
Autoridades sanitarias en Estados Unidos han identificado nuevos casos de una alergia alimentaria que se manifiesta tras el consumo de carne roja y que podría estar vinculada a la picadura de garrapatas fuera de las regiones donde previamente se había registrado este fenómeno. La condición, conocida como síndrome de alfa-gal, provoca reacciones inmunológicas que pueden incluir urticaria, síntomas gastrointestinales y, en algunos casos, anafilaxia, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Hasta ahora, la mayoría de los casos se relacionaban con la garrapata estrella solitaria (Amblyomma americanum), una especie común en el sur y centro-sur de Estados Unidos. Sin embargo, dos reportes recientes publicados en la revista Emerging Infectious Diseases del CDC documentan casos en los estados de Maine y Washington, donde esta especie no tiene una presencia establecida, según informó NBC News el 21 de marzo de 2025.
Los nuevos hallazgos han generado atención entre expertos y autoridades de salud pública, ya que los pacientes afectados no habían viajado a zonas endémicas. Las personas reportaron haber sido mordidas por garrapatas locales, lo que indica la posible participación de otras especies como vectores del síndrome de alfa-gal, según los autores de los informes citados por NBC News.
¿Cómo actúa el síndrome de alfa-gal en el organismo?
El síndrome de alfa-gal no es provocado por virus ni bacterias, sino por una respuesta del sistema inmunológico a la molécula de galactosa-alfa-1,3-galactosa (alfa-gal), presente en la carne de mamíferos no primates como vacas, cerdos, ciervos y conejos. Esta molécula también puede encontrarse en la saliva de ciertas especies de garrapatas, según explicó el CDC.
Al morder, algunas garrapatas inyectan esta sustancia en el torrente sanguíneo humano. En ciertas personas, esta exposición genera la producción de anticuerpos tipo IgE, desencadenando una alergia que se activa horas después del consumo de carne roja. A diferencia de otras alergias alimentarias, como la del maní o los mariscos, los síntomas del síndrome de alfa-gal suelen aparecer entre dos y ocho horas después de la exposición, según la epidemióloga Johanna Salzer del CDC, citada por NBC News.
Los síntomas pueden variar según la persona. Algunos desarrollan urticaria o dolor abdominal, mientras que otros presentan vómito, diarrea o dificultad respiratoria. En casos más graves, se ha documentado anafilaxia, una reacción potencialmente mortal. El carácter tardío y variable de los síntomas complica su diagnóstico clínico, especialmente en ausencia de antecedentes evidentes de picadura, según el CDC.

¿Qué especies de garrapatas están relacionadas con la alergia a la carne?
En los dos casos recientes reportados por el CDC, las pacientes fueron mordidas por especies distintas a la garrapata estrella solitaria. En el estado de Washington, una mujer de 61 años desarrolló anafilaxia después de comer carne de res, semanas después de una mordedura de garrapata. También tuvo reacciones tras consumir carne de cerdo. En Maine, una mujer de 45 años presentó malestar estomacal tras ingerir conejo asado, nueve días después de quitarse una garrapata del brazo.
Ambas mujeres dieron positivo en pruebas de anticuerpos para alfa-gal. Los investigadores identificaron a las garrapatas como Ixodes scapularis, conocida como garrapata de patas negras o del venado, y Ixodes pacificus, presente en la costa oeste. Estas especies son ampliamente conocidas por su vínculo con la enfermedad de Lyme, pero hasta ahora no habían sido asociadas con el síndrome de alfa-gal, según el CDC.
Douglas Norris, profesor de microbiología molecular e inmunología en la Universidad Johns Hopkins, señaló que estas garrapatas podrían haber causado reacciones similares en el pasado, pero sin ser detectadas o asociadas formalmente. El síndrome también ha sido documentado en África, Europa, Australia y América Central, donde se han identificado diferentes especies como vectores, según datos del CDC.

¿Dónde se concentran los casos de síndrome de alfa-gal en EE.UU.?
El CDC estima que alrededor de 450.000 personas en Estados Unidos podrían haber desarrollado el síndrome desde su identificación en 2009. Los estados con mayor número de casos reportados incluyen Alabama, Arkansas, Georgia, Kentucky, Misuri, Oklahoma, Carolina del Norte, Tennessee y Virginia. Estas regiones coinciden con la distribución geográfica de la garrapata estrella solitaria.
No obstante, la aparición de casos en Maine y Washington —donde esta garrapata no se encuentra de forma establecida— sugiere que el mapa epidemiológico podría estar cambiando. En 2023, el Departamento de Salud de Maine documentó 23 casos confirmados del síndrome de alfa-gal, aunque en muchos de ellos no se pudo determinar si las personas habían sido picadas localmente o durante viajes, según datos citados por NBC News.
Salzer, del CDC, indicó que si especies como Ixodes scapularis fueran responsables de una proporción significativa de los casos, el patrón geográfico sería distinto. Aunque se requieren más estudios, los informes actuales amplían la preocupación sobre el alcance del síndrome.

¿Qué relación tiene el cambio climático con el aumento de casos?
El aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones climáticos están favoreciendo la expansión de las garrapatas hacia regiones donde antes no sobrevivían. Matthew Aliota, profesor en la Universidad de Minnesota, explicó que las poblaciones de garrapatas, especialmente las de la estrella solitaria, están creciendo y extendiéndose a nuevas áreas del país, según declaraciones recogidas por NBC News.
Este fenómeno está asociado al cambio climático, que genera condiciones favorables para la reproducción y supervivencia de los vectores. La mayor distribución geográfica implica un aumento potencial del riesgo de exposición a enfermedades y afecciones relacionadas con estos artrópodos.
El CDC advierte que la temporada de mayor actividad comienza en abril y se extiende durante los meses cálidos. Ante este panorama, las autoridades recomiendan intensificar las medidas de precaución en entornos al aire libre.
¿Cómo prevenir las picaduras de garrapatas y el síndrome de alfa-gal?
La principal medida de prevención es evitar la picadura de garrapatas. El CDC recomienda utilizar repelente con DEET, vestir ropa de manga larga, pantalones largos y calcetines al caminar por zonas boscosas o con vegetación alta. También aconseja revisar el cuerpo al regresar a casa y ducharse para eliminar posibles garrapatas que aún no se hayan adherido.
Salzer indicó que, aunque no todas las personas mordidas por garrapatas desarrollan la alergia, es importante reducir la exposición al riesgo, especialmente en zonas con alta densidad de garrapatas. Las personas que presenten síntomas compatibles tras haber estado en áreas rurales deben consultar con un médico, quien puede solicitar pruebas de anticuerpos IgE específicos para alfa-gal.