Un drástico descenso en la población de mariposas monarca que pasan el invierno en el oeste de Estados Unidos ha encendido las alarmas entre los expertos en conservación. Según informó CBS News, el conteo más reciente realizado por la Xerces Society for Invertebrate Conservation reveló que en 2024 se registraron apenas 9.119 ejemplares, lo que representa una disminución del 96% en comparación con los 233.394 contabilizados en 2023. Este número es el segundo más bajo desde 1997, solo superado por el mínimo histórico de 1.901 mariposas en 2020.
La situación es especialmente preocupante en sitios clave como una reserva de la Nature Conservancy en Santa Bárbara, California, que el invierno pasado albergó 33.200 mariposas y este año apenas recibió 198. Este declive masivo pone en evidencia las múltiples amenazas que enfrentan estas mariposas, conocidas por sus alas de color naranja y negro, y que fueron declaradas especie en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en 2022.
Las monarcas occidentales suelen migrar desde el noroeste de Estados Unidos y el suroeste de Canadá hacia la costa de California para pasar el invierno en áreas donde el clima es más templado. Históricamente, millones de ejemplares se congregaban en los bosques de eucaliptos y pinos de esta región, creando impresionantes colonias. Sin embargo, la reducción drástica de sus números ha hecho que muchos sitios tradicionales de hibernación queden prácticamente vacíos, afectando también el turismo ecológico que depende de la llegada de estos insectos.
Factores detrás de la crisis: pérdida de hábitat, pesticidas y cambio climático
La desaparición de la asclepia, planta esencial para las orugas de las monarcas, es uno de los principales factores que explican esta crisis. Según la organización Monarch Joint Venture, esta planta ha sido severamente afectada por la sequía, los incendios forestales, la expansión agrícola y el desarrollo urbano. Además, el uso de pesticidas ha contaminado gran parte de las plantas que aún sobreviven, lo que agrava la situación.
El cambio climático también juega un papel crucial. Las monarcas necesitan condiciones específicas de temperatura y precipitación para completar su ciclo de vida, desde el huevo hasta la mariposa adulta. Sin embargo, las olas de calor extremo registradas en el oeste de EEUU en 2023, con temperaturas que superaron los 40℃ (104℉) e incluso alcanzaron los 51℃ (124℉) en Palm Springs, han dificultado su reproducción y supervivencia. Según explicó Emma Pelton, bióloga de especies en peligro de la Xerces Society, temperaturas superiores a los 38℃ (100℉) pueden ralentizar su reproducción, mientras que aquellas por encima de los 42℃ (108℉) son letales para estos insectos.
El impacto de estas condiciones extremas no se limita a las monarcas del oeste. En un festival celebrado en Minneapolis en septiembre de 2023, varios asistentes comentaron que habían notado una disminución en la cantidad de mariposas en comparación con años anteriores, según reportó CBS News Minnesota. Wendy Caldwell, directora ejecutiva de Monarch Joint Venture, señaló que esta percepción es consistente con los datos que muestran una tendencia a la baja en las poblaciones de monarcas en todo el continente.
Un declive que podría revertirse, pero que requiere acción inmediata
A pesar de la gravedad de la situación, los expertos mantienen cierta esperanza. Las mariposas monarca tienen la capacidad de experimentar un crecimiento exponencial en sus poblaciones bajo las condiciones adecuadas. Un ejemplo de ello ocurrió tras el mínimo histórico de 2020, cuando la población del oeste se recuperó hasta alcanzar 247.246 ejemplares en 2021, un aumento de casi 13.000%. Sin embargo, Pelton advirtió que un año malo, como el actual, puede tener un impacto significativo en la recuperación a largo plazo.
“Esto es una mala noticia”, afirmó Pelton, “pero hemos visto recuperaciones increíbles. Esto no significa que las monarcas del oeste vayan a desaparecer, pero debería ser una llamada de atención sobre lo vulnerables que son a los cambios en su entorno”.
En este contexto, la U.S. Fish and Wildlife Service anunció en diciembre de 2024 que está trabajando para incluir a las monarcas en la lista de especies amenazadas. Esta designación prohibiría acciones como la eliminación de asclepias en terrenos privados y protegería 1.778 hectáreas (4.395 acres) en siete condados costeros de California que sirven como sitios de hibernación para las monarcas del oeste. Aunque esta medida no impediría el desarrollo en estas áreas, los propietarios de tierras con permisos federales tendrían que coordinarse con la agencia para minimizar los daños a los hábitats.
Un llamado a la acción colectiva
La conservación de las mariposas monarca no solo depende de las acciones gubernamentales, sino también de la participación pública. Según destacó Martha Williams, directora de la U.S. Fish and Wildlife Service, “la icónica mariposa monarca es apreciada en toda América del Norte, cautivando a niños y adultos con su fascinante ciclo de vida. A pesar de su fragilidad, es notablemente resiliente, como muchas cosas en la naturaleza, cuando les damos una oportunidad”.
En este sentido, la organización ambiental Earthjustice presentó una petición en diciembre de 2024 para que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) exija pruebas sobre los efectos de los pesticidas en insectos como abejas, polillas y mariposas. Esta iniciativa busca abordar uno de los problemas más críticos que enfrentan las monarcas y otros polinizadores esenciales para los ecosistemas.
El periodo de comentarios públicos sobre la propuesta de incluir a las monarcas en la lista de especies amenazadas finalizará en marzo de 2025, y la decisión final se espera para diciembre de este mismo año. Mientras tanto, los expertos y defensores de la conservación instan a tomar medidas inmediatas para proteger a estas mariposas, cuya supervivencia está intrínsecamente ligada a la salud de los ecosistemas y la biodiversidad en general.