Un vuelo de Delta Air Lines con destino a Sídney, Australia, tuvo que regresar de emergencia al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX) el sábado por la noche, luego de que se detectara humo en una de las áreas del avión. Según informó NBC News, el incidente ocurrió poco después del despegue, lo que obligó a la tripulación a realizar un aterrizaje de emergencia menos de una hora después de haber iniciado el trayecto.
El vuelo, identificado como DL43, partió de Los Ángeles alrededor de las 21:00 hora local, pero se vio obligado a regresar tras detectarse humo en la cocina del avión, conocida como galley. De acuerdo con datos de FlightAware, el avión, un Airbus A350-900, aterrizó de manera segura en LAX y fue dirigido a una puerta de llegada para desembarcar a los pasajeros. En total, 162 personas se encontraban a bordo del vuelo, quienes, según CNN, an sido reubicadas en otro avión para continuar su viaje hacia Australia.
En un comunicado emitido el domingo 23 de febrero, Delta Air Lines destacó que la seguridad de sus pasajeros y tripulación es su máxima prioridad. “Por esta razón, la tripulación siguió los procedimientos establecidos para regresar a Los Ángeles después de que se detectara humo en el galley”, señaló la aerolínea. Además, ofrecieron disculpas a los pasajeros por los inconvenientes ocasionados debido al retraso en sus planes de viaje.
Aunque no se reportó humo en la cabina de los pilotos al momento del aterrizaje, según el audio registrado por LiveATC.net, citado por NBC News, los pilotos solicitaron asistencia médica para algunos pasajeros que podrían haber sido afectados por el humo. Hasta el momento, no se han proporcionado detalles adicionales sobre posibles lesiones o afectaciones a los pasajeros.
La Administración Federal de Aviación (FAA) anunció que investigará el incidente para determinar las causas exactas de la presencia de humo en el avión. Este evento se suma a una serie de incidentes recientes en la industria de la aviación que han generado preocupación entre los viajeros.
Según reportó FOX News, la semana pasada otro vuelo de Delta Air Lines sufrió un accidente al aterrizar en el aeropuerto de Toronto, Canadá. Durante el aterrizaje, el avión volcó y se incendió, dejando un saldo de 21 personas heridas. Dos de los pasajeros afectados han presentado demandas legales contra la aerolínea. En respuesta, Delta ofreció una compensación de 30.000 dólares a cada uno de los 76 pasajeros que se encontraban a bordo, asegurando que este gesto no implica condiciones ni afecta los derechos legales de los afectados.
El incidente del vuelo DL43 también ocurre en un contexto de accidentes aéreos más graves registrados en los últimos meses en Estados Unidos. El pasado 30 de enero, un helicóptero militar colisionó en pleno vuelo con un avión de pasajeros de American Airlines cerca del Aeropuerto Nacional Reagan, en Washington, D.C..
Este trágico accidente resultó en la muerte de las 64 personas a bordo del avión comercial y los tres tripulantes del helicóptero Black Hawk. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) está liderando la investigación para esclarecer las causas de este choque.
Poco después, un avión ambulancia se estrelló cerca de un centro comercial al aire libre en Filadelfia, dejando un saldo de seis personas fallecidas a bordo y una víctima adicional que se encontraba dentro de un vehículo en tierra. Este accidente también provocó lesiones a 24 personas que se encontraban en las inmediaciones del lugar del impacto.
La sucesión de incidentes en la industria de la aviación ha generado inquietud entre los viajeros, quienes enfrentan un panorama de incertidumbre respecto a la seguridad de los vuelos. Aunque las aerolíneas y las autoridades de aviación han reiterado su compromiso con la seguridad, estos eventos subrayan la importancia de las investigaciones exhaustivas y la implementación de medidas preventivas para evitar futuros accidentes.
