Estados Unidos acusó formalmente este miércoles a una decena de ciudadanos y funcionarios chinos de haber liderado campañas de ciberespionaje en el país durante años.
En un comunicado, el Departamento de Justicia precisó que un grupo de dos funcionarios del Ministerio de Seguridad Pública de la República Popular China y ocho empleados de la compañía i-Soon -también conocida como Anxun- llevaron a cabo actividades cibernéticas maliciosas entre 2016 y 2023, centradas en cuentas de correo electrónico, teléfonos móviles, servidores y sitios web de ciudadanos estadounidenses y de Asia.
La participación de la compañía responde, según el tribunal federal de Manhattan que lleva el caso, a una estrategia del Gobierno chino para encubrir su participación en este robo de información.
“La piratería informática patrocinada por el Estado (chino) es una grave amenaza para nuestra comunidad y para la seguridad nacional. Durante años, estos diez acusados -dos de los cuales son funcionarios de la RPC- utilizaron sofisticadas técnicas de piratería informática contra organizaciones religiosas, periodistas y agencias gubernamentales, con el fin de recopilar información sensible para el uso de la RPC”, apuntó el fiscal federal en funciones del distrito sur de Nueva York, Matthew Podolsky.

Precisamente, el comunicado menciona como víctimas de estas operaciones a una gran organización religiosa de Estados Unidos que había sido crítica del Gobierno chino en el pasado, así como otra centrada en promover los derechos humanos y la libertad religiosa en el país, los ministerios de Asuntos Exteriores de múltiples gobiernos de Asia y agencias gubernamentales federales y estatales de Estados Unidos, incluido el Departamento del Tesoro de Estados Unidos (Tesoro).
Si bien la acusación de este miércoles no priva de su libertad a los sujetos, por no estar en Estados Unidos, sí se lanzó una orden de búsqueda del FBI y una recompensa de hasta USD 10 millones por información que conduzca a su localización. Asimismo, se incautó el principal sitio de Internet de i-Soon, en el que publicitaba su negocio.
“Estos cargos ayudarán a detener a estos piratas informáticos patrocinados por el Gobierno y a proteger nuestra seguridad nacional”, sumó Podolsky, mientras que Sue J. Bai, jefa de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia, ratificó el compromiso por “perseguir implacablemente a aquellos que amenacen nuestra ciberseguridad, robando a nuestro gobierno y a nuestra gente”.

“Hoy estamos desenmascarando a los agentes del gobierno chino que dirigen y fomentan ataques indiscriminados y temerarios contra ordenadores y redes de todo el mundo, así como a las empresas habilitadoras y a los hackers individuales que han desatado. Seguiremos luchando para desmantelar este ecosistema de mercenarios cibernéticos y proteger nuestra seguridad nacional”, prometió.
Estados Unidos lleva años trabajando por desbaratar estas redes de ciberespionaje enemigas que operan en el país, aunque la de este miércoles es la primera de alto nivel desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. La investigación, no obstante, se inició antes de su presidencia.
Poco antes, a principios de enero, el Gobierno ya había emitido sanciones contra Integrity Technology Group, una empresa china dedicada a la programación informática, acusada de haber estado detrás de múltiples incidentes de ataques de hackers contra infraestructuras estadounidenses desde 2021.