
El gobierno de Estados Unidos celebró este martes el acuerdo alcanzado en Siria para la integración de la administración autónoma kurda del noreste en el gobierno central, destacando el avance hacia una Siria unificada tras años de conflicto.
“Estados Unidos acoge con satisfacción el acuerdo recientemente anunciado entre las autoridades interinas sirias y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) para integrar el noreste en una Siria unificada”, expresó el secretario de Estado, Marco Rubio, en un comunicado oficial.
El acuerdo fue sellado en una reunión entre el presidente interino de Siria, Ahmed al Sharaa, y el comandante de las FDS, Mazlum Abdi, consolidando la integración de todas las instituciones civiles y militares de la administración autónoma kurda en el gobierno sirio. Como parte del pacto, se estableció el control estatal sobre infraestructuras clave, incluidos cruces fronterizos, aeropuertos y yacimientos de petróleo y gas.
Desde diciembre, cuando las autoridades interinas derrocaron al dictador Bashar al Assad, el nuevo gobierno impulsó una serie de medidas para consolidar su control sobre todo el territorio sirio, incluyendo la disolución de grupos armados. El acuerdo con las fuerzas kurdas representa un paso crucial en la estabilización del país, según Washington.

Es importante mencionar que Estados Unidos fue un aliado clave de las FDS en la lucha contra el Estado Islámico (EI), lo que generó tensiones con Turquía, que vincula a los combatientes kurdos con militantes en su propio territorio.
La integración de la administración kurda al gobierno sirio fue vista por Washington como un avance en la estabilidad regional, además de fortalecer su estrategia en la región.
El documento firmado entre el gobierno interino sirio y las FDS también garantiza “los derechos de todos los sirios a la representación y participación en el proceso político”, independientemente de su origen étnico o religioso, y reconoce a la comunidad kurda como una “comunidad indígena del Estado sirio”, asegurando su ciudadanía plena y el acceso a sus derechos constitucionales.
Como parte del acuerdo, se estableció un alto el fuego en todo el país, poniendo fin a la ofensiva lanzada por rebeldes sirios apoyados por Turquía en el noreste de Siria. Además, se acordó el retorno seguro de los desplazados internos a sus ciudades y pueblos, garantizando su protección por parte del Estado.

Las negociaciones para la integración de la administración kurda llevaban meses en curso, con puntos de desacuerdo en temas clave como la incorporación de las FDS al Ministerio de Defensa sirio.
Mientras el gobierno interino exigía su disolución en el ejército regular, la alianza armada insistía en mantenerse como un bloque militar unificado. Otro punto de fricción fue el control de los yacimientos petroleros del noreste, donde se encuentran las principales reservas del país.
El documento firmado no menciona el destino de las cárceles bajo control kurdo, donde se encuentran miles de combatientes del Estado Islámico capturados tras la caída del grupo en 2019, ni el de los campos que albergan a mujeres y niños familiares de los yihadistas.
La integración de la administración kurdosiria representa un hito en la reorganización política de Siria tras más de 13 años de guerra civil.
(Con información de AFP)