
Una familia que fue deportada a México mientras buscaba tratamiento para su hija de 10 años, quien se encuentra en recuperación de una cirugía por cáncer cerebral, ha solicitado una investigación sobre presuntos abusos por parte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés). La denuncia formal, presentada por el Proyecto de Derechos Civiles de Texas ante la Oficina de Derechos Civiles y Libertades Civiles del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), alega que las autoridades migratorias negaron atención médica a la menor, ciudadana estadounidense, y mantuvieron a la familia en condiciones inadecuadas antes de ser expulsados a México.
Según la denuncia obtenida por NBC News, la familia —compuesta por los padres y cinco hijos de 15, 13, 10, 8 y 6 años, de los cuales tres son ciudadanos estadounidenses— fue detenida el 3 de febrero en un punto de control migratorio en Texas mientras viajaban a una cita médica de emergencia para la niña. Durante visitas previas, los padres, que son indocumentados, habían podido cruzar tras presentar cartas de médicos y abogados que justificaban la urgencia de su traslado. Sin embargo, en esta ocasión, los agentes de CBP rechazaron la validez de los documentos y procedieron con el arresto de los progenitores.
El abogado de la familia, Daniel Woodward, explicó que los padres no tienen antecedentes penales y estaban en proceso de obtener visas T, un tipo de estatus migratorio especial para víctimas de trata de personas. La madre relató a NBC News que la familia llegó a Estados Unidos en 2013 con la esperanza de brindar un mejor futuro a sus hijos.

Expulsión sin acceso a atención médica a pesar de condición crítica de los menores
Tras la detención de los padres, la familia completa fue trasladada a un centro de detención y, 24 horas después, transportada en una camioneta hasta la frontera con México, donde fueron dejados en un puente del lado mexicano. Según la denuncia, a pesar de que CBP estaba al tanto de que tres de los niños presentaban condiciones médicas graves, no se les proporcionó atención durante su tiempo en custodia.
La menor de 10 años aún se encuentra en recuperación de una cirugía cerebral y continúa sufriendo inflamación en el cerebro, así como dificultades en el habla y en la movilidad del lado derecho de su cuerpo. Además, dos de sus hermanos mayores, de 15 y 13 años, padecen síndrome de QT largo, una enfermedad cardíaca que puede provocar arritmias severas y resultar fatal sin tratamiento adecuado.
El documento presentado por el Proyecto de Derechos Civiles de Texas denuncia que la CBP incumplió los términos del Acuerdo Flores, un marco legal que regula las condiciones de detención de menores en custodia federal. En la queja, se describe que los oficiales fronterizos no trasladaron a los niños a un centro médico, a pesar de que la niña de 10 años presentaba síntomas urgentes.
“Doce horas antes, sus padres estaban tan preocupados por su estado de salud que decidieron trasladarse de urgencia a Houston para recibir atención médica. En lugar de permitirle acceso al tratamiento necesario, CBP obligó a una niña que aún se recuperaba de una cirugía a dormir en una celda sucia, calurosa y con luces encendidas”, se lee en la denuncia obtenida por NBC News.
Registros físicos a niños y amenazas de separación familiar
Otro de los puntos destacados en la denuncia es que los oficiales realizaron registros físicos inapropiados a los menores de edad mientras estaban detenidos. “Los oficiales revisaron a cada miembro de la familia, incluyendo tocamientos en partes sensibles de sus cuerpos”, describe el documento. Un fragmento de la denuncia cita las palabras del hijo menor, de seis años, quien preguntó a su madre por qué los agentes lo habían tocado “allí abajo”.
Además, la familia alega que las autoridades les negaron acceso adecuado a su abogado y los presionaron para que firmaran su orden de deportación bajo la amenaza de que serían separados permanentemente. “Un oficial amenazó con que el gobierno se llevaría a sus hijos y que nunca volverían a hablar con ellos”, indica la queja citada por NBC News.

Respuesta del Departamento de Seguridad Nacional y la situación actual de la familia
Un portavoz del DHS rechazó las acusaciones de la denuncia y afirmó que los informes sobre la situación de la familia eran “inexactos”. En declaraciones recogidas por NBC News, el vocero aseguró que “cuando alguien recibe una orden de deportación acelerada y decide ignorarla, enfrentará las consecuencias”.
Desde que fueron deportados, la familia enfrenta serias dificultades para acceder a la atención médica que sus hijos necesitan. La madre declaró que su hija de 10 años sigue requiriendo seguimiento médico urgente, pero en México no han logrado obtener los recursos para brindarle el tratamiento necesario. La niña sigue padeciendo inflamación cerebral y complicaciones en su movilidad, mientras que los dos hermanos con afecciones cardíacas no han recibido la atención especializada que requieren.