Un pasajero de un crucero de Norwegian Cruise Line enfrenta una deuda de 47.000 dólares tras recibir tratamiento médico por una gripe durante un viaje por el Caribe. Mike Cameron, originario de Braham, Minesota, había ganado junto a su novia, Tamra Masterman, un crucero gratuito, pero la experiencia terminó con una carga financiera inesperada que amenaza su estabilidad económica, según informó Fox 9.
El viaje comenzó el 5 de enero a bordo del Norwegian Encore, que partió desde Miami para un recorrido de una semana por el Caribe. Durante la travesía, Cameron comenzó a sentirse mal y, al presentar síntomas de gripe, acudió al centro médico del barco. Allí recibió tratamiento que incluyó la administración de sueros intravenosos y el uso de catéteres, de acuerdo con el testimonio de Masterman en entrevista con Fox News. Aunque Cameron se recuperó tras tres días, el alivio duró poco: al final del viaje, la pareja descubrió que el costo del tratamiento ascendía a 47.000 dólares.
Norwegian Cruise Line cargó automáticamente dos tarjetas de crédito asociadas a la cuenta del pasajero, alcanzando el límite de ambas. A pesar de estos pagos, Cameron aún adeuda 21.000 dólares, según detalla Fox 9. “Empiezas a pensar: ¿vas a perder la casa, vas a perder el auto?”, expresó Masterman en una entrevista con el medio local, reflejando la angustia que provocó la inesperada deuda. Cameron, por su parte, declaró: “No sé cómo voy a pagar esto. Tendré que hacerlo, pero no sé cómo”.
Un seguro de viaje que no responde
Antes de embarcarse, la pareja había adquirido un seguro de viaje proporcionado por Norwegian Cruise Line, con una cobertura de hasta 20.000 dólares para gastos médicos. Sin embargo, han tenido dificultades para presentar una reclamación. Según explicó Masterman en la entrevista, “el seguro de viaje no quiere pagar hasta que pasemos la factura por nuestro seguro de salud, y el seguro de salud no quiere hacerse cargo porque ocurrió en el extranjero”. Esta situación ha dejado a la pareja atrapada entre dos aseguradoras, sin una solución clara a la vista.
Ante la controversia, Norwegian Cruise Line defendió sus prácticas de facturación. En una carta dirigida a la pareja, la compañía afirmó que sus precios son “comparables a los de otras líneas de cruceros y creemos que son justos y razonables”, según cita Fox 9. Un portavoz de Norwegian confirmó a The Independent que Cameron fue admitido en el centro médico del barco el 9 de enero y que recibió “tratamiento adecuado para su condición, seguido de 62 horas de cuidados críticos”. Aunque la empresa no detalló la gravedad del caso debido a regulaciones de privacidad, aseguró que “los procedimientos médicos necesarios y los gastos resultantes han sido revisados por nuestro equipo interno”.
Norwegian también subrayó que “los seguros médicos no son aceptados a bordo”, motivo por el cual recomiendan a los pasajeros presentar reclamaciones una vez finalizado el viaje. En su sitio web, la compañía aclara que “las consultas y tratamientos médicos a bordo tienen un costo para todas las enfermedades respiratorias”, recordando que cada barco cuenta con un centro médico equipado y personal calificado para atender emergencias, de acuerdo con directrices de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) y el Colegio Americano de Médicos de Emergencia.
Casos similares: un problema recurrente en los cruceros
Casos similares han generado preocupación entre pasajeros de cruceros en el pasado. En 2022, un hombre de Michigan que sufrió convulsiones a bordo de un barco de Royal Caribbean recibió una factura de 2.500 dólares por la atención médica, que tuvo que pagar antes de desembarcar, informó The Independent. A diferencia de Cameron, este pasajero no contaba con seguro médico ni de viaje, lo que expuso aún más su vulnerabilidad financiera.
Por ahora, Cameron sigue buscando una solución para cubrir los 21.000 dólares restantes. Norwegian Cruise Line continúa revisando el caso para determinar si los cargos son típicos para un tratamiento de gripe en sus embarcaciones, mientras la pareja enfrenta la incertidumbre de cómo resolver una deuda que nunca imaginaron al embarcarse en lo que parecía ser unas vacaciones soñadas.