La combinación de políticas antimigratorias y restricciones al aborto en Texas ha generado un clima de temor entre las comunidades migrantes, especialmente entre las mujeres indocumentadas, quienes evitan acudir a servicios médicos esenciales. Según informó el diario El País, este fenómeno se ha intensificado en los últimos años, afectando gravemente el acceso a la salud reproductiva y obstétrica en el estado.
De acuerdo con el medio, las estrictas leyes que criminalizan el aborto en Texas, junto con las políticas migratorias agresivas, han llevado a muchas mujeres a evitar hospitales y clínicas por miedo a ser interrogadas o denunciadas. Este temor se agrava en un contexto donde los servicios médicos requieren documentación como licencias de conducir o seguros médicos, documentos que muchas personas indocumentadas no poseen.
Paula Ávila Guillén, directora ejecutiva del Women’s Equality Center, señaló que esta situación ha provocado una disminución significativa en la cantidad de migrantes que buscan atención médica, lo que podría tener consecuencias graves para su salud. “En un estado como Texas, donde no solo se criminaliza el aborto, sino que también se implementan políticas antimigratorias severas, las comunidades migrantes tienen miedo de acudir a los médicos”, afirmó Ávila Guillén.
En declaraciones recogidas por El País, la experta advirtió que este miedo puede llevar a decisiones extremas, como dar a luz en casa, lo que incrementa los riesgos en caso de complicaciones.
Restricciones al aborto
Texas cuenta con algunas de las leyes más restrictivas de Estados Unidos en cuanto al aborto. Está prohibido interrumpir un embarazo después de las primeras seis semanas de gestación, un período en el que muchas mujeres aún desconocen que están embarazadas. Además, las excepciones para abortos en casos de complicaciones médicas son ambiguas, lo que genera incertidumbre entre los profesionales de la salud.
Esta falta de claridad en los protocolos médicos ha llevado a que los doctores consulten primero con abogados antes de actuar en casos de emergencia. Ávila Guillén explicó que, en muchas ocasiones, las mujeres terminan en unidades de cuidados intensivos antes de recibir un aborto que podría salvarles la vida.
Un informe de ProPublica reveló que al menos dos mujeres fallecieron en Texas debido a retrasos en la atención médica durante abortos espontáneos. Una de ellas, Joselin Barnica, una inmigrante hondureña de 28 años, murió en 2021 por complicaciones relacionadas con un embarazo deseado. Este caso, junto con otros similares, ha llevado a que 13 mujeres demanden al estado para exigir claridad sobre las excepciones en las leyes de aborto.
El impacto de estas políticas no se limita a los abortos. La desinformación y el miedo han provocado que muchas mujeres migrantes eviten realizarse chequeos médicos regulares o pruebas de embarazo. Alejandra Soto, directora de comunicaciones de Planned Parenthood en asuntos latinos, explicó que este retraso en la atención médica puede tener consecuencias graves, ya que las mujeres prefieren no enfrentarse a la posibilidad de necesitar un aborto en un estado con restricciones tan severas.
Planned Parenthood, una de las principales organizaciones proveedoras de servicios de salud reproductiva en Estados Unidos, ha tomado medidas para mitigar el temor entre sus pacientes. Según el medio, la organización ha establecido alianzas con consulados latinoamericanos y grupos comunitarios para transmitir confianza a los migrantes y garantizar que su información médica esté protegida.
“Hasta ahora no ha habido casos en los que un médico se vea obligado a divulgar información privada protegida por las leyes de confidencialidad médico-paciente”, aseguró Soto. Sin embargo, expresó preocupación por posibles medidas futuras que podrían obligar a los proveedores de salud a compartir datos sensibles.