Kimberly Aponte, de 23 años, admitió ante un tribunal su responsabilidad en la muerte de su hijo recién nacido, al declararse culpable de homicidio involuntario en segundo grado por un hecho ocurrido en agosto de 2020, cuando tenía 19 años. Según una declaración jurada obtenida por The Bergen Record, Aponte dio a luz en secreto en el baño del apartamento que compartía con su familia en Hackensack, Nueva Jersey, donde dejó al bebé en el inodoro durante varias horas sin pedir ayuda ni informar a nadie.
De acuerdo con el documento judicial, tras varias horas, Aponte regresó al baño, creyó que el bebé había muerto y lo envolvió en una bolsa de plástico y una toalla antes de colocarlo dentro de un cesto de ropa sucia. La joven había ocultado su embarazo a todos los miembros de su familia y no solicitó asistencia médica en ningún momento, lo que agravó la situación que culminó con la muerte del recién nacido.
La muerte del bebé fue descubierta cuando el padre de Aponte, al encontrar el cuerpo envuelto en una toalla púrpura dentro del cesto, llamó al 911. Según reportes de NJ.com y ABC7, agentes de la policía de Hackensack encontraron al bebé sin vida sobre la encimera de la cocina al llegar al lugar, iniciando de inmediato una investigación que derivó en los cargos penales.
La autopsia reveló que el bebé nació vivo, estaba bien nutrido y podía sobrevivir
Uno de los elementos claves del caso fue el informe elaborado por la Oficina del Médico Forense del Condado de Bergen, que confirmó que el bebé era de término completo, había nacido con vida y presentaba condiciones físicas compatibles con un desarrollo normal. Según la declaración jurada citada por NJ.com, el médico forense concluyó que el bebé se encontraba bien nutrido, bien desarrollado y bien hidratado al momento de nacer.
“La evaluación médica determinó que el bebé tenía plena capacidad para vivir”, señaló un detective en la misma declaración jurada, lo que indica que la omisión de cuidados y la falta de intervención directa por parte de Aponte fueron determinantes en el desenlace fatal. El hecho de que la joven haya mantenido en secreto su embarazo y el parto complicó cualquier posibilidad de asistencia inmediata.
Según la documentación oficial, Aponte no realizó ninguna acción para buscar atención médica ni para salvaguardar la vida del bebé tras el parto, lo que fue considerado por la fiscalía como una muestra de negligencia criminal. En su confesión, Aponte reconoció que tomó la decisión de dejar al bebé en el inodoro porque “se dio cuenta de que le cambiaría la vida”, según se consigna en el documento judicial citado por The Bergen Record.
La acusación inicial era por homicidio agravado, pero se llegó a un acuerdo de culpabilidad
Originalmente, Aponte fue acusada de homicidio agravado en segundo grado. Sin embargo, como parte de un acuerdo con la fiscalía, se declaró culpable del cargo menor de homicidio involuntario en segundo grado. Según declaró la fiscal adjunta Brandy Malfitano, la Fiscalía del Condado de Bergen recomendó una condena máxima de cuatro años de prisión estatal.
El acuerdo, confirmado por The Bergen Record, contempla que Aponte se entregue voluntariamente a las autoridades el próximo 11 de abril. Hasta el momento, la defensa de la acusada no ha emitido comentarios públicos, y no se ha informado si solicitará libertad condicional anticipada una vez que inicie el cumplimiento de la pena.
La legislación de Nueva Jersey contempla condenas reducidas por homicidio involuntario en ciertos contextos, y el juez encargado del caso será quien finalmente determine la duración exacta de la pena. En estos casos, la cooperación de la acusada con la investigación y su confesión pueden ser considerados como atenuantes.
El caso generó atención pública por las circunstancias del parto oculto y el abandono del recién nacido
El caso de Kimberly Aponte ha despertado atención por las circunstancias en las que ocurrieron los hechos, especialmente por el ocultamiento del embarazo y el nacimiento. De acuerdo con los informes de ABC7 y NJ.com, ninguno de los familiares de la joven sabía que estaba embarazada, y no se hallaron antecedentes de consultas médicas durante la gestación.
Los investigadores determinaron que Aponte dio a luz en completa soledad y sin asistencia médica, lo que pone en evidencia la falta de apoyo o acompañamiento durante el embarazo. Tras dar a luz, decidió no comunicar la situación a ningún familiar y actuó en solitario durante las horas que siguieron al nacimiento.
La muerte del bebé, que nació con capacidad para sobrevivir, ha sido catalogada como una tragedia evitable por parte de los investigadores. Según los documentos del caso, fue el padre de Aponte quien descubrió el cuerpo del recién nacido en el cesto de ropa sucia, envuelto en una toalla, y fue él quien realizó la llamada de emergencia que llevó al descubrimiento del crimen.
Aponte permanece en libertad bajo supervisión judicial hasta su entrega el 11 de abril
Mientras se concreta su entrega voluntaria, Kimberly Aponte permanece en libertad bajo condiciones impuestas por el tribunal. La sentencia definitiva dependerá del cumplimiento del acuerdo y de las condiciones establecidas por el juez, que evaluará el contexto del caso, los informes forenses y los testimonios presentados durante el proceso.
La Fiscalía del Condado de Bergen no ha emitido declaraciones adicionales sobre si buscará o no una pena más severa, y tampoco se han revelado detalles sobre posibles medidas de rehabilitación o programas sociales relacionados con el caso. Aponte será trasladada a un centro penitenciario estatal tras su entrega el próximo viernes 11 de abril, según confirmaron las autoridades judiciales a The Bergen Record.
