Exentrenador es acusado de abusar de alumna durante años en una escuela de élite en Nueva York

Collin Henry y otro colega enfrentan denuncias por abuso de poder y conductas inapropiadas en una exclusiva escuela del Bronx

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Un exentrenador de voleibol de
Un exentrenador de voleibol de la Ethical Culture Fieldston School es acusado de abuso sexual contra una estudiante entre 2004 y 2006. (Google Maps)

Un caso de abuso sexual que involucra a un exentrenador de voleibol y una estudiante sacudió a la comunidad de la Ethical Culture Fieldston School, una exclusiva institución privada ubicada en el Bronx, Nueva York. Según informó el New York Post, una demanda presentada recientemente en el Tribunal Supremo local acusa a Collin Henry, excoach del equipo femenino, de haber manipulado y abusado sexualmente de una de sus jugadoras durante un período de dos años, comenzando cuando la víctima tenía 17 años. La denuncia también señala a otro entrenador, Lynford Foreman, y a la escuela misma por no haber actuado para prevenir el abuso.

La víctima, identificada en los documentos legales como Jane Doe, tiene ahora 36 años y asegura que las agresiones comenzaron en 2005, cuando era estudiante de último año en la escuela. Según la demanda, el abuso tuvo lugar en múltiples ubicaciones, incluyendo el campus de la escuela, su hogar y durante salidas al cine. La mujer afirma que las secuelas de estos hechos han marcado su vida, llevándola a sufrir de depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático, lo que incluso le impidió cumplir su sueño de estudiar medicina.

Un patrón de comportamiento inapropiado y manipulación emocional

De acuerdo con la demanda, Collin Henry, quien en los años 90 fue jugador de la selección nacional de voleibol de Jamaica, utilizó su posición de poder como entrenador para manipular emocionalmente a la joven. La denuncia detalla que el acusado comenzó a enviarle mensajes de contenido sexual en 2004, cuando ella tenía 16 años, y que durante los viajes en auto hacia prácticas fuera de temporada en Queens, el entrenador cruzaba límites al compartir chistes sexuales y relatos personales inapropiados. Este comportamiento, según la víctima, fue parte de un proceso de “preparación” para establecer una relación de dependencia emocional y obediencia.

En la primavera de 2005, cuando la estudiante cumplió 17 años, Henry le aseguró que ya era “lo suficientemente mayor” para mantener una relación sexual con él, aunque le advirtió que podría perder su empleo si alguien se enteraba.

Durante el verano de ese mismo año, el entrenador intensificó su manipulación, preparando el terreno para el abuso físico que comenzaría en otoño. Según la demanda, el primer contacto físico ocurrió después de una práctica, cuando Henry la besó y posteriormente la nombró capitana del equipo.

Según las acusaciones, la escuela
Según las acusaciones, la escuela fue informada del abuso y miembros del personal no actuaron para proteger a la alumna. (Google Maps)

Abuso físico y amenazas para mantener el silencio

La denuncia describe cómo el abuso escaló rápidamente. En una ocasión, durante una salida al cine para ver la película The Quiet, que trata sobre el abuso de un padre hacia su hija, Henry supuestamente la besó y la tocó de manera inapropiada.

En otra salida, la obligó a realizar actos sexuales. Cuando la joven cumplió 18 años, el abuso se tornó aún más grave, con el exentrenador forzándola a mantener relaciones sexuales sin protección y diciéndole que debía “soportar” el dolor.

Además de los actos de abuso físico, la demanda señala que Henry utilizó amenazas para mantener el control sobre la víctima. Según los documentos legales, el entrenador le advirtió que si su relación salía a la luz, sus posibilidades de ingresar a la universidad se verían comprometidas. También incluyó a la joven en un libro que escribió sobre su experiencia como entrenador, lo que, según la víctima, fue otra forma de manipulación emocional.

La respuesta de la escuela y las acusaciones de encubrimiento

La Ethical Culture Fieldston School, que cobra una matrícula anual de 65.540 dólares, ha sido acusada en la demanda de no haber actuado para proteger a la estudiante, a pesar de que, según la víctima, el personal de la escuela estaba al tanto del abuso. La mujer afirma que algunos empleados incluso bromeaban y chismeaban sobre la relación entre Henry y ella, pero no tomaron medidas para detenerlo.

En julio de este año, la víctima presentó una queja formal ante la escuela, dirigida al entonces director Joe Algrant y a la directora de la escuela secundaria, Stacey Bobo. En su declaración, explicó que decidió denunciar los hechos para recuperar el control sobre su vida y dejar atrás el impacto que el abuso había tenido en su trayectoria personal y profesional.

“Debido a mi salud mental, he tenido dificultades para mantener un empleo a tiempo completo... pero aún deseo perseguir una carrera satisfactoria”, expresó en su declaración.

En respuesta a la denuncia, la escuela contrató a un bufete de abogados externo para investigar las acusaciones. Según un portavoz de la institución, Henry fue despedido tras los hallazgos preliminares de la investigación. En agosto, la escuela envió un correo electrónico a la comunidad escolar informando sobre la “actualización de personal” relacionada con la “mala conducta” del acusado, aunque no mencionó explícitamente las acusaciones de abuso sexual.

Negación de irregularidades y medidas preventivas

En un comunicado, la escuela negó haber manejado mal las acusaciones y afirmó que no había recibido quejas previas sobre Henry. “La seguridad y el bienestar de nuestros estudiantes son nuestra máxima prioridad, y la Ethical Culture Fieldston School actuó de manera rápida y adecuada tan pronto como se planteó una preocupación", declaró un portavoz.

También se destacó que todo el personal de la escuela pasa por verificaciones exhaustivas de antecedentes, incluyendo revisiones de antecedentes penales y toma de huellas dactilares, además de recibir capacitación anual para prevenir el abuso y la mala conducta.

Por su parte, Collin Henry se negó a comentar sobre las acusaciones, mientras que Lynford Foreman, el otro entrenador mencionado en la demanda, no respondió a las solicitudes de comentarios realizadas por el New York Post.

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