
El volcán Kilauea, localizado en la Isla Grande de Hawái, registra su duodécima erupción desde diciembre de 2023, con fuentes de lava que alcanzan entre 9 y 50 metros de altura en el cráter Halemaʻumaʻu, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés). La actividad eruptiva más reciente comenzó el 4 de marzo a las 7:30 a.m. hora local, con flujos intermitentes en diferentes áreas del cráter.
Desde el inicio del actual ciclo eruptivo el 23 de diciembre de 2023, las erupciones han durado aproximadamente 14 horas antes de cesar por periodos que varían entre uno y 12 días. En episodios anteriores, las fuentes de lava han llegado hasta 180 metros de altura, pero en la actividad reciente se han observado niveles inferiores. Sin embargo, el USGS ha indicado que la intensidad podría incrementarse.
El Observatorio de Volcanes de Hawái, perteneciente al USGS, ha monitoreado el comportamiento del volcán a través de cámaras web y sensores de gas. Las emisiones de dióxido de azufre continúan, lo que representa un riesgo para personas con afecciones respiratorias y cardiovasculares (USGS). Las autoridades han recomendado a los visitantes del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái que sigan las actualizaciones diarias sobre la calidad del aire.
¿Cuáles son los riesgos asociados a la erupción del Kilauea?
El Servicio de Parques Nacionales ha advertido que los gases volcánicos pueden combinarse con la humedad y otros contaminantes, generando “vog” (smog volcánico), lo que podría reducir la visibilidad y afectar la salud de los residentes cercanos. Las personas más vulnerables incluyen niños, ancianos y quienes padecen enfermedades respiratorias preexistentes.
La Administración Federal de Aviación (FAA) mantiene una alerta naranja para el tráfico aéreo debido a la posibilidad de emisiones de ceniza volcánica. Aunque la actividad reciente no ha generado grandes columnas de ceniza, el USGS ha indicado que las condiciones pueden cambiar rápidamente. La ceniza volcánica en el aire puede representar un peligro para las aeronaves, ya que puede afectar los motores y reducir la visibilidad.

¿Cómo afecta la erupción a los residentes y turistas?
El Observatorio de Volcanes de Hawái ha indicado que la actividad eruptiva en el Kilauea se mantiene concentrada en el cráter Halemaʻumaʻu, sin afectaciones directas a áreas habitadas. No obstante, el USGS ha advertido que la situación es dinámica y podría cambiar, por lo que continúa el monitoreo constante de sismos, deformaciones del terreno y emisiones de gas.
El Parque Nacional de los Volcanes de Hawái ha informado que los visitantes pueden observar la erupción desde puntos seguros dentro del parque. Sin embargo, ha recordado que la actividad volcánica puede ser impredecible y que es importante seguir las recomendaciones de seguridad publicadas diariamente en su sitio web.
Las comunidades cercanas al volcán han reportado un aumento en la caída de ceniza en zonas aledañas, lo que ha llevado a las autoridades locales a distribuir mascarillas y emitir recomendaciones para evitar la exposición prolongada al aire libre. La Defensa Civil de Hawái ha pedido a los residentes mantenerse informados y tener planes de evacuación en caso de un incremento en la actividad volcánica.
¿Cómo se compara esta erupción con eventos previos?
Las erupciones del Kilauea han sido una característica recurrente en la actividad geológica de Hawái. En 2018, una erupción de mayor magnitud destruyó más de 700 viviendas y provocó evacuaciones masivas en la Isla Grande (USGS). Durante ese evento, los flujos de lava alcanzaron el océano, generando nubes de vapor tóxico que obligaron a restricciones en la navegación y cierres de carreteras.
Desde entonces, el monitoreo del Kilauea ha mejorado con la instalación de nuevos sensores sísmicos y sistemas de alerta temprana. Los científicos han indicado que, aunque la erupción actual es menos destructiva que la de 2018, sigue siendo una amenaza potencial y requiere vigilancia continua.

¿Cómo se monitorea el volcán Kilauea?
El USGS mantiene un equipo de científicos en el Observatorio de Volcanes de Hawái que recopila datos sobre la deformación del terreno, emisiones de gas y actividad sísmica en tiempo real. Los especialistas han detectado un aumento en la cantidad de dióxido de azufre liberado en los últimos días, lo que sugiere que la actividad volcánica podría continuar en las próximas semanas (USGS).
Además del monitoreo terrestre, la NASA ha utilizado satélites para analizar el impacto de la erupción en la atmósfera y evaluar posibles cambios en la topografía del cráter. Estas observaciones permiten a los científicos prever patrones de actividad y advertir sobre posibles peligros con mayor anticipación (NASA).
¿Cómo se puede observar la erupción en tiempo real?
El USGS ha habilitado transmisiones en vivo a través de cámaras web para que quienes no puedan viajar a Hawái puedan observar la actividad volcánica en tiempo real. Estas imágenes muestran la emisión de gases y la lava fluyendo dentro del cráter Halemaʻumaʻu.
Además, el Parque Nacional de los Volcanes de Hawái ha incrementado las patrullas para garantizar que los visitantes no accedan a zonas restringidas debido al riesgo de explosiones menores y emisiones de gas. La seguridad sigue siendo una prioridad mientras el volcán permanece activo.