
Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos el pasado 20 de enero. En menos de un mes, su segundo mandato en la Casa Blanca viene marcado por una avalancha de acciones ejecutivas destinadas a transformar el funcionamiento interno del gobierno federal de Estados Unidos, una estrategia política similar a la del presidente argentino, Javier Milei.
En un artículo publicado este domingo, y firmado por Joseph Addington, la prestigiosa revista conservadora The American Conservative asegura que el magnate republicano está llevando a cabo el “manual Milei”.
En su primera semana en el cargo, el líder republicano firmó decenas de órdenes ejecutivas, abarcando temas que varían desde la redefinición de la ciudadanía hasta modificaciones en el estilo arquitectónico de los edificios públicos. Este enfoque busca consolidar una administración alineada con su ideología y limitar la influencia de sus opositores políticos en el aparato estatal.
Tanto Trump como Milei han basado su retórica en la crítica a las élites políticas y económicas, a las que acusan de estar desconectadas de los intereses de la población.
Una de las herramientas clave en este plan de Trump es el denominado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), una entidad establecida bajo la dirección del magnate tecnológico Elon Musk y un equipo de destacados “genios” de Silicon Valley, que ha irrumpido en el Departamento de Educación, cancelando cientos de millones de dólares en contratos y revisando cuidadosamente los subsidios a las escuelas públicas, universidades y ONG. Musk, utilizando su acceso a las plataformas de procesamiento de pagos del gobierno, ha liderado esfuerzos para identificar y eliminar programas considerados de “valor cuestionable”.
Días atrás, el presidente norteamericano sugirió que el equipo de eficiencia gubernamental encontró irregularidades al examinar los datos del Departamento del Tesoro, e insinuó que eso podría llevar al país a no cumplir con algunos pagos. Trump no dio más detalles sobre qué problemas encontró Musk.
En este contexto, el gobierno también ha centrado esfuerzos en agencias específicas, como la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés). Esta institución, cuya estructura no está definida por ley, se encuentra en proceso de reorganización drástica.
Según expertos citados por The Washington Post, la USAID ha sido criticada durante años por ser un “fondo de inversión para causas progresistas en el extranjero”. El presidente Trump ordenó el despido de alrededor de 9.700 de sus 10.000 empleados, aunque un juez federal ha bloqueado temporalmente esta medida. Mientras tanto, el secretario de Estado, Marco Rubio, ha asumido como director interino, y se han planteado planes para integrar esta agencia en el Departamento de Estado, lo que podría requerir aprobación legislativa.

Por otro lado, Trump también ha implementado ajustes sutiles pero estratégicos en otras áreas de su administración. Entre las más significativas, destaca una reforma en la financiación de las universidades mediante la reducción de los costos indirectos permitidos por becas federales del Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés). Estas modificaciones buscan restringir los fondos que las universidades suelen utilizar para cubrir gastos administrativos y operativos. Chris Rufo, colaborador en esta iniciativa, comentó al diario capitalino: “El Departamento entero funciona como un esquema Ponzi para ideologías izquierdistas”.
Este modelo de gobernanza ha sido comparado con el estilo político del presidente argentino Javier Milei, quien ha utilizado métodos similares para reducir los subsidios públicos hacia organizaciones que, según él, alimentan a sus rivales políticos. Milei implementó medidas radicales como la eliminación de nueve ministerios, la sustitución de la agencia tributaria por una nueva estructura leal a su gobierno, el despido masivo de empleados de los servicios de inteligencia, y privatización de empresas públicas ineficientes, entre otras.
De acuerdo con The Washington Post, “las similitudes entre las estrategias de Milei y Trump indican un cambio hacia un gobierno más responsable y menos dependiente de un estado administrativo”.
Además, Milei también cuenta con una figura clave en su administración, Santiago Caputo, quien supervisa el funcionamiento de los ministerios argentinos para garantizar que estén alineados con las directrices presidenciales. Este enfoque guarda similitudes con el rol del DOGE en Estados Unidos, donde los equipos de Musk operan como supervisores en cada departamento y agencia federal, revisando decisiones de contratación y asignación de recursos.
The Washington Post, además, señala que esta estructura paralela de rendición de cuentas es una estrategia poco habitual en democracias como la estadounidense, pero familiar en otros sistemas políticos a nivel global.

La implementación de estas tácticas, equiparadas al “manual Milei”, refleja un esfuerzo por desmantelar lo que Trump y sus seguidores denominan “estado profundo”. Con ello, buscan reducir drásticamente los recursos destinados a causas progresistas, tanto en el ámbito doméstico como en el extranjero.
Aunque las diferencias entre los sistemas políticos de Argentina y Estados Unidos son evidentes, los principios operativos básicos están claramente alineados.
Desde su llegada a la presidencia de Argentina, Milei se ha convertido en una referencia dentro de los movimientos libertarios y conservadores a nivel global. Su defensa de la reducción del Estado y del libre mercado ha generado apoyo entre sectores de la derecha estadounidense, incluyendo figuras cercanas a Trump.
En varias ocasiones, el jefe de Estado argentino ha expresado su respaldo al exmandatario estadounidense, mientras que Trump ha elogiado públicamente el enfoque económico de su par.