El presidente Donald Trump asistirá al Super Bowl en Nueva Orleans bajo estrictas medidas de seguridad

El evento deportivo, que enfrenta a los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles, contará con un operativo de seguridad de nivel uno. Se espera la asistencia de más de 100.000 personas al evento

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Donald Trump asistirá al Super
Donald Trump asistirá al Super Bowl LIX en Nueva Orleans, convirtiéndose en el primer mandatario en funciones en presenciar el evento en persona. (REUTERS/Elizabeth Frantz)

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene previsto asistir el próximo domingo 9 de febrero al Super Bowl LIX, que se disputará en el Caesars Superdome de Nueva Orleans. Será la primera vez que un mandatario en funciones acuda al partido más importante del fútbol americano.

El evento, que enfrentará a los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles, se celebrará a partir de las 18:30 (hora del Este). Antes del partido, Trump concederá una entrevista al presentador Bret Baier de Fox News, la cual será transmitida horas antes del inicio del juego desde West Palm Beach, Florida.

El Super Bowl ha sido catalogado como un evento de seguridad de nivel uno por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), lo que significa que se requiere una coordinación máxima entre agencias federales, estatales y locales. Esta clasificación se debe a la gran cantidad de personas que asistirán al evento y a la amenaza latente de ataques en territorio estadounidense, según CNN.

El Caesars Superdome de Nueva
El Caesars Superdome de Nueva Orleans será el escenario del Super Bowl LIX, con estrictas medidas de seguridad tras el reciente ataque terrorista en la ciudad. (Kirby Lee/USA TODAY Sports/Reuters)

Las autoridades estiman que más de 100.000 personas estarán en la ciudad y en los alrededores del estadio. Para garantizar la seguridad, se han desplegado al menos 700 agentes del DHS y un total de 2.700 efectivos de distintas agencias de seguridad, incluyendo policía local, estatal, FBI y el Servicio Secreto.

El refuerzo en la seguridad se produce en un contexto de alerta elevada tras el ataque terrorista ocurrido el 1 de enero en Bourbon Street, en el que un hombre embistió con una camioneta a una multitud, causando la muerte de 14 personasy dejando a decenas de heridos.

A pesar de este antecedente, el DHS ha informado que “no existen amenazas creíbles específicas contra el partido o sus eventos asociados”. Sin embargo, la agencia ha señalado que el país se mantiene en un entorno de riesgo elevado, lo que ha llevado a revisar todos los protocolos de seguridad para el evento.

Protocolos y restricciones en el estadio

Entre las medidas adoptadas, se prohibirá el uso de drones en los alrededores del estadio, y se realizarán barridos de seguridad en el Superdome desde el viernes y el sábado previos al partido. Algunas personas involucradas en la organización del evento han sido instruidas para no presentarse en el recinto durante esos días con el fin de facilitar las inspecciones.

Agentes del Departamento de Seguridad
Agentes del Departamento de Seguridad Nacional realizan inspecciones en el Superdome como parte del operativo de seguridad para el Super Bowl LIX. (REUTERS/Eduardo Muñoz)

El NFL Chief of Security, Cathy Lanier, explicó que se han revisado exhaustivamente los planes de contingencia y respuesta ante emergencias. “Hemos reexaminado cada uno de nuestros protocolos y hemos sometido a pruebas nuestros tiempos de reacción, nuestra comunicación y nuestras estrategias de respuesta en múltiples ocasiones en las últimas semanas”, declaró.

El evento también ha sido catalogado como un NSSE (National Special Security Event), una designación que implica el uso de todos los recursos de seguridad del gobierno federal, incluyendo la detección de amenazas químicas, biológicas y radiológicas.

Impacto de la visita presidencial

La presencia de un presidente en funciones en el Super Bowl añade un nivel adicional de seguridad y logística al evento. Un funcionario de la Casa Blanca citado por CBS News, explicó que la planificación para la visita de Trump ha requerido medidas similares a las de una cumbre del G7, con estrictos controles de acceso y mayor presencia del Servicio Secreto en la ciudad.

El exagente del Servicio Secreto Jonathan Wackrow exolicó a ABC News que, aunque la infraestructura de seguridad del Super Bowl facilita la protección presidencial, la presencia de Trump puede generar complicaciones logísticas dentro y fuera del estadio. “Si vas a llevar al presidente a algún sitio, hacerlo en un evento con seguridad ya establecida te da una ventaja. Pero, al mismo tiempo, la logística de su visita puede causar disrupciones en la ciudad, incluyendo cierres de carreteras y restricciones en el aeropuerto”, explicó.

Miles de aficionados se congregan
Miles de aficionados se congregan en Nueva Orleans para el Super Bowl LIX, mientras las autoridades despliegan un amplio operativo de seguridad. (AP Foto/Butch Dill)

A esto se suma el contexto de mayor preocupación por la seguridad del mandatario, luego de los intentos de asesinato que ha sufrido en los últimos meses. Esto ha llevado a un incremento de las medidas de protección para su traslado y permanencia en el estadio.

El Super Bowl LIX no solo contará con la presencia de Trump, sino que también se espera que el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, oriundo de Luisiana, se una a la comitiva presidencial. Aún no se ha confirmado la lista completa de invitados, pero se prevé la asistencia de varias figuras políticas y empresarios.

En lo deportivo, este será el tercer Super Bowl consecutivo en el que participan los Kansas City Chiefs, mientras que los Philadelphia Eagles buscan una revancha tras perder el título en 2023.

En el espectáculo de medio tiempo, el artista Kendrick Lamar será el encargado de la presentación musical, mientras que el inicio del juego contará con el tradicional lanzamiento de la moneda, una ceremonia que en el pasado ha sido realizada por expresidentes, como George H.W. Bush en 2002 y 2017, y Ronald Reagan en 1985, aunque este último lo hizo de manera remota desde la Casa Blanca.

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