El fentanilo, un opioide sintético que ha sido responsable de cientos de miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos, se ha convertido en un eje central de las políticas comerciales y de seguridad del país. El presidente Donald Trump utilizó aranceles como herramienta de presión para exigir a México, Canadá y China que detuvieran el flujo de esta droga hacia territorio estadounidense.
Aunque las muertes por sobredosis han disminuido en los últimos meses, el problema sigue siendo una crisis nacional que afecta tanto a la salud pública como a las relaciones internacionales de Estados Unidos. El fentanilo, en su forma legal, es un medicamento altamente regulado utilizado para tratar el dolor, pero su versión ilícita, producida principalmente en laboratorios clandestinos, ha inundado el mercado de drogas en Estados Unidos.
Este opioide, que se mezcla con otras sustancias como bicarbonato de sodio o azúcar, es barato de fabricar, fácil de transportar y extremadamente lucrativo para los cárteles mexicanos, quienes han encontrado en él una fuente clave de ingresos en la última década.
México: principal fuente de fentanilo hacia EEUU
De acuerdo con The Wall Street Journal, México es el principal origen del fentanilo que ingresa a Estados Unidos. Los cárteles mexicanos, especialmente el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación, lideran la producción de esta droga en laboratorios improvisados. Estas organizaciones criminales no solo operan en los 50 estados de Estados Unidos, sino también en más de 40 países, según la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA).
El año pasado, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) incautó más de 9.000 kilogramos de fentanilo, aunque esta cifra representa solo una fracción de lo que se estima que cruza la frontera anualmente. Más del 90% de las incautaciones se realizan en los cruces fronterizos, donde los cárteles utilizan vehículos conducidos por ciudadanos estadounidenses para transportar la droga.
En respuesta a las demandas de Estados Unidos, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum anunció el despliegue inmediato de 10.000 miembros de la Guardia Nacional en la frontera con Estados Unidos para combatir el tráfico de drogas, con un enfoque particular en el fentanilo.
Además, Sheinbaum solicitó apoyo a Washington para frenar el contrabando de armas hacia México, que terminan en manos de los cárteles. En diciembre, las fuerzas de seguridad mexicanas lograron un decomiso histórico de 1,3 toneladas de fentanilo en el estado de Sinaloa.
Canadá y la crisis del fentanilo
Aunque el volumen de fentanilo que ingresa a Estados Unidos desde Canadá es significativamente menor que el proveniente de México, las actividades de los cárteles mexicanos en territorio canadiense han aumentado. Según The Wall Street Journal, el año pasado se incautaron 19,5 kilogramos de fentanilo en la frontera entre Estados Unidos y Canadá.
En octubre, la policía canadiense desmanteló un “superlaboratorio” de fentanilo en la provincia de Columbia Británica, donde se encontraron cientos de kilogramos de la droga y metanfetaminas, así como suficientes químicos para producir 95 millones de dosis letales de fentanilo.
En respuesta, el primer ministro canadiense Justin Trudeau anunció una inversión de 900 millones de dólares canadienses (aproximadamente 662 millones de dólares estadounidenses) durante seis años para reforzar la seguridad fronteriza. Este plan incluye la adquisición de drones, helicópteros y torres de vigilancia, así como el despliegue de 10.000 agentes de primera respuesta en la frontera.
Además, Canadá se comprometió a clasificar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas y a trabajar con Estados Unidos en la creación de una “Fuerza de Tarea Conjunta” para combatir el crimen organizado, el tráfico de drogas y el lavado de dinero.
China y los precursores químicos del fentanilo
Aunque China dejó de exportar fentanilo directamente a Estados Unidos tras implementar estrictas regulaciones en 2019, las empresas químicas chinas continúan produciendo y vendiendo los ingredientes necesarios para fabricar esta droga. Según The Wall Street Journal, estos precursores químicos son adquiridos por productores de drogas en México y otros países. A pesar de los esfuerzos de la administración de Joe Biden para presionar a Beijing, las restricciones impuestas por China a tres de estos químicos el año pasado no han sido suficientes para detener el flujo.
Las empresas químicas chinas han encontrado formas de eludir las regulaciones mediante la modificación de las fórmulas químicas de los productos que venden. Además, el gobierno chino ha mostrado reticencia a imponer controles más estrictos sobre su sector químico, especialmente en un contexto de desaceleración económica.
Beijing ha acusado a los políticos estadounidenses de utilizar a China como chivo expiatorio para encubrir los problemas internos de Estados Unidos en el manejo de la crisis de drogas. Sin embargo, The Wall Street Journal reportó que China podría estar considerando incluir una reducción en las exportaciones de precursores de fentanilo como parte de las negociaciones comerciales con Washington, en un intento por evitar mayores aumentos en los aranceles estadounidenses.
Según proyecciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las muertes por sobredosis en Estados Unidos alcanzaron las 89.740 en los 12 meses que terminaron en agosto de 2024, lo que representa una disminución del 22% en comparación con el periodo anterior. Sin embargo, esta cifra sigue siendo más del doble de lo registrado hace una década.
Más del 70% de las muertes por sobredosis están relacionadas con opioides, siendo el fentanilo el principal responsable. Los datos muestran que las muertes tienden a aumentar cuando el fentanilo entra en un mercado, alcanzan un pico y luego disminuyen. A pesar de las inversiones millonarias en terapias, políticas y herramientas para combatir esta crisis, el ritmo de las medidas no ha sido suficiente para superar la creciente adicción a las drogas ilícitas.