Prueba de ADN logró localizar en Puebla a una mujer que fue secuestrada en Connecticut hace 24 años

Un análisis genético confirmó la identidad de la persona, cuyo paradero era desconocido desde finales de la década de 1990, resolviendo así un caso que permaneció sin respuestas durante más de dos décadas

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Pruebas genéticas permitieron confirmar la
Pruebas genéticas permitieron confirmar la identidad de una mujer secuestrada en 1999 en Connecticut y localizada en Puebla. (Crédito: Othram/NAMUS/New Haven Police Department)

Un caso que permaneció sin resolver durante más de dos décadas ha encontrado finalmente una respuesta gracias a los avances en la tecnología de identificación genética. Andrea Michelle Reyes, secuestrada en 1999 cuando tenía dos años, ha sido localizada en México a sus 27 años, según informó la empresa de genealogía forense Othram. La confirmación de su identidad se logró mediante una comparación de ADN con su padre biológico, lo que marcó un hito en la resolución de este caso.

De acuerdo con Othram, el secuestro ocurrió en New Haven, Connecticut, cuando la madre de Andrea, Rosa Tenorio, quien no tenía la custodia legal de la niña, presuntamente la llevó consigo. Desde entonces, las autoridades sospechaban que ambas habían viajado a Puebla, México, pero durante años no se logró dar con su paradero. A pesar de los esfuerzos de búsqueda, que incluyeron la emisión de órdenes de arresto por interferencia de custodia en 1999 y nuevamente en 2009, el caso permaneció estancado.

El caso de Andrea Michelle Reyes fue incluido en diversas bases de datos de personas desaparecidas en Estados Unidos, y durante años se difundieron alertas en un intento por obtener información sobre su paradero. Organizaciones especializadas en la búsqueda de menores también participaron en los esfuerzos de localización, mientras que las autoridades mantenían abierta la posibilidad de que la niña hubiera sido llevada fuera del país. Sin embargo, la falta de pistas concretas dificultó los avances en la investigación, dejando el caso en un punto muerto durante décadas.

La tecnología de identificación genética
La tecnología de identificación genética ayudó a resolver un caso de secuestro infantil ocurrido hace 24 años. (Crédito: Othram/NAMUS/New Haven Police Department)

Un padre que nunca dejó de buscar a su hija

El padre de Andrea, cuya identidad no fue revelada en el comunicado, dedicó años a intentar localizar a su hija. Según detalló Othram, incluso se realizaron viajes a México para investigar las pistas que apuntaban a la posible ubicación de la niña, pero todos los esfuerzos resultaron infructuosos. Durante este tiempo, las autoridades publicaron imágenes de progresión de edad para mostrar cómo podría lucir Andrea con el paso de los años, con la esperanza de que alguien pudiera reconocerla.

En 2023, el caso fue reabierto por el Departamento de Policía de New Haven, lo que marcó un giro decisivo en la investigación. Según informó CBS News, una mujer que afirmaba ser Andrea se puso en contacto con el hombre que creía que era su padre biológico. Este contacto inicial llevó a una colaboración entre la policía y Othram, quienes utilizaron tecnología avanzada de análisis de ADN para confirmar la relación entre ambos.

Los resultados fueron concluyentes: la mujer era, en efecto, la niña que había sido reportada como secuestrada en octubre de 1999. Para la familia, esta revelación significó el fin de una incertidumbre que había durado más de dos décadas.

Durante más de dos décadas,
Durante más de dos décadas, las autoridades y la familia buscaron pistas sobre el paradero de Andrea Michelle Reyes. (Crédito: Othram/NAMUS/New Haven Police Department)

La ciencia detrás de la resolución del caso

El análisis genético fue clave para resolver este caso. La mujer proporcionó una muestra de ADN que fue comparada con la de su supuesto padre. La coincidencia genética permitió confirmar su identidad con un alto grado de certeza, destacando el papel crucial de la tecnología en la resolución de casos de personas desaparecidas.

Othram explicó que este caso forma parte de su iniciativa Project 525, un esfuerzo conjunto con el Sistema Nacional de Personas Desaparecidas y No Identificadas de Estados Unidos (NamUs, por sus siglas en inglés). Este proyecto tiene como objetivo resolver los 525 casos de menores desaparecidos registrados en la base de datos de NamUs, utilizando herramientas avanzadas de genealogía forense. Según la empresa, este es el séptimo caso en Connecticut que se resuelve gracias a su tecnología.

El uso de pruebas de ADN en investigaciones policiales ha cobrado relevancia en los últimos años, permitiendo esclarecer casos que antes parecían imposibles de resolver. Los avances en la genealogía forense han sido fundamentales en la identificación de víctimas, la resolución de crímenes y el reencuentro de familias separadas.

Preguntas sin respuesta y el futuro de Andrea

Aunque la identidad de Andrea ha sido confirmada, aún quedan muchas incógnitas sobre su vida en los últimos 24 años. Según CBS News, se sabe que actualmente reside en México, pero no se ha revelado información sobre su relación actual con su madre, Rosa Tenorio, ni sobre las circunstancias que rodearon su secuestro. Tampoco se ha informado si Andrea ha tenido un reencuentro con su padre biológico tras la confirmación de su identidad.

Otro aspecto sin resolver es si habrá consecuencias legales para su madre. Las órdenes de arresto por interferencia de custodia fueron emitidas en 1999 y 2009, pero no está claro si siguen vigentes o si las autoridades tomarán alguna medida en el futuro. De momento, no se ha anunciado ninguna acción legal en contra de Tenorio.

El caso de Andrea Michelle Reyes pone de manifiesto la importancia de los avances tecnológicos en la búsqueda de personas desaparecidas y en la resolución de casos que, de otro modo, podrían permanecer sin respuesta. Además, resalta el impacto emocional y social que estos casos tienen en las familias afectadas, quienes muchas veces enfrentan años de incertidumbre y dolor.

La iniciativa de genealogía forense
La iniciativa de genealogía forense busca resolver cientos de casos de menores desaparecidos en EE.UU. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Un precedente para futuros casos

La resolución de este caso no solo representa un alivio para la familia de Andrea, sino que también establece un precedente para el uso de la tecnología de ADN en investigaciones similares. Según Othram, su tecnología ha sido utilizada con éxito en varios casos en Connecticut, lo que demuestra su eficacia y potencial para ayudar a resolver otros casos de personas desaparecidas o no identificadas.

El uso de bases de datos genéticas y la colaboración entre agencias policiales y laboratorios forenses están demostrando ser herramientas fundamentales en la identificación de personas desaparecidas. En los últimos años, numerosos casos en Estados Unidos han sido resueltos gracias a estas técnicas, lo que ha permitido a familias recuperar a sus seres queridos o, al menos, obtener respuestas después de años de incertidumbre.

El caso de Andrea Michelle Reyes es un recordatorio de que, incluso después de décadas, la justicia y las respuestas son posibles gracias a la combinación de avances científicos y la persistencia de quienes nunca dejan de buscar.