
Un trágico incidente ocurrido en Illinois, Estados Unidos, dejó a Matt Porter, un hombre de 35 años, gravemente herido y enfrentando una decisión desgarradora: acabar con la vida de su perro para salvar la suya. Según informó People, el ataque, que duró aproximadamente 45 minutos, dejó a Porter con más de 70 mordeduras en su cuerpo y sin la funcionalidad de una de sus manos. El hombre relató que, en un acto de desesperación, tuvo que asfixiar al animal con sus antebrazos, ya que no veía otra salida para detener la agresión.
Porter explicó que el ataque ocurrió el pasado 19 de febrero en su hogar, cuando el perro, una pitbull llamada Karma, lo atacó de manera inesperada. “La sangre salía a chorros. Fue aterrador. No sé qué le pasó, pero no se detenía”, declaró Porter, según Daily Mail.
A pesar de intentar calmar al animal hablándole, la situación se tornó cada vez más violenta, con el perro intentando morderle el cuello. “Estaba perdiendo mucha sangre y no quería morir”, añadió. Finalmente, logró inmovilizar al animal y asfixiarlo, perdiendo el conocimiento poco después en un charco de sangre de más de dos metros de ancho.

Un rescate que terminó en tragedia
Karma había llegado a la vida de Porter ocho meses antes del ataque, tras ser rescatada de una familia abusiva. Según detalló una campaña de recaudación de fondos en GoFundMe, organizada por la hermana de Porter para cubrir los gastos médicos, el hombre había adoptado al perro con la intención de darle una nueva oportunidad. “Karma estaba desnutrida cuando la encontró, tan delgada que se le veían las costillas”, explicó Porter, quien aseguró que la alimentó hasta que alcanzó un peso saludable de 25 kilogramos.
El perro, descrito inicialmente como “dulce y cariñoso”, había mostrado algunos signos de agresión en el pasado. Porter recordó que en ocasiones, al intentar tomarla del collar para sacarla al exterior, Karma intentaba morderlo. Sin embargo, estos episodios no parecían ser motivo de alarma para él. “Pensé que simplemente no le gustaba que la agarraran de esa manera”, comentó. La adopción del animal había sido sugerida por su madre como una forma de ayudarlo a superar una ruptura amorosa reciente.
El ataque dejó a Porter con lesiones severas en ambos brazos, que requirieron tres cirugías reconstructivas durante su hospitalización de una semana. Según Daily Mail, el daño fue tan grave que el perro llegó a desgarrar tanto músculo que los huesos y tendones quedaron expuestos. A pesar de los esfuerzos médicos, Porter perdió la funcionalidad de su mano derecha, lo que lo obligó a abandonar su trabajo como podador de árboles, una profesión que dependía en gran medida de sus habilidades físicas.

“Los cirujanos tuvieron que volver a colocar mis músculos”, explicó Porter, quien ahora enfrenta dificultades para realizar tareas cotidianas como atarse los zapatos, escribir o preparar alimentos. Además, confesó que apenas puede dormir una hora por noche debido al dolor y las pesadillas recurrentes. “Todo es una lucha. Mis dedos no funcionan, y mis brazos tienen un aspecto horrible”, lamentó.
A pesar de la brutalidad del ataque, Porter asegura que no culpa a Karma por lo sucedido. “La amo y siento que simplemente tuvo un mal día”, expresó. El hombre decidió cremar los restos del animal y conservar sus cenizas en su hogar como un recordatorio de los momentos felices que compartieron antes del incidente. “No le guardo rencor”, afirmó.
La campaña en GoFundMe destaca que Porter necesitará múltiples cirugías adicionales y apoyo financiero para adaptarse a su nueva realidad. “Va a necesitar toda la ayuda posible”, señala la descripción de la iniciativa, que busca aliviar la carga económica que enfrenta tras perder su empleo y quedar con discapacidades permanentes.