
Un fallo judicial ha detenido temporalmente la primera ejecución con gas nitrógeno en el estado de Luisiana, programada para el 18 de marzo en la Penitenciaría Estatal de Luisiana. Según informó USA TODAY, la jueza principal del distrito, Shelly Dick, dictaminó que este método de ejecución, aún en gran medida no probado, podría infringir la Octava Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que prohíbe los castigos crueles e inusuales. La decisión se tomó apenas una semana antes de que Jessie Hoffman, condenado por el secuestro, violación y asesinato de Molly Elliot en 1996, enfrentara la pena capital.
La jueza Dick argumentó que existe una “probabilidad sustancial” de que Hoffman pueda demostrar que las ejecuciones con gas nitrógeno son inconstitucionales debido al sufrimiento que podrían causar. En su fallo, citó informes de las cuatro ejecuciones realizadas con este método en Alabama entre 2022 y 2023, que describen escenas de “terror consciente durante varios minutos”, convulsiones, jadeos y otros signos de angustia extrema. Estos testimonios, según la jueza, plantean serias dudas sobre la humanidad de este procedimiento.
El fallo representa un nuevo obstáculo en la implementación de métodos de ejecución alternativos en Luisiana, un estado que, al igual que otros en el país, ha enfrentado dificultades para llevar a cabo sentencias de muerte debido a la escasez de fármacos utilizados en la inyección letal. Ante este panorama, las autoridades han explorado otras opciones, pero la falta de consenso sobre su constitucionalidad y los informes de sufrimiento extremo han generado un intenso debate en los tribunales y la opinión pública.

Un método de ejecución bajo escrutinio
El gas nitrógeno, también conocido como hipoxia por nitrógeno, es un método de ejecución que induce la muerte al privar al cuerpo de oxígeno, reemplazándolo con nitrógeno puro. Aunque ha sido propuesto como una alternativa “más humana” a la inyección letal y la silla eléctrica, su uso sigue siendo controvertido debido a la falta de pruebas concluyentes sobre su efectividad y los posibles efectos secundarios. Según detalló USA TODAY, solo cuatro personas han sido ejecutadas con este método en la historia de los Estados Unidos, todas en Alabama, y en cada caso los reos optaron por este procedimiento en lugar de las alternativas disponibles.
En el caso de Luisiana, la decisión de utilizar gas nitrógeno para ejecutar a Hoffman se tomó debido a la dificultad del estado para obtener los medicamentos necesarios para las inyecciones letales y a la falta de una silla eléctrica operativa. Sin embargo, la jueza Dick criticó al estado por no haber hecho públicos los protocolos de ejecución relacionados con este método. Aunque finalmente se publicaron versiones redactadas de los mismos, esto ocurrió apenas un día antes de una audiencia clave, lo que, según la jueza, perjudicó el interés público en comprender cómo opera el gobierno en un asunto tan delicado.
“La Constitución de los Estados Unidos es la promesa del gobierno a sus ciudadanos”, escribió Dick en su fallo. “La Octava Enmienda garantiza que ningún ciudadano será castigado con métodos que sean crueles o inusuales”. Además, subrayó que el público tiene un interés primordial en examinar este nuevo método de ejecución con un registro completo y bien desarrollado.

El caso de Jessie Hoffman y el brutal asesinato de Molly Elliot
El crimen por el que Jessie Hoffman fue condenado a muerte ocurrió el 27 de noviembre de 1996, cuando Molly Elliot, una ejecutiva de contabilidad de 28 años, fue secuestrada en el estacionamiento del hotel Sheraton en el Barrio Francés de Nueva Orleans. Según los registros judiciales citados por USA TODAY, Hoffman, quien tenía 18 años en ese momento y trabajaba en el estacionamiento, la obligó a retirar aproximadamente 200 dólares de un cajero automático antes de llevarla a un área remota en la Parroquia de St. Tammany.
Los fiscales describieron los últimos momentos de Elliot como una “marcha de la muerte”. Hoffman la violó y luego la obligó a caminar por un sendero de tierra hasta un muelle improvisado, donde le disparó en la cabeza. Aunque sobrevivió unos minutos después del disparo, fue abandonada desnuda en una noche fría de noviembre. Su cuerpo fue encontrado el Día de Acción de Gracias, y su esposo fue quien la identificó.
Durante el juicio, Hoffman admitió haber matado a Elliot, pero negó haberla violado, alegando que ella “se ofreció” a cambio de su vida. También afirmó que el disparo fue accidental. Sin embargo, el jurado rechazó estas afirmaciones y lo declaró culpable de asesinato en primer grado, recomendando la pena de muerte.

Reacciones y próximos pasos legales
Tras el fallo de la jueza Dick, la Oficina del Fiscal General de Luisiana expresó su desacuerdo y anunció que apelará la decisión ante el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito. En un breve comunicado publicado en la red social X (anteriormente Twitter), la oficina declaró: “No estamos de acuerdo con la decisión del tribunal de distrito y apelaremos de inmediato”.
Por otro lado, Alabama, el único estado que ha utilizado el gas nitrógeno en ejecuciones, ha defendido el método como “constitucional y efectivo”. Sin embargo, los informes de las ejecuciones realizadas en ese estado han alimentado el debate sobre si este procedimiento cumple con los estándares legales y éticos establecidos por la Octava Enmienda.
La jueza Dick enfatizó que, dado que la vida de un ciudadano está en juego, es fundamental que el proceso legal sea transparente y permita deliberaciones informadas. “El público tiene un interés primordial en un proceso legal que permita reflexiones bien fundamentadas, especialmente cuando el derecho fundamental a la vida está en manos del gobierno”, concluyó.

Un debate en curso sobre la pena de muerte en Estados Unidos
El caso de Hoffman y la controversia en torno al uso del gas nitrógeno reflejan un debate más amplio sobre la pena de muerte en los Estados Unidos. Mientras algunos estados enfrentan dificultades para obtener los medicamentos necesarios para las inyecciones letales, otros han comenzado a explorar métodos alternativos, como la hipoxia por nitrógeno. Sin embargo, la falta de pruebas concluyentes sobre la humanidad y efectividad de estos métodos ha generado críticas de defensores de los derechos humanos y expertos legales.
El fallo de la jueza Dick podría sentar un precedente importante en la evaluación de nuevos métodos de ejecución, subrayando la necesidad de garantizar que cualquier procedimiento utilizado cumpla con los estándares constitucionales y éticos. Mientras tanto, el destino de Jessie Hoffman y el futuro del gas nitrógeno como método de ejecución en Luisiana permanecen en el aire, a la espera de las decisiones de los tribunales superiores.