Famoso productor de Hollywood fue hallado culpable de un multihomicidio: asesinó a una modelo y su amiga

Un jurado en Los Ángeles declaró culpable a David Brian Pearce de dos cargos de asesinato en primer grado por las muertes de Christy Giles y Hilda Marcela Cabrales-Arzola, ocurridas en noviembre de 2021. Pearce, un productor de Hollywood de 42 años, también fue condenado por múltiples delitos de agresión sexual contra siete mujeres entre 2007 y 2020. La sentencia, que podría ser cadena perpetua, se dará a conocer el 13 de marzo de 2025, según informó ABC News.

El 13 de noviembre de 2021, Christy Giles, una modelo de 24 años, y su amiga Hilda Marcela Cabrales-Arzola, arquitecta de 26, asistieron a una fiesta en East Los Angeles. Según testigos citados por People, ambas fueron vistas en la zona VIP del evento junto a Pearce. A las 5:30 a.m., Giles envió un mensaje a Cabrales-Arzola diciendo “Let’s go”. La arquitecta respondió que pediría un Uber en diez minutos, pero nunca llegaron al vehículo que las esperaba.

Horas después, los cuerpos de ambas mujeres aparecieron en hospitales distintos. Los reportes afirmaban que testigos vieron a dos hombres enmascarados, más tarde identificados como Pearce y su coacusado, Brandt Walter Osborn, dejando a Giles frente al Southern California Hospital en Culver City y a Cabrales-Arzola en el Kaiser Permanente West Los Angeles Medical Center. Giles ya estaba muerta; Cabrales-Arzola permaneció en coma hasta que su familia decidió desconectarla del soporte vital el 24 de noviembre, un día antes de su 27º cumpleaños.

Las autopsias revelaron que ambas mujeres murieron por sobredosis de drogas. Los medios reportaron que en el cuerpo de Giles se encontraron fentanilo, cocaína, ketamina y GHB, este último conocido como la “droga de violación”. Cabrales-Arzola tenía cocaína, MDMA (éxtasis) y otras sustancias desconocidas.

El Departamento de Medicina Forense del Condado de Los Ángeles clasificó las muertes como homicidios, lo que llevó a que en julio de 2022 Pearce fuera formalmente acusado de asesinato, tras haber sido arrestado inicialmente por homicidio involuntario. Según ABC News, la fiscalía presentó pruebas de ADN de Pearce en los cuerpos de las víctimas, incluyendo restos debajo de las uñas de Cabrales-Arzola, lo que apoyó la hipótesis de abuso sexual.

El juicio duró más de dos años y se centró en si Pearce había suministrado intencionalmente drogas a las víctimas con el propósito de agredirlas sexualmente. La fiscal Catherine Mariano, citada por ABC News, argumentó que Pearce “sabía los peligros del fentanilo” pero lo usó para inmovilizar a las mujeres. Un testigo clave, Michael Ansbach, declaró que Pearce le dijo: “Dead girls don’t talk” (“Las chicas muertas no hablan”).

Por otro lado, la defensa intentó desacreditar la acusación, alegando que las víctimas pudieron haber ingerido las drogas accidentalmente. El abogado de Pearce, Jeff Voll, argumentó ante el jurado que no había pruebas directas de que su cliente les hubiera dado las sustancias. Sin embargo, el tribunal rechazó su postura y halló culpable a Pearce de dos asesinatos en primer grado.

Además del doble homicidio, Pearce fue declarado culpable de siete agresiones sexuales cometidas entre 2007 y 2020. Según ABC News, el jurado lo encontró culpable de tres violaciones forzadas, dos casos de penetración con uso de la fuerza, una violación de una persona inconsciente y sodomía forzada.

El coacusado Brandt Walter Osborn, de 45 años, fue acusado de complicidad después del hecho, ya que presuntamente ayudó a Pearce a trasladar y abandonar los cuerpos. Sin embargo, el jurado no logró un veredicto unánime sobre su culpabilidad, lo que llevó a la jueza Eleanor J. Hunter a declarar un juicio nulo en su caso, según People. Osborn, quien actualmente está en libertad bajo fianza, podría enfrentar un nuevo juicio, decisión que se discutirá en la audiencia del 13 de marzo.

Las familias de las víctimas han exigido justicia desde el inicio del caso. La madre de Giles, Dusty Giles, expresó su dolor en una entrevista con CBS 48 Hours, recordando la llamada en la que le informaron que su hija había sido “tirada fuera del hospital como basura”. Su esposo, Jan Cilliers, también ha denunciado públicamente lo ocurrido y ha pedido penas máximas para los responsables. En un mensaje en redes sociales, Dusty Giles escribió: “Nuestra bebé fue asesinada y ahora es oficial. Esperamos que la fiscalía actúe rápidamente y todos los implicados sean arrestados”.