
La Administración Federal de Aviación (FAA) ha anunciado un ambicioso plan para modernizar la seguridad en los aeropuertos de Estados Unidos mediante la instalación de tecnología avanzada en 74 terminales aéreas antes de que finalice 2026.
Según informó Reuters, esta iniciativa busca reducir los riesgos de incursiones en las pistas, un problema que ha generado creciente preocupación en los últimos años debido a incidentes graves que han puesto en evidencia las vulnerabilidades del sistema actual.
Entre las medidas destacadas se encuentra la implementación del Dispositivo de Incursión de Pista, un sistema diseñado para alertar a los controladores de tráfico aéreo cuando una pista está ocupada.
Este mecanismo ya está operando en cuatro aeropuertos y se prevé su instalación en otros 70 durante los próximos 19 meses. La FAA también está trabajando en la incorporación de otras tecnologías complementarias, como el Surface Awareness Initiative (SAI) y el Approach Runway Verification, que mejorarán la vigilancia y el control en las operaciones aeroportuarias.
Un sistema de control aéreo en crisis

La modernización de los aeropuertos no es el único desafío que enfrenta la FAA. Según detalló Reuters, el secretario de Transporte, Sean Duffy, adelantó que en los próximos días presentará un plan para revisar y actualizar el sistema de control de tráfico aéreo del país, que actualmente opera con tecnologías obsoletas.
Este sistema, que es crucial para garantizar la seguridad y eficiencia de los vuelos, ha sido objeto de críticas debido a su envejecimiento y a la falta de personal capacitado.
La Oficina de Responsabilidad del Gobierno (GAO, por sus siglas en inglés) ha advertido que un tercio de los sistemas de control de tráfico aéreo son insostenibles, lo que subraya la urgencia de una reforma integral.
En este contexto, Duffy ha señalado que solicitará al Congreso una inversión de decenas de miles de millones de dólares para abordar estas deficiencias y garantizar la seguridad en el espacio aéreo estadounidense.
Incidentes recientes reavivan las alarmas

La preocupación por la seguridad en la aviación ha aumentado tras una serie de incidentes graves ocurridos en los últimos años. Según informó Reuters, uno de los casos más destacados fue el incidente en el aeropuerto de Austin en 2023, donde un avión de Southwest Airlines y otro de FedEx estuvieron a punto de colisionar en la pista.
Este aeropuerto ya cuenta con el Dispositivo de Incursión de Pista.
Además, la colisión de dos aviones regionales cerca del Aeropuerto Nacional Reagan de Washington, que dejó un saldo de 67 víctimas mortales, ha intensificado las demandas de mejoras en la seguridad aérea.
Escasez de personal y sobrecarga laboral

Otro factor que complica la situación es la falta de controladores de tráfico aéreo. Según consignó Reuters, la FAA enfrenta un déficit de aproximadamente 3.500 controladores, lo que ha obligado a muchos de ellos a trabajar horas extras y semanas de seis días para cubrir los turnos necesarios. Esta situación no solo afecta la eficiencia de las operaciones, sino que también incrementa el riesgo de errores humanos en un entorno ya de por sí exigente.
La falta de personal ha contribuido a retrasos en los vuelos y ha puesto de relieve la necesidad de una estrategia a largo plazo para formar y contratar nuevos controladores. Sin embargo, esta solución requiere tiempo y recursos significativos, lo que añade complejidad a los esfuerzos de modernización.
Nuevas tecnologías para mejorar la vigilancia
Además del Dispositivo de Incursión de Pista, la FAA está implementando el Surface Awareness Initiative (SAI), un sistema que utiliza datos de Vigilancia Dependiente Automática (VDA) para proporcionar a los controladores una visión más clara del tráfico en la superficie de los aeropuertos. Este sistema ya está en funcionamiento en 18 aeropuertos y se espera que se instale en otros 32 para finales de 2025.
Por su parte, el Approach Runway Verification busca mejorar la precisión en la identificación de las pistas durante las aproximaciones, reduciendo así el riesgo de errores en las operaciones de aterrizaje. Estas tecnologías forman parte de un esfuerzo más amplio por parte de la FAA para modernizar sus infraestructuras y adaptarse a las demandas del creciente tráfico aéreo.