Russell Hott y Peter Berg, los dos principales funcionarios del área de Operaciones de Ejecución y Remoción del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU. (ICE), han sido destituidos de sus cargos debido al bajo ritmo de arrestos y deportaciones. Según informó The Washington Post, la decisión se produjo tras presiones internas para acelerar las detenciones y responder a las ambiciosas metas de inmigración establecidas por el presidente.
La destitución de Hott y Berg fue confirmada por Tricia McLaughlin, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), quien explicó que la medida busca fortalecer la efectividad de ICE. “ICE necesita una cultura de rendición de cuentas de la que ha carecido en los últimos cuatro años”, afirmó en un comunicado citado por The Washington Post. McLaughlin añadió que el presidente, el secretario del DHS y el pueblo estadounidense “demandan resultados” y que el liderazgo actual de ICE está comprometido a cumplir con esas expectativas.
Ambos funcionarios han sido reasignados: Hott regresará a la oficina de ICE en Washington D.C., mientras que Berg ocupará un nuevo puesto en St. Paul, Minnesota, según un memorando interno de la agencia citado por Reuters.
La promesa de deportaciones masivas
Desde su llegada a la Casa Blanca, el presidente Donald Trump ha promovido una política migratoria centrada en la deportación masiva de inmigrantes indocumentados, prometiendo cifras récord. Según Reuters, el presidente firmó órdenes ejecutivas que facilitan los arrestos, incluso de inmigrantes sin antecedentes penales, y ha desplegado agentes federales adicionales para respaldar a ICE.
A pesar de un aumento inicial en las detenciones, con cifras que llegaron a 800-1.200 arrestos diarios en enero, la actividad se desaceleró en febrero debido a la saturación de los centros de detención y la retirada de equipos de refuerzo, según tres fuentes cercanas al tema citadas por The Washington Post.
La administración Trump ha impuesto objetivos estrictos para ICE. Caleb Vitello, director interino de la agencia, ordenó a las 25 oficinas de campo de ICE realizar al menos 75 arrestos diarios, lo que supone entre 1.200 y 1.500 detenciones en todo el país. Según declaraciones de Stephen Miller, asesor de Trump, esta cuota representa un “mínimo, no un máximo”, reportó The Washington Post.
El zar fronterizo de Trump, Tom Homan, también expresó su descontento: “Triplicar los arrestos está bien, pero no estoy satisfecho”, dijo en una entrevista con NewsNation. Homan ha insistido en que la campaña se enfoque en criminales y miembros de pandillas, aunque esto parece contradecir el deseo del presidente de alcanzar cifras totales aún mayores.
Obstáculos operativos: falta de recursos y centros de detención saturados
A pesar de las presiones, ICE enfrenta limitaciones significativas. La agencia cuenta con alrededor de 5.500 agentes encargados de la aplicación de leyes migratorias, una cifra que no ha crecido en la última década, según datos citados por Reuters. Además, ICE tiene capacidad para detener a unos 40.000 inmigrantes diarios, repartidos entre centros de detención privados y cárceles locales, pero Homan ha manifestado su intención de aumentar esta cifra a más de 100.000.
El problema se agrava por la falta de espacio para nuevos detenidos, lo que ha obligado a ICE a liberar a algunas personas por razones administrativas, legales o de salud. Estas liberaciones, una práctica rutinaria en la gestión de casos migratorios, han generado críticas desde la Casa Blanca. Homan anunció que investigará los motivos detrás de estas decisiones, según The Washington Post.
En medio de estas tensiones, ICE enfrenta también un desafío financiero. El senador Lindsey Graham (R-Carolina del Sur) reveló que tanto Homan como el director de la Oficina de Gestión y Presupuesto, Russell Vought, solicitaron de manera urgente más fondos para continuar con la campaña de deportaciones. “Estoy rogando por dinero”, citó Graham a Homan durante un almuerzo a puerta cerrada con senadores republicanos, reportó The Washington Post.
Graham está impulsando un proyecto de ley en el Senado para financiar la inmigración y la defensa, mientras que el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, propone combinar esas medidas con recortes fiscales, siguiendo la estrategia de Trump de aprobar un “gran y hermoso proyecto de ley”.