
(Desde Washington, Estados Unidos) En medio de la crisis global, Donald Trump hizo un gesto político hacia Benjamín Netanyahu, tras imponer un arancel extraordinario del 17 por ciento sobre todas los bienes que Israel exporta a los Estados Unidos: invitó al primer ministro a un encuentro oficial en la Casa Blanca para tratar su iniciativa proteccionista que ha puesto en jaque al sistema internacional de comercio.
El cónclave en Washington también servirá para diseñar una hoja de ruta que permita liberar a los 59 rehenes -vivos y asesinados- que aún Hamas mantiene cautivos en Gaza. En las últimas semanas, continuaron la negociaciones secretas en Egipto y Qatar, pero es difícil una tregua cuando la organización terrorista exige que Israel retire todas sus tropas de la Franja.
Asimismo, Trump y Netanyahu ajustarán la estrategia común para contener el proyecto nuclear iraní. El presidente de Estados Unidos envió una carta al ayatollah Ali Khamenei -líder religioso de Irán- instando a iniciar negociaciones en un plazo máximo de dos meses, que vencen al principio de mayo.
Trump advirtió que el Pentágono atacará territorio iraní, si Khamenei no se sienta a negociar con la Casa Blanca.
El dos de abril, Trump anunció la imposición de aranceles extraordinarios a todos los bienes importados que llegan a territorio americano. Utilizó una ecuación política-matemática que desencadenó una reacción global: 34 por ciento a China, 20 por ciento a la Unión Europea, 24 por ciento a Japón, 17 por ciento a Israel y cero a Rusia y Corea del Norte, que son adversarios declarados de Estados Unidos.
Es decir, Trump castigó con la iniciativa proteccionista a los socios históricos de la Casa Blanca y dejó inmunes a Vladimir Putin y Kim Jon-un.
Frente a la decisión geopolítica de la administración republicana, Netanyahu se corrió de los reclamos globales -encabezados por Europa y China-, e hizo un gesto que fue valorado en DC. Su ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, anunció la anulación de todos los aranceles que protegían la producción israelí y contenía las exportaciones que llegaban desde Estados Unidos.
“El Primer Ministro valora los vínculos personales y cálidos con el Presidente Trump y le agradece la invitación para ser el primer líder en reunirse con él luego de la imposición de aranceles globales, así como fue el primer líder en reunirse con él luego de su ingreso a la Casa Blanca”, posteó el gobierno de Israel en su cuenta oficial de X.
Anoche en Washington no se descartaba que Trump anuncie la suspensión del arancel del 17 por ciento a los bienes importados desde Israel, tras la reunión con Netanyahu en el Salón Oval.

Cuando Trump y Netanyahu terminen de negociar los aranceles extraordinarios, se abocarán a la situación en Medio Oriente.
Edan Alexander es un soldado israelí de origen americano que está vivo, acorde a la información que suministro Hamas a la Casa Blanca. Y Trump quiere traerlo a Estados Unidos, además de los restos de otros 4 ciudadanos de este país que fueron capturados durante el ataque terrorista del 7 de octubre de 2023.
Hace dos meses, Trump autorizó una negociación secreta entre su enviado especial Adam Boehler y el líder terrorista de Hamas, Khalil al-Hayya, para acordar la libertad de Alexander y los otros 58 rehenes cautivos en la Franja. Se encontraron en Doha (Qatar), bajo la protección sigilosa del emir Tamim bin Hamad Al Thani.
Netanyahu no estaba enterado del inédito movimiento del presidente de Estados Unidos, y exhibió su malestar ante el círculo más cercano al líder republicano, cuando conoció el contacto informal entre la administración republicana y los terroristas apoyados por Irán.
Tras el primer contacto de Boehler con Al-Hayya, las exigencias de la organización palestina quedaron en evidencia: reclamaron poner en marcha la segunda fase de la tregua con Jerusalén, que implica la retirada de todas las tropas israelíes de Gaza para recuperar el control total de la Franja.
Además, Hamas demandó que Israel levante el bloqueo de la ayuda humanitaria destinada a Gaza y la libertad de un número a determinar de terroristas palestinos que están condenados y presos en las cárceles israelíes, a cambio de los rehenes que cautivos en la Franja.
La negociación secreta de Boehler quedó en un callejón sin salida. Y Netanyahu hizo lo necesario -en el Capitolio y en el Ala Oeste de la Casa Blanca- para terminar con el enviado especial de Trump que había jugado a sus espaldas. Boehler nunca más viajó a Qatar.
Este lunes, Trump y Netanyahu trabajarán en un road map para encontrar una salida diplomática que permita la libertad del soldado Alexander y los restantes secuestrados en Gaza.

El encuentro en la Casa Blanca también girará sobre el programa nuclear Iraní. Trump quiere desmantelar esa iniciativa geopolítica de Teherán, y Netanyahu puede tener un protagonismo clave en una aceitada operación militar, si fracasa la propuesta diplomática que el presidente de Estados Unidos envió al ayatollah Alí Khamenei.
Trump no quiere una guerra con Irán, y tampoco sus socios árabes: Jordania, Qatar, Emiratos, Líbano y Arabia Saudita. Pero el presidente de los Estados Unidos no dudó en ejecutar una iniciativa proteccionista contra Europa, América Latina y Japón, pese a la historia en común.
Netanyahu llegaría esta noche a Washington.