
Las prescripciones de medicamentos para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) han aumentado de manera significativa en los últimos años, especialmente entre mujeres de mediana edad y mayores en Estados Unidos. A pesar de este crecimiento, las investigaciones indican que este grupo es el menos propenso a abusar de los fármacos, en comparación con hombres de la misma edad y mujeres más jóvenes.
Un análisis reciente publicado en JAMA Psychiatry por investigadores del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés) reveló que, al cierre de 2022, 1,7 millones de mujeres de entre 35 y 64 años estaban recibiendo recetas de estimulantes como Adderall y Ritalin. Esta cifra representa un aumento significativo en comparación con las 1,2 millones de prescripciones registradas en 2019. De acuerdo con los investigadores, este incremento se ha observado de manera general desde la pandemia de COVID-19 y el auge de la telemedicina, que facilitó el acceso a consultas y diagnósticos a distancia.
El estudio se basó en datos de más de 83.000 adultos de entre 18 y 64 años, recopilados a partir de las Encuestas Nacionales sobre Consumo de Drogas y Salud de 2021-2022. Además, los investigadores analizaron información de prescripciones médicas provenientes del IQVIA Total Patient Tracker y el National Prescription Audit New to Brand, abarcando el período de 2019 a 2022.

Las mujeres mayores son las menos propensas a abusar de los medicamentos
A pesar del aumento en la prescripción de fármacos para el TDAH, el análisis mostró que las mujeres de mediana edad y mayores presentan tasas significativamente más bajas de uso indebido de estos estimulantes en comparación con otros grupos demográficos. Según los datos publicados en JAMA Psychiatry, el 13,7% de las mujeres de entre 35 y 64 años reportó haber usado estos medicamentos de manera inadecuada en algún momento, ya sea tomando dosis superiores a las recetadas, utilizándolos en horarios distintos a los indicados o consumiendo fármacos de recetas ajenas.
Esta proporción es considerablemente menor que la registrada entre los hombres de la misma edad, donde el 22% admitió haber hecho un uso indebido de los medicamentos. La diferencia es aún más pronunciada al comparar con mujeres más jóvenes, entre quienes el 36,8% reconoció haber abusado de los estimulantes.
En términos generales, el estudio encontró que algo más de una cuarta parte de los adultos con recetas para TDAH admitieron haber utilizado los medicamentos de forma inadecuada, y alrededor del 9% fue diagnosticado con un trastorno por uso de estimulantes recetados, una condición que indica dependencia o adicción. Además, los investigadores observaron que las personas que tomaban anfetaminas o metanfetaminas (como Adderall y Desoxyn) tenían mayores probabilidades de abuso en comparación con quienes utilizaban metilfenidato (como Ritalin).
El incremento en las recetas no tiene una explicación clara
A pesar de la clara tendencia al alza en la prescripción de estimulantes en mujeres mayores, los investigadores no han determinado una causa específica para este fenómeno. Wilson Compton, subdirector del NIDA y coautor del estudio, señaló que el aumento ha sido “muy grande y no puedo explicarlo completamente”.
Algunos especialistas sugieren que parte de la razón podría estar en la falta de diagnósticos oportunos en mujeres que han tenido TDAH desde la infancia, pero que no fueron identificadas en su momento. Según Aaron Brinen, profesor asistente de psiquiatría en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, muchas niñas con TDAH no reciben un diagnóstico en la infancia porque sus síntomas suelen ser más sutiles que los de los niños. Mientras que los varones con el trastorno suelen exhibir conductas hiperactivas o impulsivas, las niñas tienden a presentar síntomas más relacionados con la falta de atención, lo que dificulta su detección por parte de padres y maestros.
“Puede que las mujeres se sientan más empoderadas para hablar sobre sus necesidades y dificultades”, afirmó Brinen en declaraciones recogidas por NBC News. En algunos casos, las mujeres adultas descubren que han vivido con TDAH sin saberlo y buscan tratamiento cuando sus síntomas afectan significativamente su calidad de vida.

Las exigencias de la vida adulta y los cambios hormonales como posibles factores
Otro factor que podría influir en el aumento de diagnósticos y prescripciones en mujeres mayores es el impacto de las responsabilidades de la vida adulta. Mariely Hernández, psicóloga clínica especializada en adicción y TDAH en el Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia, explicó que muchas mujeres logran sobrellevar los síntomas del TDAH hasta que enfrentan nuevas exigencias en su vida cotidiana.
“Las funciones ejecutivas necesarias para manejar una familia pueden sobrepasar sus recursos cognitivos, especialmente cuando los hijos son pequeños”, detalló Hernández en entrevista con NBC News. En estos casos, los síntomas del TDAH pueden volverse más problemáticos, afectando su desempeño en el hogar y el trabajo, lo que las lleva a buscar tratamiento.
Además, los cambios hormonales también pueden desempeñar un papel importante en la manifestación de los síntomas. Según Hernández, muchas mujeres reciben un diagnóstico de TDAH por primera vez durante la menopausia, cuando los niveles de estrógeno disminuyen y esto impacta la producción y el uso de dopamina, un neurotransmisor clave en la regulación de la atención y la motivación.
“Dopamina subyace a nuestro sistema de recompensa. Si no produces suficiente o no puedes utilizarla adecuadamente, tu capacidad de concentración se verá afectada”, explicó Hernández. En consecuencia, muchas mujeres que nunca habían sido diagnosticadas empiezan a notar síntomas más intensos y buscan una evaluación médica.

Las mujeres con TDAH parecen beneficiarse más de la medicación y abusar menos de ella
A diferencia de otros grupos que pueden recurrir a los estimulantes en busca de un aumento artificial en el rendimiento o la energía, las mujeres con TDAH parecen utilizarlos con el propósito de recuperar un nivel de funcionamiento normal. Aaron Brinen, de la Universidad de Vanderbilt, comentó que muchas mujeres en su entorno no fueron diagnosticadas ni tratadas hasta después de los 50 años.
“Fue la primera vez en sus vidas que se sintieron funcionales”, declaró Brinen a NBC News. A su juicio, el hecho de que las mujeres con TDAH vean los medicamentos como una herramienta para mejorar su calidad de vida podría ser una de las razones por las que tienen tasas de abuso más bajas que otros grupos.
El estudio publicado en JAMA Psychiatry resalta la importancia de seguir investigando el diagnóstico y tratamiento del TDAH en mujeres adultas, especialmente ante el incremento en las prescripciones y las diferencias en la forma en que experimentan y manejan la condición en comparación con los hombres.