misión Pathfinder logró capturar uno desde la superficie y detectó incluso el paso de un torbellino sobre el módulo de aterrizaje. Estas observaciones marcaron el inicio de un seguimiento sostenido del fenómeno.
Posteriormente, los rovers Spirit y Opportunity, enviados en la década del 2000, lograron documentar múltiples apariciones de estos remolinos. El vehículo Curiosity, actualmente activo en el cráter Gale, en el lado opuesto del planeta, también ha registrado actividad de este tipo, según recuerda USA Today.
El propio Perseverance ha tenido encuentros frecuentes con estos fenómenos desde su aterrizaje en febrero de 2021. El 27 de septiembre de ese mismo año, por ejemplo, observó una serie de torbellinos sobre el suelo del cráter Jezero, en uno de los registros más extensos de este tipo hasta la fecha.
La misión Mars 2020, que incluye al rover Perseverance, forma parte del programa de exploración “Moon to Mars” de la NASA. Su propósito central es estudiar la geología marciana y buscar señales de vida microbiana antigua, además de recolectar muestras de rocas y regolito que serán traídas a la Tierra en el futuro por el Mars Sample Return Program, en cooperación con la Agencia Espacial Europea (ESA).