
En un hecho que marca el reinicio de las ejecuciones en Arizona tras más de dos años de suspensión, Aaron Gunches, de 53 años, fue ejecutado el miércoles mediante inyección letal en una prisión estatal ubicada en Florence.
Gunches había sido condenado a muerte por el asesinato de Ted Price, el exesposo de su novia, ocurrido en 2002. Según informó CBS News, esta ejecución representa un hito en el estado, que había detenido la aplicación de la pena capital debido a problemas en la administración de inyecciones letales en ejecuciones previas.
De acuerdo con el Departamento de Correccionales de Arizona, el procedimiento se llevó a cabo sin contratiempos y Gunches fue declarado muerto a las 10:33 horas. Testigos presentes en la cámara de la muerte relataron que el condenado fue colocado en una camilla, donde se le inmovilizaron los brazos y las piernas antes de que se le administraran las sustancias letales.

Cuando se le ofreció la oportunidad de pronunciar unas últimas palabras, Gunches se negó meneando con la cabeza. Poco después, las drogas comenzaron a fluir y el hombre respiró con dificultad varias veces antes de perder el conocimiento. Su pecho dejó de moverse minutos después, confirmaron los testigos.
La ejecución de Gunches es la primera que se lleva a cabo en Arizona desde noviembre de 2022. Según consignó CBS News, el estado había suspendido la aplicación de la pena de muerte debido a problemas técnicos en ejecuciones anteriores, lo que llevó a una revisión exhaustiva de los procedimientos relacionados con la inyección letal.
Un caso marcado por la violencia y la evidencia forense
El asesinato de Ted Price, por el cual Gunches fue condenado, ocurrió en un suburbio de Phoenix en 2002. Según las autoridades, Gunches disparó fatalmente a Price, quien era el exesposo de su pareja en ese momento. Posteriormente, en 2003, Gunches disparó en dos ocasiones contra un oficial del Departamento de Seguridad Pública de Arizona durante un control de tráfico cerca de la frontera con California.

Aunque el agente sobrevivió gracias a su chaleco antibalas, los casquillos recuperados coincidieron con los encontrados en la escena del crimen de Price, lo que resultó en una pieza clave de evidencia que vinculó a Gunches con el asesinato.
El caso de Gunches no solo destacó por la brutalidad de los hechos, sino también por el tiempo transcurrido entre su condena y la ejecución. Fue sentenciado a muerte en 2007, cinco años después del asesinato, y su caso se mantuvo en los tribunales durante más de una década debido a apelaciones y revisiones legales.
La fiscal general de Arizona, Kris Mayes, declaró tras la ejecución: “Finalmente se hizo justicia para Ted Price y su familia”. Este caso había generado atención debido a que el propio Gunches había abandonado los intentos legales para detener su ejecución, lo que aceleró el proceso judicial en su contra.
Luisiana utiliza gas nitrógeno en una ejecución histórica
La reanudación de la pena capital en Arizona coincide con un aumento en la actividad relacionada con ejecuciones en otros estados de Estados Unidos. La ejecución de Gunches se produjo apenas un día después de que Luisiana utilizara gas nitrógeno para ejecutar a un hombre condenado por violación y asesinato, un método que ha sido objeto de controversia y que solo ha sido empleado en contadas ocasiones en el país.

El martes, Jessie Hoffman, de 46 años, fue ejecutado en Luisiana mediante gas nitrógeno, convirtiéndose en la primera persona en 15 años en ser ejecutada en ese estado. Hoffman había sido condenado por el asesinato de Molly Elliott, una ejecutiva publicitaria de 28 años, en 1996.
Este método, que consiste en administrar gas nitrógeno a través de una máscara facial para provocar asfixia, ha sido utilizado en solo cuatro ocasiones previas en Estados Unidos, todas ellas en Alabama, el único otro estado con un protocolo aprobado para este procedimiento.
Sus abogados argumentaron que el uso de gas nitrógeno es inconstitucional y viola la prohibición de la Octava Enmienda contra castigos crueles e inusuales. Sin embargo, las autoridades de Luisiana defendieron el procedimiento y anunciaron que al menos cuatro ejecuciones más están programadas para este año.
Un calendario de ejecuciones en aumento
El panorama de la pena de muerte en Estados Unidos parece estar en un momento de reactivación. Según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte, la próxima ejecución está programada para el 20 de marzo en Oklahoma, mientras que otras 11 están previstas para el resto de 2025.