Un ambicioso plan busca reconstruir el barrio Greenwood donde ocurrió la masacre racial de Tulsa

El 31 de mayo y el 1 de junio de 1921, una turba de hombres blancos arrasó el vecindario, dejando un saldo de hasta 300 personas asesinadas, 35 manzanas destruidas y más de 1.250 hogares reducidos a escombros

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Tulsa busca reconciliación y justicia
Tulsa busca reconciliación y justicia centenaria con medidas concretas para sobrevivientes de la masacre de greenwood. (Cruz Roja Nacional Americana/Biblioteca del Congreso/REUTERS)

Un siglo después de la devastadora masacre racial de Tulsa, un nuevo proyecto propone medidas concretas para reparar los daños sufridos en el barrio Greenwood, conocido como Black Wall Street, y compensar a los sobrevivientes y sus descendientes.

Según informó The New York Times, el plan, denominado Project Greenwood, incluye pagos en efectivo, la construcción de un hospital y la posible devolución de tierras a las familias afectadas. El abogado Damario Solomon-Simmons, quien lideró una demanda por reparaciones que fue desestimada por la Corte Suprema de Oklahoma, presentó este martes 4 de febrero la iniciativa.

El proyecto busca no solo ofrecer beneficios tangibles a los sobrevivientes y sus descendientes, sino también promover la reconciliación en la ciudad de Tulsa, que aún enfrenta las secuelas de uno de los episodios más violentos de racismo en la historia de Estados Unidos. “Esto es algo que hemos necesitado durante 104 años”, afirmó Solomon-Simmons, quien destacó que el plan podría disipar la “nube oscura” que pesa sobre la ciudad desde 1921.

Los últimos sobrevivientes centenarios

Entre las prioridades del proyecto se encuentra la compensación económica para Lessie Benningfield Randle y Viola Ford Fletcher, las dos últimas sobrevivientes centenarias de la masacre, quienes tenían apenas unos años de edad cuando ocurrió el ataque.

El abogado Damario Solomon-Simmons lidera
El abogado Damario Solomon-Simmons lidera la iniciativa tras una demanda desestimada en busca de reparaciones por la masacre de 1921. (REUTERS/Polly Irungu)

Ambas, ahora con 110 años, han expresado su deseo de ver justicia antes de fallecer. “Si esta es la oportunidad de darles su reconocimiento mientras están vivas, entonces la ciudad debe hacerlo”, declaró LaDonna Penny, nieta de Randle, visiblemente emocionada.

El alcalde de Tulsa, Monroe Nichols, el primero de ascendencia afroamericana en ocupar el cargo, respaldó el plan y destacó la determinación de los sobrevivientes y sus familias para abordar las consecuencias de la destrucción del barrio Greenwood. “En las próximas semanas, compartiré el marco que mi administración utilizará para sanar las heridas abiertas por la masacre y construir una Tulsa más fuerte y unificada para todos”, señaló Nichols en un comunicado.

Un barrio próspero reducido a cenizas

El barrio Greenwood, conocido como Black Wall Street, era un símbolo de prosperidad para la comunidad afroamericana en Estados Unidos. En sus calles se encontraban restaurantes, hoteles, teatros y tiendas de comestibles que reflejaban el éxito económico de sus residentes.

La masacre racial de Tulsa
La masacre racial de Tulsa dejó cientos de víctimas y destruyó el próspero barrio afroamericano de Greenwood, conocido como Black Wall Street. (Cruz Roja Nacional Americana/Biblioteca del Congreso/REUTERS)

Sin embargo, entre el 31 de mayo y el 1 de junio de 1921, una turba de hombres blancos arrasó el vecindario, dejando un saldo de hasta 300 personas asesinadas, 35 manzanas destruidas y más de 1.250 hogares reducidos a escombros.

El ataque, descrito recientemente por el Departamento de Justicia como “un asalto coordinado de estilo militar”, es considerado uno de los peores actos de violencia racial en la historia de Estados Unidos. A pesar de los esfuerzos por buscar justicia, ningún responsable ha sido procesado debido a la falta de sobrevivientes vivos que puedan testificar.

Propuestas para sanar las heridas históricas

El plan Project Greenwood incluye la creación de un fondo de compensación para las víctimas y la construcción de un hospital y un centro de atención urgente en el norte de Tulsa, una zona históricamente marginada en términos de acceso a servicios de salud. El hospital llevaría el nombre de Dr. A.C. Jackson, un cirujano afroamericano que fue asesinado durante la masacre.

Lessie Benningfield Randle y Viola
Lessie Benningfield Randle y Viola Ford Fletcher son las dos últimas sobrevivientes centenarias de la masacre. (REUTERS/Carlos Barria)

Además, el proyecto insta a la ciudad a realizar una auditoría de las tierras en Greenwood para determinar si fueron confiscadas ilegalmente durante o después del ataque. En caso de confirmarse, se propone devolver las propiedades a las familias de los propietarios originales o compensarlas con el valor de mercado actual. También se sugiere declarar el 1 de junio como un día festivo en Tulsa para garantizar que la masacre no sea olvidada.

En 2022, el entonces alcalde G.T. Bynum creó la Beyond Apology Commission para explorar formas de abordar los daños causados por la masacre. Sin embargo, Bynum se opuso a las reparaciones económicas, argumentando que los habitantes actuales de Tulsa no deberían ser responsables de los actos cometidos en el pasado.

Paralelamente, la ciudad ha llevado a cabo excavaciones en busca de fosas comunes de las víctimas, logrando identificar a C.L. Daniel, un veterano del ejército estadounidense de Georgia, como una de las primeras víctimas recuperadas.

Aunque el Project Greenwood se encuentra en sus primeras etapas, Solomon-Simmons ha señalado que está explorando asociaciones público-privadas para financiar la iniciativa.

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