
En un caso que ha conmocionado a la comunidad de Sulphur, Luisiana, una madre ha sido acusada de asesinato en segundo grado más de cinco décadas después de la muerte de su hijo. Alice Marie Rollinson Bunch Idlett, de 75 años, fue arrestada el 27 de marzo de 2025, tras una nueva investigación que reabrió el caso de la muerte de su hijo, Earl Dwayne Bunch III, quien falleció en enero de 1970. Según KPLCTV, la policía de Sulphur comenzó a investigar nuevamente el caso en 2022 a petición de la familia del niño.
En el momento de su muerte, Earl tenía solo 16 meses y las lesiones que sufrió fueron inicialmente atribuidas a una caída de su cuna. Sin embargo, tras la exhumación de sus restos y un examen forense realizado por el FBI, se determinó que la causa de la muerte fue homicidio. KFDM informó que el Dr. J.M. Thorkelson, quien examinó al niño en 1970, observó “marcas de mordeduras en el cuerpo de Earl Dwayne y una marca de quemadura en sus nalgas”, además de múltiples fracturas en el cráneo y el hombro derecho.
Durante el tiempo de la muerte del niño, su padre, Earl Bunch Jr., estaba sirviendo en la guerra de Vietnam. En 1983, Earl Jr. solicitó el divorcio de Idlett, y en un caso de custodia de 1985, se revelaron cartas escritas por Idlett a su esposo mientras él estaba en Tailandia. En estas cartas, Idlett expresó su odio hacia su hijo, escribiendo: “No quiero ser madre. Nunca lo quise y por eso dije que Dios me castigó”. People destacó que en una carta del 4 de noviembre de 1969, Idlett escribió: “Acabo de terminar de azotar a ese pequeño bastardo. Lo odio. Esa es la verdad honesta”.
La mamá aseguró ser inocente cuando su hijo murió

KPLCTV también informó que Idlett negó haber tenido algo que ver con la muerte de su hijo, afirmando que “probablemente se fracturó el cráneo cuando se cayó de su cama en casa de su abuela”. Sin embargo, las pruebas presentadas ante un gran jurado llevaron a su acusación formal por asesinato en segundo grado. Actualmente, Idlett está detenida en el Centro Correccional de la Parroquia de Calcasieu con una fianza de 950,000 dólares.
El caso ha captado la atención de los medios debido a la gravedad de las acusaciones y el tiempo transcurrido desde la muerte del niño. KFDM revisó archivos de periódicos de la época y encontró que solo se publicó un breve obituario en el periódico local Southwest Star tras la muerte del bebé. La falta de acción en ese momento se debió a que el padre del niño, Earl Jr., aceptó la muerte de su hijo como un accidente, ya que no podía creer que la mujer que amaba pudiera haber dañado a su propio hijo.
La reapertura del caso en 2022 fue impulsada por la familia sobreviviente del niño, quienes solicitaron a las autoridades que revisaran las circunstancias de su muerte. Con la ayuda de Gulf Coast Forensic Solutions, los restos de Earl fueron exhumados y enviados al FBI para un examen forense, lo que finalmente llevó a la acusación de Idlett.
Asesinato en Luisiana y reapertura de casos

En Luisiana, el asesinato en segundo grado se define generalmente como el acto de matar a una persona con la intención de causar daño grave, pero sin premeditación. La condena por asesinato en segundo grado conlleva una pena obligatoria de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional o reducción de la sentencia.
La reapertura de casos no resueltos después de varios años es un proceso complejo. En Luisiana, no existe un estatuto de limitaciones para los delitos de homicidio, lo que significa que un caso puede ser reabierto si se presentan nuevas pruebas que lo justifiquen. Esto es crucial para investigaciones que, como en el caso de Idlett, han pasado décadas sin resolución, permitiendo a las autoridades llevar a cabo nuevas investigaciones y denunciar a los sospechosos siempre que se disponga de evidencia suficiente.