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Un aterrizaje forzoso en el Aeropuerto Internacional Pearson de Toronto dejó a los pasajeros del vuelo 4819 de Delta Air Lines en medio de una experiencia aterradora, pero con un desenlace milagroso: los 80 ocupantes del avión sobrevivieron.
La aeronave, operada por la subsidiaria Endeavor Air, se salió de control al tocar tierra, perdiendo un ala, incendiándose y volcando completamente. En respuesta al incidente, la aerolínea anunció que ofrecerá 30.000 dólares a cada pasajero como gesto de apoyo, asegurando que esta compensación no afecta los derechos legales de los afectados.
De acuerdo con Delta Air Lines, el accidente ocurrió el lunes 17 de febrero durante un vuelo que partió de Minneapolis con destino a Toronto. A bordo viajaban 76 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación. Aunque 21 personas resultaron heridas y fueron trasladadas a hospitales locales, 20 de ellas ya habían sido dadas de alta para el miércoles por la mañana. La aerolínea expresó su gratitud por la ausencia de víctimas fatales y destacó la rápida respuesta de los equipos de emergencia.
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El accidente
El aterrizaje fue descrito como un evento violento por varios pasajeros. John Nelson, uno de los sobrevivientes, relató cómo logró salir del avión mientras este permanecía volcado. Según su testimonio a CBS News, el impacto inicial fue seguido por un deslizamiento lateral que culminó con la aeronave boca abajo.
Por su parte, Pete Carlson, otro pasajero, compartió con la cadena canadiense CBC News que, tras desabrochar su cinturón de seguridad, cayó al techo del avión, que se había convertido en el suelo. Carlson, quien viajaba a Toronto para asistir a una conferencia de paramédicos, ayudó a evacuar a una madre y su hijo antes de salir al frío extremo del exterior.
“Todo sucedió de repente, el avión se inclinó y, en un abrir y cerrar de ojos, estábamos boca abajo”, explicó Carlson. Añadió que, pese a las bajas temperaturas y la nieve en la pista, su única preocupación era alejarse lo más posible de la aeronave.

El accidente está siendo investigado por la Junta de Seguridad en el Transporte de Canadá, con la colaboración de la Administración Federal de Aviación (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de Estados Unidos. Según Deborah Flint, directora ejecutiva de la Autoridad de Aeropuertos del Gran Toronto, las condiciones climáticas eran favorables el día del incidente, con una pista seca y sin vientos cruzados. Sin embargo, se registraron ráfagas de viento de hasta 65 kilómetros por hora, lo que podría haber contribuido al “bache de flujo de aire” advertido por la torre de control a los pilotos durante la aproximación.
Los investigadores están analizando varios factores, incluyendo las acciones de los pilotos, posibles fallos en el tren de aterrizaje y las condiciones meteorológicas. Hasta el momento, las autoridades han evitado especular sobre las causas exactas del accidente.
Avances en seguridad aérea
Expertos en aviación han señalado que la supervivencia de todos los ocupantes es un testimonio de los avances en el diseño de aeronaves y la capacitación de las tripulaciones. Según Michael McCormick, profesor de gestión del tráfico aéreo en la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle, las alas de los aviones están diseñadas para desprenderse en caso de impacto, reduciendo el riesgo de explosiones al alejar los tanques de combustible del fuselaje.
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Además, los asientos y cinturones de seguridad están fabricados para resistir fuerzas de hasta 16 veces la gravedad, lo que fue crucial para mantener a los pasajeros seguros mientras el avión se deslizaba invertido por la pista. Jeff Guzzetti, consultor de seguridad aérea y exinvestigador de la FAA y la NTSB, destacó que la correcta ejecución del plan de evacuación por parte de la tripulación también fue clave para evitar una tragedia mayor.
En un comunicado, el director ejecutivo de Delta Air Lines, Ed Bastian, expresó el apoyo de toda la compañía a los afectados por el accidente. “El corazón de toda la familia global de Delta está con aquellos que vivieron este evento”, afirmó. La aerolínea también desplegó su equipo de atención al cliente, conocido como Delta Care Team, para asistir a los pasajeros en sus necesidades inmediatas.
La compensación de 30.000 dólares ofrecida por la aerolínea fue presentada como un gesto sin condiciones, lo que significa que los pasajeros mantienen intactos sus derechos legales para emprender acciones adicionales si así lo consideran.