
Un caso del sistema de seguros médicos en Estados Unidos ha salido a la luz en los suburbios de Chicago, donde una mujer recibió casi 300.000 dólares en facturas médicas debido a un conflicto entre dos compañías aseguradoras.
Según informó NBC 5 Chicago, el problema comenzó cuando Jacci Andersen, quien se había mudado recientemente de Arkansas a Illinois, experimentó un cambio en su cobertura de salud que desencadenó una serie de complicaciones administrativas y financieras.
De acuerdo con el medio, Andersen había estado cubierta por un plan de Blue Cross Blue Shield emitido en Arkansas, válido únicamente dentro de ese estado. Sin embargo, al mudarse a Illinois, contrató un nuevo seguro con United Healthcare, creyendo que este sería su único proveedor.
Durante varios años, United Healthcare procesó y pagó casi 300.000 dólares en reclamaciones médicas presentadas por Andersen. Pero en febrero de 2024, la compañía se retractó de esos pagos al descubrir que el plan de Blue Cross Blue Shield seguía activo y debía considerarse como el seguro principal.
Un cambio de residencia que desató un problema administrativo

El conflicto se originó cuando Andersen, al mudarse de Arkansas a Illinois, asumió que su nuevo seguro cubriría todas sus necesidades médicas. Sin embargo, según detalló NBC 5 Chicago, United Healthcare informó a Andersen que su plan de Blue Cross Blue Shield debía ser cancelado para que el nuevo seguro pudiera operar como su cobertura principal.
Este detalle, que no fue comunicado inicialmente, provocó que las reclamaciones médicas fueran rechazadas o devueltas, dejando a Andersen con más de 200 facturas pendientes.
La situación se complicó aún más cuando United Healthcare le indicó que debía contactar a cada uno de sus proveedores médicos para que estos enviaran las facturas primero a Blue Cross Blue Shield.
Solo después de que este último rechazara las reclamaciones, Andersen podría presentar los documentos a United Healthcare para su procesamiento. Este procedimiento, descrito por Andersen como “monumental”, la dejó enfrentando una carga administrativa abrumadora.
Cientos de horas dedicadas a resolver el problema

En declaraciones recogidas por NBC 5 Chicago, Andersen explicó que ha dedicado más de 100 horas a intentar resolver el problema de facturación. A pesar de sus esfuerzos, al momento de la publicación del informe, todavía quedaban 65 reclamaciones sin resolver.
“Recibo probablemente en un día unas 10 facturas, y en una semana hasta 50, ya sea por correo postal, correo electrónico o mensaje de texto”, señaló Andersen, quien mostró al medio carpetas llenas de correspondencia con ambas compañías aseguradoras.
Por su parte, United Healthcare aseguró en un correo electrónico al medio que están trabajando con Andersen para reprocesar las reclamaciones bajo su nuevo plan de salud.
Sin embargo, NBC 5 Chicago indicó que no recibió respuestas a sus preguntas de seguimiento sobre el caso. Asimismo, el medio intentó contactar a Blue Cross Blue Shield of Arkansas, pero no obtuvo respuesta.
Un problema que trasciende el caso individual
El caso de Andersen no es un hecho aislado, sino un reflejo de problemas más amplios en el sistema de seguros médicos en Estados Unidos. Según datos de la organización sin fines de lucro (KFF por sus siglas en inglés), casi la mitad de los adultos asegurados que enfrentan problemas con sus seguros no logran resolverlos de manera satisfactoria.
Además, el 28% de los encuestados reportó haber pagado más de lo esperado por tratamientos o servicios debido a complicaciones relacionadas con su cobertura. Estos datos subrayan las dificultades que enfrentan los consumidores al navegar por un sistema de seguros que, en muchos casos, resulta complejo y poco transparente.