
La emblemática cadena de tiendas por departamento Hudson’s Bay, fundada en 1670 y considerada una de las empresas más antiguas del mundo, se encuentra al borde de su desaparición.
Según informó CBC, la compañía presentó el pasado 14 de marzo una solicitud ante el Tribunal Superior de Justicia de Ontario para iniciar un proceso de liquidación de sus activos, que podría comenzar tan pronto como esta semana y extenderse durante un periodo de 10 a 12 semanas. Esta decisión pone en riesgo más de 9.000 empleos y marca un punto crítico en la historia del comercio minorista en Canadá y Estados Unidos.
De acuerdo con documentos judiciales citados por CBC, Hudson’s Bay ha agotado sus esfuerzos para obtener financiamiento suficiente que le permitiera reestructurar su negocio bajo la Ley de Acuerdos de Acreedores de Empresas (CCAA).
Aunque logró asegurar un financiamiento inicial de 16 millones de dólares estadounidenses, ampliado posteriormente a 23 millones, esta cantidad resultó insuficiente para cubrir sus necesidades operativas y financieras.
La compañía, que actualmente opera 80 tiendas en Canadá, además de tres locales de Saks Fifth Avenue, una cadena de grandes almacenes de lujo en los Estados Unidos, y 13 de Saks Off 5th bajo acuerdos de licencia, se enfrenta a una crisis que podría sellar su destino.

Miles de empleados y consumidores afectados
El plan de liquidación propuesto por Hudson’s Bay incluye la venta de inventarios en todas sus tiendas físicas y en su plataforma de comercio electrónico, hasta que se vacíe su centro de distribución en Scarborough, Ontario.
Según detalló Forbes, la compañía también dejará de aceptar tarjetas de regalo a partir del 6 de abril y suspendió su programa de lealtad, afectando a más de 8,2 millones de clientes que acumulaban puntos por un valor estimado de 58,5 millones de dólares canadienses.
La situación es particularmente grave en Ontario, donde se concentra la mayor parte de las operaciones de Hudson’s Bay, con 32 tiendas y más de la mitad de su plantilla laboral. Provincias como Columbia Británica, Alberta, Quebec, Manitoba, Nueva Escocia y Saskatchewan también se verán afectadas, aunque en menor medida.
Según explicó el abogado de la compañía, Ashley Taylor, durante una audiencia en Toronto, el inicio inmediato de la liquidación es crucial para maximizar el valor de los activos y mantener abierta la posibilidad de una reestructuración, aunque esta opción parece cada vez más remota.

Causas de la crisis
La caída de Hudson’s Bay no es un caso aislado en el sector minorista. Según consignó Forbes, la compañía se suma a una lista de cadenas históricas que han sucumbido ante la presión de deudas insostenibles y cambios en los hábitos de consumo, como Sears y Eaton’s.
En el caso de Hudson’s Bay, factores como la disminución del tráfico en tiendas físicas tras la pandemia, las tensiones comerciales entre Canadá y Estados Unidos, y un modelo de negocio que no logró adaptarse a las nuevas demandas del mercado, han sido determinantes.
El abogado Taylor explicó que, inicialmente, la empresa planeaba reestructurarse cerrando la mitad de sus tiendas y monetizando algunos de sus valiosos contratos de arrendamiento en ubicaciones de alto tráfico. Sin embargo, este plan se desmoronó cuando, apenas tres horas antes de una audiencia clave el 7 de marzo, el financiamiento prometido por un prestamista colapsó, obligando a la compañía a buscar alternativas de último minuto que no fueron suficientes.
Impacto en el panorama minorista y cultural
La desaparición de Hudson’s Bay tendría un impacto significativo en el panorama minorista canadiense. Según expertos citados por CBC, la pérdida de esta cadena no solo afectará a miles de empleados y consumidores, sino que también alterará la dinámica de los centros comerciales, donde las grandes tiendas por departamento suelen actuar como anclas que atraen tráfico de clientes.

“Esto marca el fin de una institución de casi 400 años, con consecuencias importantes para empleados, clientes y el sector minorista en general”, señaló Jenna Jacobson, directora del Retail Leadership Institute de la Universidad Metropolitana de Toronto.
Además, la liquidación de Hudson’s Bay representa un golpe cultural para Canadá, dado que la empresa ha sido un símbolo histórico del país desde su fundación como una red de puestos comerciales de pieles en el siglo XVII. Aunque en las últimas décadas ha estado bajo control estadounidense, su legado sigue profundamente arraigado en la identidad canadiense.
A pesar de la gravedad de la situación, Hudson’s Bay no ha perdido completamente la esperanza de encontrar un salvavidas. Según informó The Street, la compañía ha hecho un llamado a sus principales socios, incluidos propietarios de locales y acreedores, para explorar alternativas que permitan preservar empleos y mantener su presencia en el mercado. Sin embargo, los expertos son escépticos sobre la viabilidad de un rescate, dado el estado financiero de la empresa y los desafíos inherentes al modelo de tiendas por departamento.
En paralelo, Hudson’s Bay busca autorización judicial para vender algunos de sus activos, incluidos contratos de arrendamiento y propiedad intelectual, como su icónica marca y las franjas de colores que la caracterizan. Sin embargo, el juez Peter Osborne expresó su preocupación de que estas ventas puedan dificultar aún más cualquier intento de reestructuración futura.
Según Craig Patterson, fundador del medio especializado Retail Insider, este modelo de negocio enfrenta un declive generalizado, incapaz de competir con las experiencias personalizadas y las ofertas exclusivas que buscan los consumidores actuales.