
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este viernes una orden para revocar el acceso a información clasificada a su predecesor Joe Biden (2021–2025), a la vicepresidenta Kamala Harris, y a otros altos ex funcionarios del Partido Demócrata y críticos de su gestión, incluidas figuras como la ex secretaria de Estado Hillary Clinton.
La medida también afecta a miembros del entorno familiar de Biden y a ex funcionarios republicanos que participaron en investigaciones en su contra, como parte de una lista total de 15 personas.
La Casa Blanca difundió un memorando firmado por Trump, dirigido a los responsables de los departamentos y agencias del Ejecutivo, en el que se instruye la revocación inmediata de todas las credenciales de seguridad activas de los nombrados, así como su acceso sin escolta a instalaciones gubernamentales.
“He determinado que ya no es de interés nacional que las siguientes personas accedan a información clasificada”, señala el documento, que menciona a Biden y “a cualquier otro miembro de su familia”, además de altos funcionarios del Gobierno anterior como Antony Blinken, ex secretario de Estado, y Jake Sullivan, ex asesor de Seguridad Nacional.
La decisión también abarca a antiguos opositores políticos de Trump, como Clinton, su rival en los comicios presidenciales de 2016, y Harris, con quien compitió en las elecciones de noviembre pasado.

Además, figuran en la lista personas vinculadas a investigaciones que han afectado directamente al presidente republicano, como el ex congresista Adam Kinzinger, quien integró el comité legislativo que investigó el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, y el fiscal Alvin Bragg, encargado del caso en Nueva York por el que Trump se convirtió en el primer presidente en ser condenado por un delito penal.
El memorando forma parte de una escalada de represalias políticas que comenzó en 2021, cuando el entonces presidente Joe Biden decidió revocar el acceso de Trump a información clasificada tras el ataque al Capitolio y su difusión de teorías infundadas sobre un supuesto fraude electoral en los comicios de 2020. En ese momento, Biden justificó la decisión argumentando que el “comportamiento errático” de Trump representaba un riesgo para la seguridad nacional.
Trump ya había anunciado en febrero su intención de suspender tanto los informes de inteligencia diarios que solían compartirse con ex presidentes como cualquier acceso a información confidencial por parte de Biden y de otros miembros de su administración.

Esta nueva directiva formaliza esa política, ampliándola a otros actores del entorno político demócrata y a exfuncionarios republicanos críticos de su gestión, como la ex congresista Liz Cheney, también excluida de cualquier acceso futuro a información clasificada.
Entre los afectados por la orden presidencial también están funcionarios de carrera y expertos en inteligencia que trabajaron bajo administraciones tanto demócratas como republicanas, como Fiona Hill, analista británica que fue asesora de Trump en temas de seguridad nacional y testigo clave durante el primer juicio político contra el ex presidente, y Alexander Vindman, coronel retirado del ejército de Estados Unidos, nacido en Kiev, quien expresó públicamente su preocupación por las comunicaciones de la Casa Blanca con autoridades rusas.
(Con información de AFP y EFE)