
El primer ministro entrante de Canadá, Mark Carney, afirmó el martes que su gobierno mantendrá los aranceles hasta que Estados Unidos muestre respeto y se comprometa con el libre comercio, después de que el presidente Donald Trump, amenazó con una devastación financiera histórica para el país vecino.
Carney, quien será investido como reemplazo de Justin Trudeau en los próximos días, dijo que los últimos aranceles de Trump son un ataque a los trabajadores, familias y empresas canadienses.
“Mi gobierno se asegurará de que nuestra respuesta tenga un impacto máximo en Estados Unidos y un impacto mínimo aquí en Canadá, mientras apoyamos a los trabajadores afectados”, expresó Carney.
Agregó: “Mi gobierno mantendrá nuestros aranceles hasta que los estadounidenses nos muestren respeto y hagan compromisos creíbles y confiables con el comercio libre y justo”.
Trump ordenó el martes duplicar los aranceles al acero y aluminio canadienses del 25% al 50%, escalando la guerra comercial y mostrando indiferencia ante la reciente turbulencia del mercado de valores y el aumento de los riesgos de recesión.
Canadá “tendrá que responder” en especie si Trump aumenta aún más los aranceles a las importaciones canadienses en Estados Unidos, dijo a la AFP el martes una alta fuente gubernamental.
“Como hemos demostrado, por supuesto tendremos que responder a los aranceles si siguen adelante”, dijo el funcionario después de que Trump prometiera duplicar los aranceles planeados del 25 por ciento sobre el acero y el aluminio canadienses al 50 por ciento, a partir del miércoles, así como “cerrar” su industria automotriz.
Trump también amenazó con “cerrar” su industria automotriz e insistió en que el país se convierta en el “estado 51” de Estados Unidos.
Las nuevas amenazas de Trump llegaron horas antes de que a medianoche expire el plazo que el mandatario estableció para imponer nuevos gravámenes a estos metales.
En su plataforma Truth Social, Trump anunció que aumentará al 50% los aranceles previstos sobre las importaciones de acero y aluminio canadienses, en vez del 25% anunciado anteriormente.

El republicano prevé imponer aranceles del 25% a las importaciones de acero y aluminio de todo el mundo, una medida que golpea duramente a Brasil, México y Emiratos Árabes Unidos.
Estas tarifas aduaneras, para las que no contempla excepciones, afectarán a la electrónica, el sector automotor y la construcción.
El país más perjudicado será Canadá, un aliado histórico y, junto con México, su socio en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC).
Carney adoptó un tono desafiante el domingo, prometiendo defender “el estilo de vida canadiense” y afirmando que su país “nunca formará parte de Estados Unidos”.
“Que los estadounidenses no se engañen. En el comercio como en el hockey, Canadá ganará”, lanzó.
“Canadá no está en venta”, reaccionó el lunes en CNBC Doug Ford, el primer ministro de Ontario, la provincia canadiense más poblada.
Añadió que la única solución es abandonar esta guerra comercial, “porque eso fortalecerá” a ambos países. “Somos su cliente más importante, compramos más productos estadounidenses que cualquier otro país en el mundo”, dijo el dirigente de Ontario.
Canadá suministra la mitad de las importaciones de aluminio de Estados Unidos y el 20% de las de acero, afirma el consultor EY-Parthenon.
Según Trump, sus aranceles son una respuesta al recargo del 25% impuesto por la provincia canadiense de Ontario sobre las exportaciones de electricidad a Estados Unidos.
El magnate republicano prevé anunciar una emergencia nacional de electricidad en el área afectada por los aumentos de precios.
Y ha intensificado sus amenazas, advirtiendo que si no se eliminan lo que él llama “tarifas canadienses atroces” impondrá aranceles a la importación de automóviles a partir del 2 de abril que podrían cerrar “permanentemente el negocio de fabricación de automóviles en Canadá”.
En el mismo mensaje en su plataforma, Trump estimó que “lo único sensato” para Canadá es convertirse en el “51 estado” de Estados Unidos.
“Esto haría que todos los aranceles, y todo lo demás, desapareciera por completo”, sostuvo.
“Los impuestos canadienses se reducirán sustancialmente, estarán más seguros, militarmente y en otros aspectos, que nunca antes, ya no existirá el problema en la frontera norte”, afirmó Trump, quien acusa a su vecino de no hacer lo suficiente para frenar la entrada ilegal de fentanilo, un opiáceo sintético que ha provocado una crisis sanitaria en Estados Unidos.
(Con información de AP y AFP)