El enviado de Donald Trump para Venezuela, Richard Grenell, confirmó que hay al menos otros seis estadounidenses presos injustamente en Venezuela y aseguró que trabajará por conseguir su liberación, tal como hizo con el grupo del pasado viernes.
“Hay al menos seis”, dijo Grenell durante su participación en el programa de Megyn Kelly, antes de comprometerse a “volver” por ellos.
El pasado viernes, el funcionario realizó su primer viaje a Venezuela, que incluyó un encuentro con el dictador Nicolás Maduro, que tenía por objetivo abordar los vuelos de deportación de ciudadanos del país caribeño y la situación de los estadounidenses presos políticos en el país.
Tras esta reunión, en la cual el Palacio de Miraflores se comprometió a proporcionar el transporte y recibir a los venezolanos expulsados, incluidos los criminales del Tren de Aragua, Grenell publicó una imagen en la que se lo veía con un grupo de ex presos políticos -a los que no identificó- a bordo de un avión.
“Estamos sobre ruedas y nos dirigimos a casa con estos seis ciudadanos americanos. Acaban de hablar con Donald Trump y no podían dejar de darle las gracias”, escribió en sus redes sociales junto a la foto.
El Presidente, por su parte, celebró la noticia y también apuntó: “Me acaban de informar que traemos a seis rehenes de Venezuela a casa. Gracias Ric Grenell y a todo mi personal. ¡Buen trabajo!“.
Como parte de las tensiones surgidas entre Washington y Caracas, el régimen chavista mantenía privados de su libertad a más de una decena de estadounidenses, a los que acusaba de terrorismo y que consideraba “mercenarios de alto nivel”. De hecho, en el pasado acusó en reiteradas oportunidades a la oposición de trabajar junto a Estados Unidos y otros aliados para conspirar y cometer actos desestabilizadores en el país.
No obstante, al término de la reunión de este viernes, el oficialismo venezolano difundió un comunicado en el que manifestaba su voluntad de mantener los “canales diplomáticos abiertos” con la contraparte, al igual que “planteó la construcción” de una “agenda cero para un nuevo comienzo en las relaciones bilaterales”, rotas desde 2019.
La Administración de Trump, por su parte, aprovechó los últimos días para ratificar su postura de intransigencia frente a la dictadura chavista, a la cual no reconoce como legítima en su rol de gobernanza para el período iniciado el pasado 10 de enero, y con la que no demostró interés en mantener negociaciones o realizar concesiones.
Estados Unidos “absolutamente no” reconoce a Maduro como presidente, dijo en una rueda de prensa la portavoz Karoline Leavitt al ser consultada sobre el tema, a la par que el secretario de Estado, Marco Rubio, insistió en que su equipo dispone de “muchas opciones” para infligir “daño” al régimen.
“No voy a hablar sobre cuáles son esas acciones pero él sabe y ellos saben que tenemos muchas opciones para infligir daño y perjuicio graves al régimen de Maduro”, comentó durante una entrevista con Fox News.
“Los líderes como Maduro, sin importar lo duros que intentes ser, respetan a Donald Trump. Saben que no es del tipo que enviará una carta con palabras energéticas; tomará medidas”, agregó.
En tanto, el propio mandatario señaló que entre las primeras medidas a adoptar en lo que respecta a Venezuela estará la suspensión de la compra de su petróleo, como si se realizaba durante el gobierno de Joe Biden.
“Me sorprendió mucho cuando vi que Biden aceptó comprarle mucho petróleo a Venezuela porque Venezuela estaba a punto de terminar con el dictador. Y, cuando eso ocurrió, le devolvió la vida. Biden compró millones de barriles de petróleo. No vamos a dejar que esas estupideces sucedan. No estamos contentos con Venezuela. No nos gusta nada la forma en que han tratado a los venezolanos”, apuntó.