
El Annual Threat Assessment de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos (ODNI, por sus siglas en inglés), publicado este lunes, detalla un amplio abanico de amenazas contra la seguridad nacional de Estados Unidos, provenientes tanto de actores estatales como no estatales. Elaborado con información hasta el 18 de marzo, resalta una creciente cooperación entre adversarios tradicionales y el auge de organizaciones criminales transnacionales que atentan contra los ciudadanos estadounidenses y las infraestructuras críticas del país.
Según el informe, los actores estatales más destacados en su capacidad de desafiar a Estados Unidos son China, Rusia, Irán y Corea del Norte. Cada uno representa una amenaza distinta, pero también complementaria, que puede verse reforzada por su colaboración mutua en áreas como armamento, ciberataques, desinformación, comercio y operaciones espaciales.
China, una amenaza integral
China es descrita como el actor estatal más capaz de desafiar los intereses estadounidenses a nivel global. Según el informe, el presidente Xi Jinping busca fortalecer el poder de la República Popular China (RPC) para asegurar la supremacía regional y desplazar progresivamente la influencia estadounidense. Este objetivo se canaliza a través de campañas militares, económicas, tecnológicas y diplomáticas de amplio espectro.
En el plano militar, el Ejército Popular de Liberación (EPL) ha avanzado en capacidades de proyección de fuerza, con el despliegue del portaaviones Fujian (CV-18) y la puesta en servicio del misil balístico DF-27, con un alcance estimado de entre 5.000 y 8.000 kilómetros. También se ha detectado un incremento en las operaciones militares alrededor de Taiwán, acompañadas de presiones económicas y diplomáticas contra gobiernos que mantienen relaciones con la isla.
En ciberseguridad, el grupo chino identificado como Volt Typhoon ha comprometido infraestructuras estadounidenses clave con miras a posibles ataques durante una crisis. La campaña denominada Salt Typhoon, según el informe, demuestra la capacidad china de infiltrarse en sistemas de telecomunicaciones de manera sostenida.
El dominio chino en sectores tecnológicos estratégicos también es motivo de alarma. Beijing invierte miles de millones en inteligencia artificial, biotecnología y semiconductores, con el objetivo de alcanzar la autosuficiencia y superar a Estados Unidos en estas áreas antes de 2030. China lidera la producción mundial de chips lógicos de tecnología “legacy” y acapara una proporción significativa de materiales críticos como galio y germanio, usados en la fabricación de dispositivos electrónicos.
En el ámbito espacial, China ha consolidado su constelación Beidou, compitiendo con el GPS estadounidense, y avanza en su programa lunar con el objetivo de establecer una base en la Luna para 2035. También ha demostrado capacidades antisatélite, incluyendo armas de energía dirigida y misiles ASAT.
Rusia: agresión militar y amenaza nuclear

Rusia sigue representando una amenaza existencial a través de su arsenal nuclear y sus capacidades cibernéticas y espaciales. El informe subraya que el presidente Vladimir Putin considera la guerra en Ucrania como un conflicto proxy contra Occidente, con consecuencias que podrían escalar hacia una confrontación directa con la OTAN.
A pesar de las pérdidas militares, Rusia mantiene intactas sus fuerzas aéreas y navales, así como su arsenal estratégico. El informe detalla que Moscú ha aumentado su presupuesto de defensa al nivel más alto desde el inicio del mandato de Putin y ha fortalecido su industria militar mediante cooperación con Irán, China y Corea del Norte.
En el plano cibernético, Rusia ha combinado con éxito ataques digitales y operaciones militares, y se sospecha que ha preposicionado accesos en infraestructuras críticas estadounidenses. Moscú también continúa desarrollando capacidades antisatélite, incluyendo misiles y armas de energía dirigida.
Una de las revelaciones más alarmantes es que Rusia estaría desarrollando un satélite con capacidad nuclear como arma antisatélite. Una detonación en el espacio, advierte el informe, tendría consecuencias devastadoras para todas las naciones, dañando satélites de comunicaciones, navegación y vigilancia.
Irán: proyección regional y ciberamenazas
Irán ha ampliado su influencia regional a través del apoyo a actores armados como Hezbollah, los hutíes en Yemen y grupos chiitas en Irak. Según el informe, Teherán continúa modernizando sus misiles balísticos y drones de ataque, que ha utilizado para abastecer a Rusia en el conflicto ucraniano.
Aunque no se ha reactivado su programa de armas nucleares, el informe señala una creciente presión interna en favor de su desarrollo. Irán también ha intensificado sus operaciones cibernéticas agresivas, incluyendo ataques vinculados con el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC).
En el plano interno, la economía iraní sigue bajo presión, con alta inflación y descontento social. El régimen ha enfrentado protestas masivas desde 2022, lo que podría debilitar su estabilidad a largo plazo.
Corea del Norte: misiles, armas nucleares y apoyo a Rusia

Corea del Norte continúa desarrollando misiles balísticos intercontinentales (ICBM) con capacidad para alcanzar el territorio estadounidense. En 2024, Kim Jong Un firmó un tratado estratégico con Rusia, comprometiéndose a enviar tropas y municiones a Ucrania. A cambio, recibe asistencia tecnológica y apoyo diplomático.
El régimen norcoreano ha incrementado su arsenal nuclear y ha probado misiles hipersónicos con cargas maniobrables. También ha utilizado ciberataques para financiar sus programas militares, robando cientos de millones de dólares en criptomonedas anualmente.
Crimen organizado y terrorismo: amenazas no estatales
El informe destaca que las organizaciones criminales transnacionales (TCOs) y los grupos terroristas continúan representando una amenaza directa a la seguridad estadounidense.
Los cárteles mexicanos, como el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, siguen siendo los principales proveedores de fentanilo y otras drogas sintéticas. En el periodo de 12 meses hasta octubre de 2024, estas sustancias causaron más de 52.000 muertes en Estados Unidos, aunque con una reducción del 33% respecto al año anterior, atribuida en parte al mayor acceso a naloxona.
También se documenta una intensificación de los ataques con artefactos explosivos improvisados (IEDs) por parte de TCOs en México, con casi 1.600 incidentes en 2024, lo que supone una transformación significativa del entorno de seguridad mexicano.
En materia de terrorismo, el informe resalta la amenaza de ISIS-K, rama del Estado Islámico en Asia Central, que ha ejecutado ataques masivos en Irán y Rusia, y ha logrado inspirar intentos de ataque en Estados Unidos, como el plan abortado de un ciudadano afgano para atentar el día de las elecciones de 2024.
También Al-Qaeda sigue manteniendo intenciones de atacar a Estados Unidos, utilizando conflictos como el de Gaza para incitar a la violencia. Su filial en Yemen, AQAP, ha relanzado su manual Inspire, instando a ataques contra objetivos judíos y estadounidenses.
Infraestructura crítica y ciberseguridad
El informe subraya la creciente vulnerabilidad de la infraestructura crítica del país ante ciberataques. En octubre de 2024, actores criminales atacaron servicios de agua potable, posiblemente motivados por campañas previas de hackers rusos e iraníes. También se reportó un ataque con ransomware que interrumpió al mayor procesador de pagos del sistema de salud estadounidense.
Las TCOs han adoptado criptomonedas para el lavado de dinero y utilizan redes complejas para burlar los sistemas de vigilancia financiera. También persiste la amenaza del tráfico de personas, con casos de explotación laboral y sexual vinculados a redes de contrabando a lo largo de la frontera sur.
Migración y seguridad fronteriza
La inmigración irregular sigue siendo un punto crítico, aunque las cifras han bajado en lo que va de 2025. Las detenciones en la frontera suroeste cayeron un 85% en enero respecto al mismo mes de 2024, atribuible a un refuerzo en las políticas de deportación y seguridad. Aun así, el informe advierte que factores como el crimen, la pobreza y la represión política seguirán impulsando la migración desde América Latina.
Finalmente, el informe advierte que las amenazas descritas no ocurren de forma aislada. La cooperación entre adversarios estatales y el uso de grupos no estatales como instrumentos de poder indirecto están configurando un entorno de seguridad más complejo y peligroso. El alineamiento entre China, Rusia, Irán y Corea del Norte, aunque heterogéneo, aumenta el riesgo de que una confrontación con uno de ellos arrastre a los demás, creando una crisis de escala global.