Los hermanos Menéndez denunciaron que han vivido décadas de abuso y traumas en prisión

Erik y Lyle Menéndez, condenados por el asesinato de sus padres, esperan redefinir su futuro judicial con una audiencia clave que podría permitirles la libertad condicional el próximo 20 de marzo

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Erik y Lyle Menéndez fueron
Erik y Lyle Menéndez fueron sentenciados en 1996 por asesinar a sus padres en su mansión de Beverly Hills. (REUTERS/Lee Celano)

Tras más de tres décadas encarcelados, Erik y Lyle Menéndez, conocidos por el asesinato de sus padres en 1989, han revelado los abusos y el sufrimiento que han experimentado en prisión. Según informó TMZ en su pódcast 2 Angry Men, Erik Menéndez, de 54 años, describió las condiciones de su encarcelamiento como un entorno peligroso y traumático, marcado por episodios de acoso y violencia.

Los hermanos, quienes cumplen condena en el Centro Correccional Richard J. Donovan en California, fueron sentenciados en 1996 por el asesinato de sus padres, José y Kitty Menéndez, en su mansión de Beverly Hills, valorada en 5 millones de dólares. Desde entonces, han sostenido que los crímenes ocurrieron como resultado de años de abuso físico, mental y sexual por parte de sus progenitores.

En su entrevista con el pódcast, Erik detalló los desafíos que enfrentó durante sus primeros años en prisión, describiéndolos como un periodo oscuro y peligroso. “La prisión fue difícil para mí. Enfrenté mucho acoso y trauma. Era un ambiente peligroso”, afirmó. Según consignó TMZ, Erik explicó que, al no pertenecer a ninguna estructura de pandillas, tanto él como su hermano fueron considerados “lobos solitarios”, lo que los dejó vulnerables a ataques constantes.

El posible cambio en su
El posible cambio en su sentencia genera debate sobre el impacto del abuso en la conducta humana y la justicia penal. (AP)

“Fui acosado, intimidado violentamente, y fue traumático. Era algo continuo”, relató Erik. Además, señaló que no tenía a nadie a quien recurrir en busca de ayuda y que, durante años, estuvo separado de su hermano Lyle, lo que agravó su situación.

El medio también destacó que los hermanos estuvieron en prisiones diferentes durante más de dos décadas. Lyle, de 57 años, fue trasladado en 2018 desde la prisión Mule Creek en el norte de California al Centro Correccional Richard J. Donovan, donde Erik había estado desde 2013. Antes de ese traslado, Erik había pasado por varias instituciones penitenciarias.

Erik recordó un incidente particularmente impactante mientras estaba separado de su hermano. “Recuerdo el día en que me dijeron: “Lyle acaba de ser agredido y le rompieron la mandíbula”. Pensé: “Él está allá, yo estoy pasando por esto aquí, y al menos podríamos protegernos si estuviéramos juntos, pero ni siquiera nos permitían estar juntos. Fue difícil”, confesó.

El tiempo que pasaron separados y las agresiones que ambos sufrieron dejaron cicatrices profundas. Erik aseguró que le tomó años superar el trauma y encontrar una forma de adaptarse al entorno carcelario. “Tienes que encontrarte a ti mismo en prisión”, añadió.

Después de 35 años tras
Después de 35 años tras las rejas, los hermanos Menéndez podrían estar más cerca de obtener su libertad. (ABC)

Un posible giro en su destino judicial

Después de 35 años tras las rejas, los hermanos Menéndez podrían estar más cerca de obtener su libertad. Según reportó People, el próximo 20 de marzo se llevará a cabo una audiencia para determinar si deben ser resentenciados. Este proceso podría abrir la puerta a su elegibilidad para libertad condicional como “delincuentes juveniles”, ya que Lyle tenía 21 años y Erik 18 en el momento de los asesinatos.

El caso de los Menéndez ha cobrado un renovado interés público en los últimos años, impulsado por un cambio cultural en la comprensión del impacto del abuso sexual y por producciones como la serie de Netflix Monsters: The Lyle and Erik Menendez Story y un documental sobre los hermanos. Estas obras han generado una nueva ola de simpatizantes que abogan por su liberación, argumentando que no son “monstruos”, sino víctimas de un entorno familiar abusivo.

En octubre de 2024, el entonces fiscal de distrito de Los Ángeles, George Gascón, presentó una solicitud de resentencia que podría haber llevado a la liberación de los hermanos. Sin embargo, Gascón perdió su reelección frente a Nathan Hochman, quien ha mantenido reuniones con los Menéndez pero no ha hecho públicas sus intenciones respecto a sus sentencias.

Si la solicitud de resentencia prospera y se les impone una condena de 50 años a cadena perpetua, los hermanos podrían ser considerados para libertad condicional de manera inmediata. Este posible desenlace ha generado expectativas entre sus seguidores, quienes consideran que su caso refleja una evolución en la percepción de las víctimas de abuso y su respuesta a situaciones extremas.

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