Cómo una tarjeta de regalo perdida de USD 25 desató un caos escolar por miles de dólares en Nueva York

Lo que parecía un simple extravío se convirtió en un proceso judicial que reveló luchas internas en el sistema educativo de Amagansett, en Long Island, con acusaciones de encubrimiento y maniobras políticas

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La directora de la escuela
La directora de la escuela enfrentó un problema legal tras acusaciones de apoderarse de una tarjeta. (LinkedIn-Maria Dorr)

El tranquilo pueblo de Amagansett, en la costa este de Long Island, se ha visto sacudido por un escándalo inesperado: la desaparición de una tarjeta de regalo de USD 25. Lo que en cualquier otro contexto habría sido un incidente menor, en esta pequeña comunidad escaló hasta convertirse en una disputa legal con repercusiones políticas y sociales.

El epicentro del conflicto es la escuela primaria local, donde la directora, Maria Dorr, enfrenta un juicio disciplinario tras ser señalada como la posible responsable de la desaparición de la tarjeta. Con más de 1.400 páginas de testimonio y costos legales que ya superan los USD 24.800, el caso ha polarizado a la comunidad, revelando tensiones internas dentro del sistema escolar y desencadenando una serie de acusaciones cruzadas que han convertido a este episodio en el tema de conversación predominante en el pueblo.

Un conflicto llamativo

El 15 de diciembre de 2023, en plena temporada navideña, un padre entregó dos tarjetas de regalo a Cassie Butts, recepcionista de la escuela de Amagansett: una para ella y otra para Chrissy McElroy, terapeuta ocupacional del centro educativo. Siguiendo el procedimiento habitual, el hombre colocó la tarjeta de McElroy en su casillero dentro del correo interno de la escuela.

Poco después, la tarjeta desapareció. Imágenes de seguridad mostraron que, a las 8:24 de la mañana, Butts ingresó al correo con un sobre rojo y salió sin él. Trece minutos más tarde, la directora Maria Dorr fue vista entrando y saliendo con un conjunto de documentos, entre los que se encontraba un sobre rojo.

Al notar la desaparición, la recepcionista informó a la directora sobre el hecho. Según su testimonio, la directora le pidió que no dijera nada para evitar la intervención de abogados o la policía. Sin embargo, el asunto no quedó allí.

La investigación y el proceso disciplinario

La noticia se propagó rápidamente entre los empleados de la escuela y llegó a oídos de Richard Loeschner, superintendente interino. Decidido a esclarecer lo sucedido, el directivo revisó las grabaciones de seguridad e interrogó al personal. “No hay otra explicación sobre el paradero de esa tarjeta de regalo”, declaró en el juicio disciplinario contra Dorr.

En enero, la directora fue suspendida de sus funciones y se inició un proceso bajo la normativa 3020a del estado de Nueva York, utilizado para juzgar faltas de docentes con estabilidad laboral. El caso, que en circunstancias normales habría permanecido en la esfera privada del distrito escolar, se hizo público cuando Dorr exigió una audiencia abierta.

La disputa generó un extenso litigio con costos legales que ya han superado ampliamente el valor de la tarjeta en cuestión. Mientras tanto, la comunidad sigue dividida entre quienes creen en la culpabilidad de la directora y quienes consideran que el proceso es un montaje para forzar su salida de la escuela.

El juicio ha revelado tensiones
El juicio ha revelado tensiones políticas dentro del sistema escolar de Amagansett. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Las versiones enfrentadas

La fiscalía escolar, representada por el abogado Steven Goodstadt, sostiene que Maria Dorr tomó la tarjeta de regalo de manera deliberada y luego intentó encubrir el hecho. Su principal argumento se basa en las grabaciones de seguridad, que muestran a la directora saliendo del correo interno de la escuela con un sobre rojo en la mano, poco después de que Butts lo colocara en la casilla de McElroy.

Goodstadt enfatizó en el juicio que la directora trató de minimizar el incidente pidiendo a la recepcionista que no dijera nada.

“Es evidente que Maria Dorr esperaba que esto se desvaneciera porque sabía que la habían atrapado con las manos en la masa”, declaró. También destacó que, a pesar de la magnitud del proceso, la tarjeta de regalo nunca apareció.

Para reforzar la acusación, el equipo legal de la escuela presentó pruebas documentales, incluyendo fotografías del correo interno y los registros de las grabaciones de seguridad. Además, señalaron que la directiva no reportó inmediatamente el hallazgo de la supuesta tarjeta de gasolina, sino que lo hizo solo después de que el asunto escalara.

Defensa de Dorr

La directora negó todas las acusaciones en su contra, asegurando que nunca tomó la tarjeta de Amazon. Según su versión, encontró un sobre rojo en su casilla de correo y, al abrirlo al día siguiente, descubrió que contenía una tarjeta de USD 50 de la estación de servicio Shell. Afirmó que asumió que provenía de la misma familia que le había dado un obsequio similar meses antes.

Respecto a su reacción ante Butts, Dorr argumentó que le pidió discreción porque confiaba en que la tarjeta de McElroy reaparecería pronto. “Es una escuela, las cosas se pierden todo el tiempo”, testificó.

Su abogado, Arthur Scheuermann, sostiene que es víctima de una conspiración dentro de la escuela, diseñada para desacreditarla y sacarla del camino en su intento por convertirse en superintendente. Como prueba de esta teoría, mencionó que el ahora superintendente Mike Rodgers entregó al investigador del caso, antes de que se revisaran las cámaras, un papel con los horarios clave del incidente. “Esto demuestra que ya había una narrativa preestablecida antes de analizar la evidencia”, argumentó Scheuermann.

El caso de la tarjeta de regalo dejó al descubierto fracturas dentro del sistema escolar de Amagansett y ha avivado tensiones entre distintos sectores de la comunidad. Más allá del debate sobre la culpabilidad o inocencia de Maria Dorr, el proceso disciplinario generó sospechas sobre maniobras políticas dentro del distrito escolar.