
Kay Ivey, gobernadora de Alabama y conocida defensora de la pena capital, tomó una decisión histórica al conmutar la sentencia de muerte de Robin “Rocky” Myers, un hombre condenado por asesinato. La decisión fue anunciada el pasado viernes 28 de febrero, cuando la gobernadora justificó su decisión al señalar que las pruebas en el caso no eran lo suficientemente sólidas para respaldar una ejecución, según reportó The Associated Press (AP).
“En resumen, no estoy convencida de que el señor Myers sea inocente, pero tampoco estoy tan convencida de su culpabilidad como para aprobar su ejecución”, expresó Ivey en declaraciones citadas por AP. Este caso se remonta a un crimen ocurrido en 1991 en la ciudad de Decatur, Alabama.
Los fiscales alegaron que el 4 de octubre de 1991, Myers ingresó a una vivienda en Decatur, donde apuñaló a dos personas, una de las cuales, Ludie Mae Tucker, de 69 años, falleció a causa de las heridas. Posteriormente, el acusado habría robado una videograbadora VHS, que más tarde intercambió por drogas.
Un caso lleno de dudas y falta de pruebas concluyentes

Ni Tucker, antes de morir, ni la otra víctima lograron identificar a Myers como el agresor. Además, la policía desestimó la versión de Myers, quien afirmó haber encontrado la videograbadora en otro lugar. Según el Death Penalty Information Center, no se hallaron pruebas físicas que vincularan directamente a Myers con el lugar del crimen. No se encontró el arma homicida, no hubo huellas dactilares que lo incriminaran y tampoco se presentó evidencia de ADN que lo conectara con el asesinato, tal y como reportó NBC News.
Un aspecto controvertido del caso fue la decisión del juez estatal de imponer la pena de muerte a Myers, a pesar de que el jurado había recomendado una sentencia de cadena perpetua.
La gobernadora Ivey, al anunciar su decisión, destacó las numerosas preguntas sin respuesta que rodean el caso, ya que no se encontró ningún arma homicida, evidencia de huellas dactilares vinculada a Myers o rastros de ADN o cualquier otro indicio que lo coloque en la escena del crimen.
“Hasta ahora, como gobernadora, he presidido 22 ejecuciones y nunca dudaré de mi creencia de que la pena de muerte es un castigo justo para los crímenes más graves de la sociedad”, destacó la mandataria.
Asimismo, Ivey confirmó que esta decisión fue “una de las más difíciles” que ha tenido que tomar en su tiempo como gobernadora de Alabama.
Kacey Keeton, defensora pública federal encargada de representar a Myers y quien lo ayudó a solicitar la conmutación de su condena, señaló que no encontraba las palabras suficientes para transmitir su alegría.
Por su parte, Myers está más aliviado del “terror que conlleva una sentencia de muerte”, según palabras de su abogado, recabadas por NBC News.
Un alivio para Myers y su abogada

“Estoy agradecida con las muchas personas que hicieron esfuerzos extraordinarios para apoyar esta petición, y más que agradecida con la gobernadora Ivey por su decisión de hoy. Nuestros pensamientos están con la familia de la señora Tucker”, según la defensora de Myers.
Según AP, la última vez que un gobernador de Alabama conmutó una condena de muerte tuvo lugar en 1999 por decisión del entonces mandatario Fob James.
No todos estuvieron de acuerdo con la decisión de conmutar la sentencia de Myers. Una de las personas que no estuvo cómoda con el fallo de Ivey fue Steve Marshall, fiscal general republicano, quien dijo estar “asombrado”, según reportó AP.
“Estoy asombrado por la decisión de la gobernadora Ivey de conmutar la sentencia de muerte de Rocky Myers y estoy desconcertado de que haya decidido no comunicarse directamente conmigo sobre este caso o su decisión”, dijo Marshall según declaraciones recogidas por AP.