
El S.S United States, un transatlántico histórico que en su momento representó la cúspide de la ingeniería estadounidense, completó la primera etapa de su último viaje. Este emblemático barco, que ostenta el récord de velocidad en el cruce del Atlántico desde 1952, será hundido frente a la costa del Golfo de Florida para convertirse en el mayor arrecife artificial del mundo.
Según informó ABC News, la embarcación llegó el lunes 3 de marzo a Mobile, Alabama, tras un recorrido de casi 2.900 kilómetros desde el río Delaware, en el sur de Filadelfia.
El transatlántico, de 305 metros de longitud, será sometido a un proceso de limpieza y preparación que tomará aproximadamente seis meses. Posteriormente, será hundido en aguas del Golfo de México, frente a la costa del condado de Okaloosa, en el noroeste de Florida.
Este proyecto busca no solo preservar el legado del barco, sino también fomentar el turismo en la región, atrayendo a buceadores, pescadores y visitantes interesados en explorar este nuevo arrecife artificial.
Desafíos logísticos y legales
El traslado del S.S United States comenzó el 19 de febrero, tras la resolución de una disputa de alquiler que había mantenido al barco anclado en Filadelfia durante años.

Según detalló ABC News, los planes iniciales para mover la embarcación en noviembre pasado se retrasaron debido a preocupaciones de la Guardia Costera de los Estados Unidos sobre la estabilidad del barco para realizar el trayecto. Finalmente, tras superar estos obstáculos, el transatlántico inició su viaje hacia el sur, marcando el comienzo de una nueva etapa en su historia.
El proyecto de convertir al S.S United States en un arrecife artificial forma parte de un esfuerzo más amplio por parte del condado de Okaloosa para expandir su red de arrecifes artificiales, que ya cuenta con más de 500 estructuras.
Las autoridades locales esperan que esta iniciativa impulse significativamente la economía de la región, generando millones de dólares anuales en ingresos relacionados con el turismo, como el alquiler de equipos de buceo, excursiones de pesca y hospedaje en hoteles.
Un legado de velocidad y versatilidad militar
El S.S United States no solo es recordado por su tamaño y diseño, sino también por su impresionante desempeño. En su viaje inaugural en 1952, el barco estableció un récord de velocidad al cruzar el Atlántico en tres días, diez horas y cuarenta minutos, superando por diez horas la marca anterior establecida por el RMS Queen Mary.

Con una velocidad promedio de 66 kilómetros por hora, el transatlántico se convirtió en un símbolo del poderío tecnológico de los Estados Unidos durante la posguerra.
Además de su uso como transatlántico de lujo, el S.S United States fue diseñado para cumplir funciones militares en caso de necesidad. Su capacidad para transportar a miles de tropas lo convirtió en un activo estratégico durante la Guerra Fría, aunque nunca llegó a ser utilizado con fines bélicos. Sin embargo, su relevancia como símbolo de la ingeniería y la innovación estadounidense ha perdurado a lo largo de las décadas.
Un futuro prometedor como arrecife artificial
El costo total del proyecto, que incluye la compra y preparación del barco, podría superar los 10 millones de dólares, según informaron las autoridades locales. A pesar de la inversión significativa, los funcionarios del condado de Okaloosa confían en que el SS United States se convertirá en una atracción única que destacará entre los arrecifes artificiales existentes en la región.
Su tamaño y su historia lo posicionan como un punto de interés tanto para los entusiastas del buceo como para quienes buscan explorar un pedazo de historia marítima.

El medio ABC News destacó que, una vez hundido, el transatlántico se convertirá en un hábitat para diversas especies marinas, contribuyendo a la biodiversidad del Golfo de México.
Además, su transformación en arrecife artificial representa una solución creativa para preservar el legado de un barco que, durante décadas, enfrentó un futuro incierto debido a los altos costos de mantenimiento y los planes fallidos de reutilización.
Desde que fue retirado del servicio en 1969, el S.S United States pasó por las manos de varios propietarios privados que intentaron, sin éxito, darle un nuevo propósito. Durante años, el barco permaneció anclado en el río Delaware, convirtiéndose en un recordatorio silencioso de su antigua gloria.
Ahora, con su inminente transformación en arrecife artificial, el transatlántico tendrá una segunda vida, esta vez como un ecosistema submarino y una atracción turística de renombre.