
El vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance, acusó a Dinamarca de haber fracasado de su administración de Groenlandia e insistió en que Estados Unidos debe tomar el control de la isla.
A su llegada al país, en el marco de una visita que generó gran polémica y debió ser reducida en su itinerario, el vicepresidente sostuvo que las decisiones de los últimos años de Copenhague han llevado a que, ahora, no haya “otra opción” más que el traspaso de su dominio a la Casa Blanca, a fin de garantizar la seguridad en el lugar, en la región y en el mundo, en general.
“Nuestro mensaje para Dinamarca es muy simple: no han hecho un buen trabajo con la gente de Groenlandia. Han invertido insuficientemente en la gente de Groenlandia y han invertido insuficientemente en la arquitectura de seguridad de esta increíble y hermosa masa de tierra llena de gente increíble. Eso tiene que cambiar”, comenzó diciendo durante su visita a la Base Espacial Pituffik, donde están las tropas estadounidenses.
En un intento por alentar la independencia de los groenlandeses, Vance adelantó que “podríamos hacer que estén mucho más seguros, podríamos brindar mucha más protección y creo que también les iría mucho mejor económicamente”.

No obstante, reconoció que esta idea podría no ser muy popular al principio pero confió que “en última instancia, se asociarán con Estados Unidos”, descartando -posiblemente- el uso de la fuerza militar.
“Como pensamos que el pueblo de Groenlandia es racional y bueno, creemos que vamos a tener que llegar a un acuerdo, al estilo de Trump, para garantizar la seguridad de este territorio pero también la de Estados Unidos”, insistió.
Mientras Vance se dirigía a las tropas, en Washington Trump brindó una nueva conferencia de prensa desde el Despacho Oval, en la que ahondó en las amenazas que rodean a esta isla, rica en minerales y estratégicamente crítica.
“Necesitamos Groenlandia para la seguridad nacional. Groenlandia es muy importante para la paz del mundo. Creo que Dinamarca lo entiende y creo que la Unión Europea lo entiende y, si no lo hacen, tendremos que explicárselo”, dijo el Presidente al respecto.

Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha insistido en que Estados Unidos debe hacerse con el control de esta isla que, en los últimos años, se convirtió en una de las principales puertas de entrada náutica al Ártico y en uno de los accesos clave del Atlántico Norte a América del Norte, con un alto valor estratégico.
En consecuencia, cada vez más países como Rusia y China buscan aumentar sus rutas en esta zona y su lugar en la explotación de los recursos naturales, lo que deja en riesgo a Washington y a otros países.
“Tenemos que asegurarnos de que Estados Unidos sea líder en el Ártico porque sabemos que si no lo hace, otros países llenarán el vacío donde nos quedemos rezagados. Este es un gran problema que solo va a crecer en las próximas décadas”, advirtió recientemente Vance, que vio -por tanto- necesario ir a la isla para seguir de cerca la situación en el lugar.

Sin embargo, esta postura fue fuertemente repudiada por los propios groenlandeses y la comunidad internacional, que rechazó los deseos de Trump.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, consideró las recientes acciones de la presidencia estadounidense como “una presión inaceptable”, mientras que los cinco partidos elegidos para el parlamento se comprometieron a trabajar juntos en la defensa del país.
“Es un momento en el que, como población, estamos bajo presión. Debemos mantenernos unidos. Juntos somos más fuertes”, dijo el primer ministro designado, Jens-Frederik Nielsen.
(Con información de AP)