
Un estudio reciente ha revelado un incremento significativo en los casos de exposición no fatal al fentanilo entre menores de edad en Estados Unidos, un fenómeno que ha crecido de manera sostenida durante la última década. Según datos publicados en el American Journal of Drug and Alcohol Abuse, los incidentes reportados a centros de toxicología entre 2015 y 2023 aumentaron un 1.194,2%. Este hallazgo subraya la creciente amenaza que representa esta droga sintética, especialmente en su forma de píldoras falsificadas, para los sectores más vulnerables de la población.
De acuerdo con el análisis, que abarcó más de 3.000 casos de exposición en menores de hasta 19 años, el porcentaje de incidentes relacionados con el uso indebido o abuso de la sustancia pasó del 26,1% al 39,2% durante el período estudiado. En contraste, los casos de exposición no intencional disminuyeron del 47,8% al 35,4%. Estas cifras reflejan un cambio preocupante en los patrones de consumo y exposición, particularmente entre adolescentes.
El estudio también señala que la disponibilidad y accesibilidad del fentanilo en diversas presentaciones, incluidas pastillas falsificadas y formas en polvo, ha contribuido al aumento de la exposición en menores. La falta de conciencia sobre la presencia de esta sustancia en el mercado ilícito y su potencial letalidad agrava el problema, ya que muchos jóvenes pueden consumirla sin conocer sus verdaderos efectos. Además, los expertos advierten que las redes sociales han facilitado la distribución de opioides entre adolescentes, aumentando el riesgo de intoxicaciones y sobredosis en este grupo etario.

Adolescentes, el grupo más afectado por el uso intencional
El estudio identificó diferencias significativas entre los grupos de edad analizados. Los adolescentes de entre 13 y 19 años representaron la mayoría de los casos reportados en 2023, con 514 incidentes, en comparación con los 379 casos registrados en niños de 12 años o menos. Además, el 65,7% de las exposiciones en adolescentes fueron clasificadas como intencionales, ya sea por uso indebido o abuso de la sustancia. Este grupo también mostró una mayor probabilidad de exposición simultánea a otras sustancias, como cannabis, cocaína, metanfetaminas y alcohol.
Por otro lado, en los niños más pequeños, el 81,7% de los casos fueron accidentales, lo que sugiere que la exposición en este grupo ocurre principalmente por ingestión involuntaria. Según el informe, el 76,9% de los incidentes en menores de 12 años involucraron la ingestión de fentanilo, mientras que en adolescentes este porcentaje fue del 54,1%. Estas cifras destacan la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en los hogares y entornos donde los niños puedan estar en contacto con esta sustancia.
El estudio también reveló que la forma de exposición varía entre los grupos de edad. Mientras que en los niños más pequeños la ingestión representa la principal vía de intoxicación, en adolescentes se observa un aumento en el consumo por otras vías, como la inhalación o el uso de parches transdérmicos. Estos patrones reflejan un cambio en la manera en que los jóvenes acceden y consumen esta droga.

El impacto de las píldoras falsificadas y el tráfico de fentanilo
El aumento en los casos de exposición al fentanilo está estrechamente relacionado con la proliferación de píldoras falsificadas que contienen esta droga. Según un estudio citado por los investigadores, el 49% del fentanilo incautado en Estados Unidos en 2023 estaba en forma de píldoras. Estas pastillas, que a menudo se presentan como medicamentos recetados legítimos, han contribuido significativamente al aumento de las sobredosis en el país.
La Administración para el Control de Drogas (DEA) ha advertido que aproximadamente 6 de cada 10 píldoras falsificadas con fentanilo contienen una dosis potencialmente letal. Este problema se agrava por el hecho de que la mayoría del fentanilo que ingresa a Estados Unidos proviene de México, donde es producido por cárteles que utilizan precursores químicos adquiridos principalmente en China. Un ejemplo reciente de este tráfico fue el decomiso de 275.000 píldoras de fentanilo en México, ocultas en cajas de cactus destinadas a Arizona, con un valor estimado en la calle de 6,5 millones de dólares.
Las píldoras falsificadas representan un riesgo particular para los adolescentes, quienes pueden adquirirlas en redes sociales o a través de distribuidores sin conocer su verdadera composición. Esto ha llevado a un aumento en los casos de intoxicación severa, incluso con una sola dosis.

Sobredosis y muertes relacionadas con el fentanilo: un problema persistente
El impacto del fentanilo en la salud pública de Estados Unidos es devastador. Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en 2023 se registraron 105.007 muertes por sobredosis en el país, de las cuales aproximadamente 74.000 estuvieron relacionadas con esta droga sintética. Aunque esta cifra representa una disminución del 3% en comparación con las 107.941 muertes reportadas en 2022, sigue siendo alarmante.
El informe también destacó que el 41% de los casos de exposición al fentanilo en menores resultaron en efectos graves o potencialmente mortales. Este dato subraya la letalidad de la sustancia, incluso en situaciones donde no se produce una sobredosis fatal. La creciente disponibilidad de fentanilo en formas atractivas para los jóvenes, como las píldoras falsificadas, plantea un desafío urgente para las autoridades de salud y seguridad.
Los expertos advierten que la reducción en las muertes por sobredosis no debe interpretarse como una mejora significativa, ya que las cifras siguen siendo elevadas y la tendencia podría revertirse si no se refuerzan las medidas de prevención y control.

La necesidad de una respuesta integral
El aumento en los casos de exposición al fentanilo entre niños y adolescentes pone de manifiesto la necesidad de una respuesta integral que aborde tanto la prevención como el tratamiento. Esto incluye campañas de concienciación dirigidas a padres y jóvenes, así como medidas más estrictas para controlar la distribución de esta droga. Además, es crucial fortalecer la cooperación internacional para combatir el tráfico de fentanilo y sus precursores químicos.
Tal como reportó CBS News, el problema del fentanilo no solo afecta a quienes lo consumen intencionalmente, sino también a aquellos que, como los niños más pequeños, se ven expuestos de manera accidental. La magnitud de esta crisis exige una acción coordinada y sostenida para proteger a las comunidades más vulnerables y reducir el impacto de esta droga en la sociedad.