Un total de 2.200 millones de galones de agua fueron liberados de dos embalses en el centro de California durante el pasado fin de semana, tras una orden ejecutiva del presidente Donald Trump. Según informó CNN, esta decisión, que buscaba supuestamente enviar agua a las zonas afectadas por incendios en el sur del estado, ha generado críticas por parte de expertos y autoridades locales, quienes advierten que la medida podría tener consecuencias negativas para la agricultura y la gestión del agua en la región.
La liberación de agua, llevada a cabo por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos, se realizó desde las represas de Terminus, en el lago Kaweah, y Schafer, en el lago Success, ambas ubicadas en las estribaciones de la Sierra Nevada.
Sin embargo, especialistas en recursos hídricos han señalado que esta acción no beneficiará a Los Ángeles ni a las áreas afectadas por los incendios, ya que no existe una conexión física entre los sistemas de agua de estos embalses y el suministro hídrico de la ciudad. Además, la liberación se realizó durante la temporada húmeda, lo que, según los expertos, representa un desperdicio de recursos valiosos.
Impacto en la agricultura y la gestión del agua
De acuerdo con Heather Cooley, directora de investigación del Instituto del Pacífico, los embalses afectados estaban almacenando agua adicional como medida preventiva ante la posibilidad de un verano seco. La liberación de estos recursos, explicó, pone en riesgo el suministro de agua para la agricultura en los próximos meses. “Esto es extremadamente preocupante”, afirmó Cooley a CNN, destacando que la medida no aporta beneficios y podría generar restricciones de agua para los agricultores de la región.
El agua liberada fue descargada en el lecho seco del lago Tulare, ubicado en el Valle Central de California, una región agrícola clave que depende en gran medida del agua subterránea y de las precipitaciones invernales almacenadas en embalses estatales para el riego de cultivos como nueces, cítricos y pastos para alimentación animal.
Según un comunicado de los distritos de agua locales, parte del liquido liberado se utilizó para demandas limitadas de riego y recarga de acuíferos, pero los expertos advierten que el impacto positivo de esta acción es mínimo en comparación con las posibles consecuencias negativas.
Karla Nemeth, directora del Departamento de Recursos Hídricos de California, señaló que la decisión de liberar el agua fue tomada sin una coordinación adecuada entre las autoridades federales y los gestores de agua estatales y locales. “Tradicionalmente, existe un alto grado de coordinación en el nivel operativo, lo cual no ocurrió en este caso”, afirmó Nemeth, según CNN.
Críticas a la decisión de Trump
La orden ejecutiva de Trump ha sido objeto de fuertes críticas por parte de expertos, agricultores y legisladores. Adam Schiff, senador por California, calificó la medida como “estúpida, ridícula, peligrosa y derrochadora”, según declaraciones recogidas por CBS News.
Schiff advirtió que la liberación de agua podría haber causado inundaciones graves si no se hubiera moderado la cantidad liberada. “Esto es un desperdicio de agua preciosa. Simplemente no tenemos agua para desperdiciar”, afirmó.
Por su parte, Tom Barcellos, presidente del Distrito de Riego del Río Tule Inferior y agricultor local, expresó su frustración ante la decisión. “Hubiera sido mejor utilizar esa agua en verano para el riego”, declaró a Los Angeles Times, subrayando que la medida afecta especialmente a los pequeños agricultores, quienes ya enfrentan dificultades debido a la escasez de recursos hídricos.
Dezaraye Bagalayos, activista local por el agua, también criticó la intervención de Trump, argumentando que el expresidente no comprende la complejidad de la gestión hídrica en California. “Esto está haciendo que una situación ya difícil sea mucho más complicada”, afirmó Bagalayos, según Los Angeles Times.
El contexto detrás de la decisión
La medida de Trump se produjo tras sus críticas a las políticas de gestión del agua en California, a las que culpó de los problemas de suministro durante los incendios forestales en el sur del estado. Según Newsweek, el presidente acusó a las autoridades estatales de mala gestión y amenazó con retener la ayuda federal para desastres si no se implementaban sus propuestas para aumentar el suministro de agua.
En publicaciones en la red social Truth Social, Trump celebró la liberación de agua, afirmando que “el agua está fluyendo en California” y que se dirigía “a los agricultores de todo el estado y a Los Ángeles”. Sin embargo, expertos como Peter Gleick, especialista en clima e hidrología, han desmentido estas afirmaciones, señalando que no existe una conexión entre el agua liberada y el suministro necesario para combatir incendios en el sur del estado.
Mientras algunos expertos, como Matt Hurley, gerente general de la Agencia de Sostenibilidad de Aguas Subterráneas del Área de McMullin, han señalado que la recarga de acuíferos es un beneficio potencial de la liberación de agua, la mayoría coincide en que los riesgos superan los beneficios. Hurley afirmó a Los Angeles Times que, aunque la medida no ayudará a combatir los incendios en Los Ángeles, podría contribuir a mejorar los niveles de agua subterránea en el Valle Central.
No obstante, la preocupación por los efectos a largo plazo persiste. Según CNN, los niveles de los embalses afectados disminuyeron ligeramente tras la liberación: el lago Success pasó de estar al 20% de su capacidad al 18%, mientras que el lago Kaweah cayó del 21% al 19%. En un estado que enfrenta ciclos recurrentes de sequías, la pérdida de estos recursos podría agravar los problemas de suministro en el futuro.