Spot, el perro robot de 150.000 dólares de Honolulu, fue comprado para telemedicina, pero nunca se usó

La inversión en un dispositivo avanzado para asistencia remota durante la emergencia sanitaria desató cuestionamientos sobre su utilidad y el manejo de recursos gubernamentales

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La costosa adquisición tecnológica del
La costosa adquisición tecnológica del Departamento de Policía de Honolulu sigue sin uso, generando debate sobre el manejo de fondos públicos. (REUTERS/Edgar Su)

En 2021, en medio de la pandemia de COVID-19, el Departamento de Policía de Honolulu adquirió un robot cuadrúpedo conocido como Spot, desarrollado por Boston Dynamics, con un costo de 150.000 dólares. Este dispositivo, financiado con recursos del CARES Act, fue presentado como una herramienta innovadora para realizar controles de temperatura y reducir el contacto físico en un campamento para personas sin hogar. Sin embargo, según informó Associated Press (AP), el robot no ha sido utilizado desde ese mismo año y actualmente permanece fuera de servicio, mientras las autoridades evalúan posibles usos futuros.

La compra de Spot generó críticas desde el principio, tanto por su elevado costo como por la falta de claridad en su propósito a largo plazo. Según detalló AP, el robot fue adquirido con parte de los 386 millones de dólares que la ciudad de Honolulu recibió del gobierno federal como alivio económico durante la pandemia.

De ese monto, 40 millones fueron asignados al Departamento de Policía, que además de Spot, invirtió en vehículos todoterreno, camiones y horas extra para patrullajes en parques cerrados. Mientras tanto, muchos residentes enfrentaban dificultades para acceder a programas de asistencia financiera destinados a cubrir necesidades básicas como el alquiler y el cuidado infantil.

El dispositivo fue comprado con
El dispositivo fue comprado con el objetivo de brindar asistencia remota en la pandemia, pero no ha sido utilizado desde 2021. (ARCHIVO)

Un propósito inicial que no convenció

En su momento, las autoridades justificaron la compra de Spot argumentando que el robot ayudaría a reducir el riesgo de contagio de COVID-19 entre los trabajadores y las personas sin hogar en el programa Provisional Outdoor Screening and Triage (POST, por sus siglas en inglés). Este programa ofrecía un espacio supervisado por la policía para que las personas sin hogar pudieran acampar de manera legal y recibir servicios de salud y asistencia social. Según explicó Darren Chun, jefe asistente del Departamento de Policía de Honolulu, Spot fue utilizado más de 100 veces en 2021 para realizar controles de temperatura sin contacto, entrevistas a distancia y consultas médicas a través de una tableta.

Chun destacó que, en el contexto de la pandemia, cuando el distanciamiento social era una prioridad, el robot ayudó a minimizar el contacto directo entre los trabajadores y los usuarios del programa, algunos de los cuales estaban infectados de coronavirus. Esto, según el funcionario, redujo la necesidad de cuarentenas y pruebas constantes para el personal expuesto. Sin embargo, esta explicación no logró apaciguar las críticas de quienes consideraron que el uso de un robot para interactuar con personas vulnerables era deshumanizante.

Críticos cuestionan la inversión en
Críticos cuestionan la inversión en tecnología avanzada mientras persisten problemas sociales sin resolver en la ciudad. (ARCHIVO)

Críticas por el uso de fondos públicos

La adquisición de Spot no solo generó cuestionamientos éticos, sino también financieros. Según reportó AP, organizaciones como Common Cause Hawaii y la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) expresaron su preocupación por la forma en que se priorizó el gasto de los fondos del CARES Act. Camron Hurt, director ejecutivo de Common Cause Hawaii, señaló que invertir en un robot en lugar de destinar esos recursos directamente a las personas afectadas por la pandemia era preocupante tanto desde una perspectiva financiera como humanitaria. “Deberíamos haber puesto a nuestra gente en primer lugar”, afirmó Hurt.

Por su parte, Wookie Kim, director legal de la ACLU en Hawái, calificó la compra de Spot como un ejemplo de mala planificación. Según Kim, el Departamento de Policía adoptó un enfoque equivocado al adquirir una herramienta costosa sin tener un problema específico que resolver. “Claramente era un juguete”, dijo Kim, quien también advirtió sobre los riesgos de que esta tecnología pudiera ser utilizada de manera indebida, violando los derechos de las personas.

Autoridades aún evalúan posibles aplicaciones
Autoridades aún evalúan posibles aplicaciones para el equipo, que permanece inactivo desde su compra. (EFE/Boston Dynamics)

Un futuro incierto para Spot

Desde finales de 2021, Spot fue transferido a la División de Eventos Mayores del Departamento de Policía, y en mayo de 2024 pasó a estar bajo la supervisión del área de tecnología de la institución. Según explicó Michelle Yu, portavoz del Departamento de Policía de Honolulu, actualmente se están revisando las capacidades del software del robot para determinar cómo podría ser utilizado en el futuro. Entre las posibles aplicaciones mencionadas se encuentran tareas de búsqueda, vigilancia y monitoreo de áreas públicas.

Sin embargo, hasta ahora no se ha definido un uso concreto para el robot, lo que ha llevado a algunos críticos a cuestionar por qué no se ha aprovechado su potencial en actividades como la vigilancia nocturna de parques o la prevención de robos en áreas urbanas. Camron Hurt sugirió que Spot podría ser útil para patrullar zonas como Kakaʻako, donde se han reportado incidentes de vandalismo y robos. “Si tienen la capacidad, ¿por qué no se ha utilizado para eso?”, preguntó Hurt.

El alto costo del robot
El alto costo del robot y su falta de uso han convertido la compra en un tema de controversia en Honolulu. (REUTERS)

Preocupaciones sobre el uso de tecnología avanzada

A pesar de las posibles aplicaciones, el uso de robots como Spot en operaciones policiales ha generado controversia en todo el país. Según consignó AP, académicos y miembros de la comunidad han expresado su preocupación por el potencial uso indebido de estas tecnologías, especialmente en lo que respecta a la vigilancia y la posibilidad de que sean armadas. Wookie Kim advirtió que el riesgo de que esta tecnología sea utilizada para dañar a las personas es demasiado alto. “Es como un martillo que ve todo como un clavo”, afirmó, sugiriendo que sería mejor deshacerse del robot en lugar de buscarle un propósito que podría derivar en violaciones a los derechos civiles.

A pesar de las críticas, una revisión realizada en 2021 por la Oficina del Inspector General del Departamento del Tesoro de Estados Unidos determinó que la compra de Spot y otros equipos por parte del Departamento de Policía de Honolulu cumplía con los requisitos legales del CARES Act. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para disipar las dudas sobre la efectividad y la ética de estas inversiones.