¿Cómo vivir más de 100 años? Un grupo de personas centenarias comparte su ‘fórmula de la juventud’

A medida que los años pasan, el desgaste en el cuerpo puede impedir llevar una vida activa, pero algunos han descubierto como mantenerse ‘jóvenes’ sin importar la edad

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Varias personas de la tercera
Varias personas de la tercera edad han compartido sus secretos para sentirse fuertes y sanos en la vejez. (Imagen Ilustrativa Infobae)

A las cuatro de la mañana, el despertador suena en la casa de JoCleta Wilson en Louisville, Kentucky. Se levanta, prepara café, se maquilla y se sube al auto rumbo a su empleo. Wilson, quien vive sola y maneja su vida con autonomía, no es una jubilada común. A sus 100 años, trabaja dos o tres veces por semana en una sucursal de Home Depot, donde cumple turnos matutinos como cajera. “Eso es lo que me mantiene lúcida”, dijo Wilson al diario The Washington Post. No lo hace por necesidad económica, sino por salud mental y física. Trabaja de seis a diez de la mañana y permanece de pie durante toda su jornada.

Wilson no es una excepción aislada, sino parte de un grupo creciente de personas mayores en Estados Unidos que eligen mantenerse activas más allá de la edad de jubilación. Según publicó The Washington Post, esta tendencia está respaldada por una cantidad significativa de investigaciones científicas que asocian la actividad regular —sea laboral, voluntaria o recreativa— con una mayor esperanza de vida. Deborah Carr, directora del Center for Innovation in Social Science y profesora en la Universidad de Boston, explicó al medio que “mantenerse ocupado beneficia la salud mental, la física y tiene muchos efectos positivos”.

Los científicos coinciden en que actividades como el trabajo o el voluntariado incrementan el sentido de propósito, un factor que puede reducir el riesgo de mortalidad por todas las causas. Además, el contacto social frecuente y la inclusión en redes comunitarias disminuyen los niveles de soledad, lo que impacta directamente en enfermedades como la depresión, la ansiedad o incluso los trastornos cardíacos. Para personas mayores que viven solas, como Wilson, estar ocupadas también significa tener más ojos y oídos atentos a su bienestar.

Una rutina activa que da sentido

JoCleta Wilson aseguró que trabajar
JoCleta Wilson aseguró que trabajar la ha ayudado a mantenerse activa y en forma. (Imagen ilustrativa Infobae)

JoCleta Wilson comenzó a trabajar en Home Depot en julio de 2021. Afirmó que lo hace “para levantarse, moverse y sentirse importante”. Además de operar la caja registradora, encuentra valor en interactuar con los clientes, lo que, según sus propias palabras, refuerza su función cognitiva y su bienestar emocional. “Hacer sonreír a la gente y ser una luz en su día es muy importante para mí”, dijo a The Washington Post. En su tiempo libre, Wilson baila —fue bailarina profesional—, toca el piano, pinta, cocina y escribe una lista de tareas diaria mientras toma café.

El caso de Wilson refleja lo que los expertos han documentado con datos. Según Deborah Carr, mantenerse ocupado puede proteger especialmente a adultos mayores que viven solos, porque les permite formar vínculos, establecer rutinas y ser visibles para su comunidad. El aislamiento, por el contrario, se ha relacionado con deterioro cognitivo y mayor riesgo de mortalidad. “Significa más ojos y oídos”, afirmó Carr en diálogo con The Washington Post, al referirse al rol protector de la interacción social.

Evidencia científica: ocupación, propósito y salud

Un estudio reciente citado por The Washington Post sugiere que extender la vida laboral —particularmente si el trabajo tiene sentido personal— puede estar vinculado a una mayor longevidad. Del mismo modo, hacer voluntariado podría ralentizar el envejecimiento biológico. Según Karl Pillemer, profesor de desarrollo humano en la Universidad de Cornell, participar en tareas sociales como el voluntariado “reduce el riesgo de mortalidad de forma sorprendentemente alta”. También señaló que quienes hacen estas actividades tienden a cumplir con las recomendaciones de actividad física.

El voluntariado, el trabajo y los pasatiempos ofrecen beneficios psicológicos y fisiológicos porque permiten mantener rutinas, relaciones sociales y una identidad activa. La sensación de propósito es clave. Así lo expresó Deborah Szekely, de 102 años, fundadora del centro de bienestar Rancho La Puerta, en México. Todavía trabaja dos días por semana, organiza almuerzos y cenas, y dirige sesiones de preguntas y respuestas con los huéspedes. “Para tener longevidad, se necesita propósito”, afirmó a The Washington Post. “Estar ocupado te da propósito”.

Otros rostros del envejecimiento activo

Para varios ancianos, el salir
Para varios ancianos, el salir a repartir comida o hacer otras actividades altruistas puede ser beneficioso. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Además de Wilson y Szekely, otros adultos mayores en Estados Unidos viven activamente bien entrada su vejez. Virginia Oliver, conocida como la “Lobster Lady”, tiene 104 años y aún saca trampas de langostas en Maine. Hilda Jaffe, de 102, camina 3.000 pasos al día, participa en un club de lectura y colabora como voluntaria en la Biblioteca Pública de Nueva York. Doug Turner, de 87 años, organiza una fiesta invernal anual para su vecindario en Bucks County, Pensilvania, y entrega las invitaciones escritas a mano, puerta por puerta.

Otro ejemplo es Bill Youman, de 83 años, exprofesor de secundaria, que dedica sus mañanas a repartir comidas para el programa Meals on Wheels en Terre Haute, Indiana, y en Navidad participa como voluntario para el Ejército de Salvación. “Todos se sienten mejor cuando ayudan a otros”, declaró a The Washington Post. Youman atribuye su buena salud, en parte, a su actividad voluntaria. “Soy yo quien se beneficia”, afirmó. Ver sonrisas en cada entrega lo motiva a continuar.

Barreras invisibles para un envejecimiento activo

Pese a los beneficios comprobados, envejecer activamente no es accesible para todos. Deborah Carr explicó a The Washington Post que la discriminación por edad puede dificultar que las personas mayores consigan empleo, se integren a grupos sociales o formen nuevas amistades. A eso se suman las desigualdades económicas y raciales, que influyen en la calidad del envejecimiento. “Los adultos mayores pueden mantenerse comprometidos, pero hay que dejarlos entrar”, afirmó Carr.

Frente a estas barreras, los expertos recomiendan adaptar las actividades a las capacidades físicas y cognitivas de cada persona. Si alguien no puede hacer yoga en el suelo, puede hacerlo desde una silla. Si no le gusta salir, puede desarrollar pasatiempos en casa. Deborah Szekely sugiere establecer una rutina diaria, contactar a amistades e identificar intereses comunes. “Hay algo que todos pueden encontrar y hacer”, concluyó JoCleta Wilson. “Sigan esforzándose”.